Se trata de reconocer el trabajo y esfuerzo del camarada presidente en el empeño de la lucha contra este mal, pero se trata también de criticarle como no se ha controlado a los equipos de su personal de confianza que a la larga conformaron grupos políticos de poder, desde donde se colocan a personeros que por compadrazgos, barraganatos y otros factores, ocupan posiciones políticas y administrativas que solo activan para beneficio propio o grupal y en pro del interés económico nada más. No es que las corrientes ideológicas sean un mal, no, lo malo es que se pierda el horizonte y en vez de profundizar la conciencia y la carga ideológica dentro de las estructuras políticas y del estado, se desvíen hacia las prebendas monetarias.
El clamor popular de los cuadros medios y de las bases de este proceso esta cansado de tanto reclamar y denunciar a estas mafias, pero parece que las mieles del poder de los “lideres”, les hacen olvidar el recelo y la moderación a la hora de resistirse a los halagos de los adulantes buscadores de cargos, es así como por recomendaciones de “amigos”, “familiares”, “hermanos”, o cualquier tipo de relación, propensa a infiltrar el virus de la podredumbre representada por la corrupción. La cosa es grave, no es asunto de chisme o de seguir lidiándola hasta esperar el momento mas adecuado. Se está perdiendo el proceso de la mano de la corrupción, incluso el enemigo está utilizando su realidad para atacar la fe popular y matar la voluntad de apoyo al proceso. Recibo muchos correos diarios donde la corrupción es el fundamento de su planteamiento, pero dentro esa gama de redactores hay muchos que disfrazados de chavistas tiran la cizaña y sacan las cosas de contextos, agregándoles intencionalidades que para el incauto, pasarían desapercibidas, pero que son proyectiles en contra de la lucha misma contra la corrupción y contra el proceso. Esos enemigos solapados, cómplices del imperio y de su instrumento la corrupción, hacen todo lo que esté en sus manos para evitar el fin de su reinado instaurado en la cuarta república de la mano de AD y COPEY
Lo procedente en este caso es prestar mas atención al reclamo popular, a las exigencias de la base, de no dejarse cercar por entornos que aíslan a los que toman decisiones, les mienten les presentan falsas realidades, desde las cuales se tiene una visión errada de la realidad cotidiana de un país y de una población. Solo busquen si por ejemplo los responsables de MERCAL, o PDVAL aunque sea de la región centro occidental o del Yaracuy, tan solo por nombrar una, gozan del apoyo de las bases, si conocen su trayectoria, o si por lo menos se sabe como, cuando, donde y por que, están en esa posición tan importante. Esto es solo un ejemplo entre tantos miles y miles de designaciones de personajes a cargos de delicada posición y responsabilidad, que acaban desfalcando la confianza y los dineros públicos, cosas como la estafa del Banco de Tesoro, donde las denuncian corrían por el medio de la calle y nadie le paraba bolas, hasta que se hizo un daño terrible. Es decir ya no se trata de tratar de sancionar la corrupción, ahora se trata de ser oportunos y efectivos antes que se haga el daño.
La corrupción es como un peo carburado (¡¡), su hediondez no se puede ocultar ni disimular. Solo la hipocresía, la complicidad y la distancia se salvan de justificar su desconocimiento, más no de la responsabilidad, cuando se tiene de prevenirla. Aunque se sabia que los vicios de los regímenes de la cuarta república habían penetrado todas las estructuras de la sociedad, cosa que se reconoce cuando se decían públicamente los famoso lemas “no me den pónganme donde hay” o, “los adecos son mejores, roban y dejan robar” o tal vez como dijo uno de sus mas connotados lideres Gonzalo Barrios “en Venezuela no hay razón para no robar”. Pero todo eso, no es causal para que se desoigan los clamores populares y las denuncias que se hacen sobre las conductas de derroche de funcionarios que antes de estar en posesión del cargo eran unos comunes y luego nadan derrochando lujos y jactancias.
Se impone la creación de comisiones de control de los funcionarios públicos a todos los niveles, más allá de las ya existentes, deben estar conformadas por personas ajenas a los círculos de poder existentes, por personas de comprobada calidad y cualidad revolucionaria, que trabaje a nivel de todos los estratos, pero que rinda informes solo al presidente directamente, que actúe con discreción, pero que tenga la suficiente capacidad de discernir entre chisme, envidia y hechos concretos. Una “misión anti corrupción”
El escenario político nacional, está en este momento manipulado y alterado por dos fenómenos iguales de peligrosos: la corrupción y el narcotráfico y sus variantes. Estas dos amenazas, conducen a otros estados de descomposición social, que acaba por eliminar inclusive hasta la autoridad del estado para imponer orden y tranquilidad. Solo tenemos que voltear la vista hacia Colombia, México y los propios Estados Unidos, para darse cuenta de hasta donde han llegado esos niveles de penetración. Por ejemplo, en los Estados Unidos, donde la apariencia muestra que no hay corrupción, la realidad es otra. Una mafia conformada por los monopolios económicos y financieros, son los que ponen y quitan presidentes, eligen diputados senadores, hacen leyes y designan a los miembros de Tribunal superior o judicial, todo ello en procura de sus intereses. Se han entronizado de tal manera en el funcionamiento del aparato del estado Norteamericano, en el que nada, absolutamente nada se mueve o funciona allí, en contra de los intereses económicos de los potentados, ni el sistema de salud se salva de la voracidad y apetencia de ese poder, incluso las guerras planificadas como negocio, rinden tributo a sus intereses, detallen lo de las empresas mercenarias, ahora legalizadas, en esa nación y que le permite a los propios miembros del gobierno establecer empresas como Black Wáter (Dick Cheney - Halliburton), que además hacen negocio con las raciones de alimentos de las tropas invasoras en Irak y Afganistán. Ese poder tras el estado, signado por la corrupción, es el que controla los resortes del poder, es el que está haciendo guerras para controlar el negocio de las drogas, es el que usa el terrorismo como arma de ataque, es el que se beneficia del narcotráfico y el lavado de dólares, es el que fabrica enfermedades en laboratorios para luego vender medicinas, es el que controla a Colombia con el paramilitarismo como garantía y la complicidad de la oligarquía, que convierten a la población en victima perenne; hace la guerra ahora al estado mexicano para ocuparlo, a la vez que se beneficia con las ventas de armas para la guerra del narco trafico.
Lo antes señalado es para ejemplarizar, como la corrupción y el narco trafico tomados de la mano, son los que se quieren erigir en el gobierno mundial y bajo la egida de los monopolios económicos sionistas yanquis, judíos y católicos. Es para describir el peligro que estas dos formas de dominación representan. Que son en realidad una misma cara del capitalismo; y de lo necesario que se hace afincarse mas en su combate.
Se me olvidaba. La guerra que se quiere iniciar entre Costa Rica y Nicaragua, es para justificar la presencia de las tropas norteamericanas en el primer mencionado, para darle protección al narcotráfico en esa región, como bien lo denunció Daniel Ortega y a provechar a atacar al gobierno legitimo Sandinista, como parte de la guerra por etapas que implementa el imperio Sion yanqui en la región.. Esa misma es la causal del golpe de estado en Honduras. Nada de lo que acontezca hoy, está aislado del morboso negocio de la corrupción y el narcotráfico y, está a la vez, íntimamente ligado a los intereses que gobiernan en USA e Israel.
javiermonagasmaita@yahoo.es