Comuna en construcción #6

¿Congelar es el medio para establecer precios justos?

La Ley de Costos y Precios Justos (LCPJ) es una necesidad en el marco de una economía planificada y aún más si ésta planificación está orientada a la constitución de un proyecto de país socialista. Esta ley nace con el fin de regular y controlar los excesos que se producen en las ganancias especulativas que tienen arraigo en la cultura rentista petrolera en nuestra economía, pero además, tiene como objetivo el estímulo a la producción nacional cuando por medio de sus instrumentos se puede establecer la estructura de costos de importación y fijación de los precios, teniendo como referencia el costo de producción nacional para posicionar mejor el precio de los productos nacionales. 

Sin embargo, cuando se trata de productos que no se generan en ningún porcentaje y su proceso industrial es inexistente en el país, surge un problema: ¿congelar su precio, sin haber establecido una estructura de costos y una fijación de precios con base en esta estructura es útil para controlar la especulación? 

El problema de la importación de productos que no se generan en el país es que la congelación de su precio, sin la validación de su estructura de costos le da bases a los sectores económicos apatridas (sin ningún interés nacional) para no seguir importando hasta que la fijación de las reglas para la determinación de sus márgenes de ganancia no se fijen claramente, desviando los productos dirigidos a Venezuela a otros destinos, lo que trae como consecuencia desabastecimiento.  

Si la LCPJ tiene los procedimientos e instancias bien definidas para la fijación de los precios, ¿Por qué congelamos los precios para determinar la estructura de costos y después fijar el precio? Si la planificación para la entrada en vigencia de la Ley y la creación de la Superintendencia ya estaba definida y tuvo el tiempo suficiente para elaborar los estudios pertinentes ¿Por qué no se fijó de una vez el precio de los productos? ¿Improvisación? 

En Venezuela hemos decidido desarrollar una revolución pacífica y una estrategia paulatina de sustitución del modelo económico capitalista predominante en el mundo, y esto implica una serie de condiciones que nos conducen a prevenir y evitar errores que pongan en riesgo el desarrollo del modelo socialista. Facilitar la justificación para un desabastecimiento es un error que esperamos, no se derive de una medida inapropiada en un momento electoral. La superintendencia debe establecer la estructura, consultar precios y fijar los mismos, además de hacer seguimiento permanente a los procesos productivos o de importación, para ajustar los precios cuando sean necesarios. Congelar precios es un error si estos elementos no son los condicionantes de dicha medida, y mucho menos si en paralelo no tenemos alternativas de producción o abastecimiento, eso contradice la planificación de Estado.

 

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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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