Lo que ocurre con Corpoelec es insólito. No tanto porque se siga yendo la luz, que ya es un problemón, sobre todo en Maracaibo, donde no sorprende que en horas del mediodía la temperatura raye en los 48 grados centígrados debajo de una mata de mango, sino porque abruma la frecuencia con que altos funcionarios del gobierno argumentan que la cuestión se trata de un saboteo.
Y aflige, agobia, abate, llena de impotencia, por cuanto si hay hechos concretos que demuestren que realmente en la corporación eléctrica hay personas provocando ese tipo de situaciones que mantiene en jaque al país, lo menos que el pueblo espera es que se los presenten por los diferentes medios de comunicación con sus manos esposadas a la espalda entrando a la patrulla que los llevará directo a la cárcel, no importa que los muestren con las rayitas en los ojos para no reñir con las leyes, pero que se vean capturados y se metan presos. El pueblo demanda justicia.
Lamentablemente, de haber infiltrados dentro de esta empresa y el Gobierno no los desmantela, cuando a través de un vocero dice que los están saboteando en cierta forma concede ineficiencia al no lograr poner entre rejas a los supuestos facinerosos. Creo que esto no admite discusión.
Pero el colmo del asunto se presenta con el ministro Héctor Navarro, quien informó que esta compañía le envió una factura sin número de control por un monto de consumo exagerado y sin previo aviso le cortó la luz de su casa, agregando que pudiera haber una mafia cobrándole cosas pagadas.
En realidad creo que más que saboteo, eso fue un acto de provocación que le hicieron por su investidura de revolucionario de rango. Mafias resteadas en contra de Chávez, crecidas sin control, sin que nadie las frene, las haya metido en cintura, sin ley, que se dan no sólo el tupé de asediar a las comunidades, sino que en una actitud sobrada, desafiante, fanfarrona, jactanciosa, arremeten contra el Gobierno nacional.
Tal situación ha hecho grave daño al proceso. Esta irregularidad que afectó al ministro se le presenta reiteradamente a mucha gente; gente que, por cierto, cuando le llega el recibo de luz comienza a dar carreras para poderlo pagar. ¿Cómo será si le llega con el monto doble, por ejemplo? Ustedes imaginarán, amigos lectores y lectoras, lo que puede pensar una persona desangrada económicamente con la factura de Corpoelec en la mano, y por otro lado escuche que la razón de ser de de este proceso revolucionario es la población de más escasos recursos.
El ministro Navarro ordenó al director de Fiscalización del Ministerio de Energía Eléctrica que se investigue y se apliquen las multas previstas en la ley por la doble estafa, que dice se podría estar dando al ciudadano y a la nación y que si se comprueba un delito el caso pasaría a tribunales.
A esta orden del titular del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica quiero agregar, primero: eficiencia; segundo: eficacia y tercero: de resultar gente implicada en apagones tendentes a perjudicar y a hostigar, es de advertirles que tengan cuidado no les vaya suceder como a los trabajadores de Pdvsa que no se cansaron de sabotear apoyando el paro petrolero en perjuicio de todos los venezolanos, y después que el Gobierno revolucionario tomó las medidas correspondientes, no han cesado de patalear reclamando un derecho que perdieron cuando nos condenaron a una cola infernal en las estaciones de gasolina, y cuando dolorosamente mucha gente murió atrapada en ese caos y congestionamiento intentando llegar a tiempo a un centro asistencial.
@AlberMoran