Bolívar, la AN y la lucha "soez" contra la corrupción

Espacio crítico para la comstrucción socialista #168

En referencia al tema de la corrupción, Simón Bolívar en el desarrollo de su discurso en el Convento de San Francisco, en Caracas, el 02 de febrero de 1814 afirmó que: La hacienda nacional no es de quienes os gobiernan. Todos aquellos a los que habéis hecho depositarios de vuestros intereses, tienen la obligación de deciros el uso que de ellos han hecho. Como es evidente, estas palabras muestras la relevancia de la  transparencia en el uso de los fondos públicos como un valor intrínseco en la Gestión Pública, además de reafirmar el compromiso ético de quien maneja fondos públicos de comprender y poner en práctica la propiedad colectiva de los fondos públicos, asumiendo que esta propiedad colectiva está por encima de intereses individuales de quienes regentan esos fondos.

 

En el Discurso de Angostura del 15 de febrero de 1.819, encontramos nuevamente a un Bolívar que va más allá del compromiso de rendir cuentas, afirmando que: Es el deber de todo ciudadano vigilar sobre la legítima inversión de las rentas públicas en beneficio de la sociedad. Es sin duda en esta afirmación donde vemos a Bolívar anticiparse a la exigencia de la participación ciudadana como herramienta indispensable para la Contraloría, en lo que podríamos señalar como la frase originaria de la Contraloría Social en nuestro país, colocando a la acción ciudadana como garante del beneficio social, señalado además como un deber más que como un derecho individual.

 

En el Decreto del 18 de marzo de 1.824, podríamos afirmar que la intención de Bolívar era dar permanentemente más valor al significado de la lucha contra la corrupción al señalar que: Todo ciudadano tiene el derecho de velar sobre la hacienda nacional, su conservación es de interés general. Los que la defrauden son enemigos capitales; y en este caso, la delación, lejos de degradar al que la hace es una prueba de su ardiente celo por el bien público. Al ubicarla ya no sólo como un deber, sino como un derecho, y anticipar que la delación en casos de vulneración de la hacienda pública, implica una acción noble, está, sin duda, sembrando de valores lo que había sido para la época un espacio nebuloso, por la falta de control directo de la hacienda pública, y por la situación atroz de guerra que minaba la posibilidad de un justo y equilibrado gasto público y correcto manejo de la “Hacienda”.

 

Es en este punto, donde el pensamiento de Bolívar encuentra el engrane perfecto de la Contraloría y la Contraloría Social en la lucha contra la corrupción asumiendo que es asunto del Estado velar por la sana y pulcra “Hacienda Pública” pero esto podrá lograrse sólo con la participación de quien tiene el derecho y el deber de denunciar cuando vea afectado su patrimonio colectivo, ya que lo contrario implicaría ser parte del sistema de complicidad que origina la impunidad.

 

Bolívar afirmó durante el mensaje a la Convención de Ocaña, Bogota 29 de febrero de 1828 que: “La corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos”. "La impunidad de los delitos hace que estos se cometan con mas frecuencia: al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos”. “La corrupción y la impunidad son el camino mas corto para la perdida de la moral pública”.”

 

Casi 200 años después, el origen de la corrupción, la impunidad y la pérdida de la moral pública son exactamente los mismos, pero a otra escala, y la mediación del dinero en las acciones públicas condena a la tentación perenne de la corrupción o la malversación de fondos públicos. Esta caracterización hecha por Bolívar, sin duda nos conduce a recordar sus propias palabra cuando dijo en 1826 que: “Saber y honradez, no-dinero, es lo que requiere el ejercicio del poder público”, y a reafirmar lo que dijo en una carta dirigida a Francisco de Paula Santander en 1.820: “La mejor política es la honradez”.

 

En este sentido, sobre lo que pasó el 13 de agosto en la AN, recordamos que  Bolívar decía sobre su postura ante Santander: "Ud. sabe que con modo todo se puede". La corrupción debe ser una lucha ética, y la ética se expresa con palabras y acciones, la corrupción al ser combatida con un lenguaje soez lo que deja es un sin sabor en la acción proba y noble de la lucha, lo contrario, sin ser vulgar pero fuerte, con razón y contundencia, es sin duda una verdadera lucha socialista contra la corrupción.



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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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