Otra vez el alacrán envenenó al sapo al cruzar el río

El Presidente Nicolás Maduro, citó al distribuidor más grande y próspero de Venezuela, léase, el dueño de las Empresas Polar, el señor Lorenzo Mendoza. Bien, este señor, se presentó en Miraflores, luciendo un largo rabo de paja conformado con una amplia gama de abusos contra el pueblo venezolano, mediante la manipulación delictual de la distribución de alimentos, los cuales ha utilizado, como una eficiente herramienta para desestabilizar al gobierno revolucionario, y, a la vez provoca una inmensa inquietud, desasosiego, iracundia, desaliento y humillación acaparando alimentos, escondiéndolos, desviándolos hacia otros países y sobretodo especulando con los precios.

El Presidente Maduro, bien informado y conteste de todas las tropelías del señor Danger, seguramente lo regaño y le dio unas nalgadas al ego de este inefable señor. Probablemente, lo amenazó con un castigo ejemplar, que bien se lo merece. No obstante, el Presidente debe haber pensado que si a este señor se le aplica un castigo sumario, que insistimos es acreedor a ello. Eso crearía, una situación delicada, que tal vez podría atrasarnos un poco en el logro de nuestro objetivo supremo de darle al pueblo, una mejor y más digna vida. Debe ser por ello, que el presidente Maduro, se decidió, por darle las consabidas recomendaciones y una oportunidad de rectificar.

Imagino, que la conversación debe haber girado alrededor de la harina precocida, el icono de los alimentos distribuidos por el inefable comerciante opositor, aunque, seguro que otros alimentos como el aceite la margarina y algún otro que siempre sirve para crear zozobra con su delictual manipuleo, fueron incluidos en la “cordial” reunión. Creo, estar en lo cierto con respecto a la harina precocida, porque hoy, el nefasto proveedor de harina precocida y otros alimentos acaparables, ordenó sacar el producto a la venta, en los supermercados.

Pero, nuevamente sacó a relucir su característica intrínseca, de animal traicionero, -como el alacrán de la fábula- que en demostración de su naturaleza pérfida y traidora, ordenó sacar el alimento a la venta al público, como si nuestro país estuviera en estado de sitio. En estos momentos estoy viendo en un supermercado de una exitosa empresa de inmigrantes portugueses, que está vendiendo 10 unidades del producto por persona, simulando una falsa escases del artículo, lo que provocó en el pueblo dócil e impresionable, una compra nerviosa que devino en unas colas definitivamente innecesarias. Porque según mis cálculos, en esas colas (eran dos colas) había aproximadamente 200 personas para comprar harina pre cocida, como, si se fuera acabar el mundo.

En los estantes y en el depósito había por lo menos la carga de un camión de 7.000 Kilos de harina precocida, ello significa que en ese día, había suficiente harina para satisfacer una demanda razonable de cada uno de los compradores de harina. Sí estos desestabilizadores, no hubieran inducido a los desprevenidos ciudadanos a sobre comprar los productos en cuestión. Claro, ese es el objetivo que persigue siempre la derecha golpista y, que logra con mucho éxito, porque el pueblo se lo permite con su ingenua docilidad.

Todo este procedimiento abusivo y delictual, evidencia que el señor de las arepas se volvió a salir con la suya gracias al apoyo de la población, que cayó en la manipulación desleal y humillante, de este farsante. Es por ello, que sugerimos al gobierno venezolano, que, a este señor se le aplique un castigo ejemplar. Por ejemplo, el estado debe nacionalizar la empresa del abusador, por utilidad y beneficio público y luego entregársela a los trabajadores para que la manejen como una empresa socialista.

Mientras tanto, y por ahora, como el Presidente decidió darle otra oportunidad al señor de las arepas, le proponemos al presidente Maduro, que mantenga un seguimiento preciso, constante y acuciante del accionar, del dueño de La Polar y otros proveedores. Quienes, no tienen ningún respeto por quien les da todo el caudal de riquezas que inunda sus arcas, sin recibir de ellos –los mercaderes- ninguna retribución o compensación, por ser la mano de obra barata que fabrica los productos que ellos venden, y el consumidor cautivo y cándido de los productos que estos sátrapas empresarios producen en sus negocios explotadores y especuladores.

Sí el oso mayor, y sus congéneres continúan abusando del pueblo, insistimos en la sugerencia, quíteles las empresas por cuestión de utilidad publica y asuma el estado como padre de la gran familia venezolana, la fabricación, cultivo, cría, y procura de los alimento de primera y segunda y tercera y cuarta necesidad que requiera el pueblo.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!



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William Castillo Pérez


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