¡Llegó el momento! Exclamamos muchos militantes y seguidores del proceso revolucionario con el anuncio, por parte del Presidente Nicolás Maduro, del retorno del camarada Eduardo Samán a la presidencia del Indepabis. Atrás quedaron las voces y “malas lenguas” de quienes, con más ignorancia que convicción, se encargaron de hacer le guerra moral a quien dio la cara para enfrentar a los poderes económicos más fortalecidos de nuestro país.
Sí, es verdad, fue una decisión del Comandante Hugo Chávez que saliera del Ministerio de Comercio, quizás en un momento en el cual dicha jugada careció de cualquier tipo de lógica estratégica, generando un retroceso en la lucha contra la burguesía por establecer una hegemonía proletaria, en el marco del socialismo que estamos construyendo. A Samán lo recuerdo como el único que tuvo la valentía de expropiar los Silo de Arroz de Empresas Polar, así como la cadena de Supermercados Éxito, para crear los Abastos Bicentenario. Además, con Samán se comenzaron a ejecutar las ideas de los locales Comerso, que hoy día distribuyen “Mi Casa Bien Equipada”, así como las Areperas Socialistas, y precursor de Cacao y Café Venezuela, entre otros.
En su gestión se creó la Ley del Indepabis, suprimiendo al antiguo, e inservible, Indecu. Incluso, era muy común ver a Samán cumpliendo con trabajo voluntario, junto a su personal, en la construcción de la Arepera Socialista en Parque Central. Principal defensor de los Derechos de Propiedad Intelectual propios ante los intereses extranjeros, eterno crítico de toda práctica que se desvíe del camino socialista, y soldado de la revolución en la complicada dinámica interna de la Universidad Central de Venezuela.
Por supuesto, nadie es monedita de oro, y así como tiene una gran cantidad de militantes socialistas que lo apoyan, también tendrán sus detractores, como es natural. De mi parte, me parece un acierto político de Nicolás ya que, prafraseando, el mensaje para Samán es: “he visto que tienes gestión y un conjunto de ideas, desde una perspectiva crítica, tienes la oportunidad” y el lema, en este caso es “vencer o morir” aunque, como diría Ribas “necesario es vencer”.
Y en esta etapa, sumamente crítica, de nuestro proceso, nos estamos jugando la vida o la muerte de la Revolución. La escasez está “a millón”, la inflación amenaza con superar el 50% durante el año, lo que genera una disminución del salario real y el poder adquisitivo de la clase obrera venezolana. Realmente estamos ante una bomba de tiempo que es necesario apagar antes de que estalle. Por tanto, no es un regalo o premio para Eduardo, al contrario, es un reto, nada fácil de cumplir. Se trata de atender a la demanda que tiene el pueblo contra la especulación que estamos viviendo en la actualidad.
No queda más que seguir cerrando filas para hacer la Revolución Socialista
VIVIEREMOS Y VENCEREMOS