Auditórium

Nicolás: ¿El zar anticorrupción?

“Aprende a gobernarte a ti mismo antes de gobernar a los otros”

Solón de Atenas…

La revolución bolivariana no puede convertirse en una ‘cúpula empresarial’ del estado, y no lo puede ser, por cuanto, mientras ‘ciertos’ líderes de la nomenklatura rojita tengan estomago y billetes en los bolsillos, sucumbirán ante estas dos tentaciones iconos del capitalismo neo liberal salvaje. Lo que esta a la vista no necesita anteojos está es la triste realidad de Venezuela, con las denigrantes colas hoy en día, cuyo desmembramiento sólo se debe a estas “dos cancerosas tentaciones”; todo lo demás que vemos en las calles, y nos está diciendo el pueblo de a pie cansado de esta situación, ya la gente no se esta calando los repetitivos discursos para idiotas, cuando la inflación, la escasez y la especulación esta haciendo del país una tierra arrasada.

La empresas productivas tienen que estar en manos privadas, la realidad de los hechos lo están demostrando, salvo excepciones de las empresas estratégicas que sí deben estar en manos del Estado para industrializar al país; las empresas estatizadas y dejadas en manos de indeseables, ya vemos lo que ha ocurrido; baja producción, quiebra, y saqueo ,y el escandaloso robo en muchos casos, el de los alimentos podridos, mucho ‘revoluchoro’ lo que busca es tener “algo seguro” para asegurar su futuro, y “los buitres financieros con los dólares”, se han encargado de robárselos Giordani dixit, y además con total impunidad, muchos debieran ya estar presos; pues esto es un crimen muy grande contra la patria, el arrebatar esas divisas a quienes las necesitan para no pasar tantos sacrificios en colas, hospitales, inseguridad, apagones etc.

El comercio debe ejercerlo el ciudadano particular, asociado o no, debidamente controlados por el Estado para que el comercio, y la industria marchen, y funcionen a cabalidad.

Hay que desarrollar un verdadero comercio, con una libre competencia sana. Sin monopolios; con créditos debidamente sustentados, a los proyectos que de verdad sean rentables para el país y para su desarrollo, y que éstos lleguen al pequeño y mediano empresario, y así se beneficie el pueblo con productos de calidad, y precios justos.

El Estado venezolano tiene que estar dotado de verdaderos técnicos, capacitados para defender los intereses de la nación y del pueblo; y que se limite a programar las obras públicas necesarias, jerarquizando las prioridades, bajo la lupa de licitaciones transparentes, otorgadas al mejor licitador, que aporte las garantías para llevarla a una buena ejecución. Así se acabaría con tanto soborno, corrupción, y tanta basura como le ha echado un burocratismo corrompido a la revolución bolivariana, y que dice gobernarnos, pero en realidad lo que nos están es arruinando, y han logrado un retroceso en Venezuela con esta inflación descontrolada, que sólo será apreciada y valorada por el pueblo venezolano en la elecciones municipales del 8-D.

Tenemos que producir lo que Venezuela, con sus riquezas naturales es capaz de producir, si al menos se administra medianamente bien los recursos públicos. Y se arreche, quien se arreche, hay que volver la vista atrás, y acordarse de las administración pública del gobierno de Pérez Jiménez… “de cuya herencia, ninguna quedó bien, porque hasta el Turismo lo acabaron, hoy nada funciona, y es muy triste el decirlo por cuando hoy nos aprietan los precios excesivos y especulativos… se los están apretando al propio pueblo, quien vive una forma de supervivencia y en espera de tiempos mejores.

Pues no nos engañemos. La economía de un país funciona, sobre la base de los precios; hoy ayudado por “las alzas del petróleo”, que impide el que se nos vaya las pocas industrias que nos quedan a otros lares, y a otras economías aún más baratas que la venezolana.

Por lo antes dicho, hay que presionar a Nicolás Maduro Moros para que se deshaga de esos: “ políticos depredadores, inútiles, ineptos y en gran medida corruptos, si es que en verdad quiere una ley habilitante para luchar contra la corrupción”; tras este desastre, se conforme un verdadero estado socialista y democrático, a tenor con todos los avances tecnológico de que hoy se dispone en este mundo moderno, y lo que permitiría, tener una nomenklatura de empleados públicos de carrera, y un mínimum de políticos de verdad. Con unos criterios políticos verdaderamente administrativos y que cuiden con esmero los muchos recursos que puede generar un país como Venezuela, que es bastante rica; y lo sería mucho más, si fuese bastante menos saqueada de lo que lo ha sido en éstos últimos 50 años.

Reflexiono así, puesto que tengo ante mis ojos un expediente amplísimo de gente incursa presuntamente en hechos de corrupción, que como siempre ocurre en Venezuela, las exhiben con total impudicia: ya pensando en que sus delitos, sean ya prescritos por esta habilitante, que no vaya a ser nada más para los opositores, ya que tenemos 14 años de gobierno bolivariano, y muchos que debieran estar en la cárcel, están libres, y con los bolsillos llenos. Una vez más; se llena uno de indignación e impotencia; viendo como “se han robado” miles y miles de millones de bolívares, dejando empresas ruinosas, fantasmas o de bolsillo, ya que el dinero pasa directamente del Estado, a los bolsillos de los ladrones del erario publico.

Da verdadero asco, cuando vemos a tantos pobres de solemnidad; que nos pasan por nuestros ojos en sus súper lujosas camionetotas puesto que hay que imaginar; que en su mayoría, con esa bendita habilitante seguirán chupando del dinero público, y pese a los desastres “empresariales socialistas”… ¿quién responderá por todo esto?... como siempre; el pueblo que es el que paga todo, cuando empeora su calidad de vida.

Si alguien se siente ofendido….sencillamente le pido disculpas.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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