Imposible vencer la corrupción en Venezuela, con capitalistas manejando la economía nacional

Nada mejoro sustancialmente, desde la visita de Mendoza de la Polar, y el acuerdo que arribo con el compañero Maduro, de “colaboración” con el gobierno Popular. Visita que ocurrió en el peor momento, para las fuerzas chavistas, a posteriori de la gran pérdida de votos, del 14 de Abril de 2013

Así como no era comprensible, para el entendimiento de los amigos de la Revolución Bolivariana, la razón y momento de dicha entrevista, así también era seguro, que no podía esperarse de la misma, nada positivo para el pueblo de Venezuela .

Las últimas declaraciones del compañero Maduro, sobre intensificar la lucha contra la corrupción, es un camino en el que todo el pueblo trabajador venezolano debe acompañarlo, pero desde luego no ciegamente.

Para el pueblo es imprescindible saber, adonde se dirige, quien lo acompaña en ese camino y que herramientas se van a emplear para lograrlo.

Porque la presencia permanente, en el quehacer económico, de los capitalistas privados, una minoría insignificante, dueña de los medios de producción, de los negocios, de todos los derechos, que ejercen un Poder autónomo e individualista, para disponer y resolver sobre la vida y la economía de todos los venezolanos, no es el mejor método, para sanear y organizar una economía solidaria y que atienda por igual las necesidades de todos.

Estos capitalistas nos venden, una fachada de resolución rápida y efectiva, cuando en realidad solo participan y organizan, una economía anarquizada y salvaje, que lleva al mundo a la destrucción de la Naturaleza y consecuentemente la desaparición de la raza humana. Pero esto no es fácil entender, todavía, a las mayorías populares .

Y la pregunta de ahora es…. para que se va a esforzar el trabajador, que aunque sea representativo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, no es dueño de sus fábricas, comercios, bancos etc. para tomar acción y participar en comunidades, empresas nacionalizadas, fabricas recuperadas, donde el respeto por el prójimo y las decisiones, deben ser tomadas de común acuerdo, en votaciones democráticas de verdad.

En esas instancias de participación, tiene que contar con el acuerdo de los demás, para poder decidir y no tiene la facilidad de “superhombres” que poseen en “apariencia” los capitalistas, para hacer su voluntad.

Es así, como se fabrica otra subjetividad en la conciencia de los trabajadores, la de que el capitalista “hace “, y el burócrata solo “habla”.

Si además muchos de los burócratas, suman su origen de clase media y arrastran las características de su clase, que tiene un respeto envidioso atávico, por los ricos y poderosos , esto no los ayuda a merecer el respeto de la clase trabajadora.

Y es justamente por ese “respeto envidioso” por los ricos capitalistas, en muchos de los funcionarios que ejercen, en el gobierno bolivariano del socialismo del siglo 21, que se producen los hechos de la corrupción.

La corrupción empieza por la coima, la matraca. Un dicho popular refiere que, cuando alguien pregunta, como se dice, coima, mordida o matraca, le contestan “la coima no se dice…. se agarra.”

Lo que nos dice la sabiduría popular con esta frase, es que la corrupción no es necesario definirla, es un hecho automático de la codicia, que está incorporada en la conciencia del funcionario, individualista, egoísta, de los que están educados en el sistema capitalista.

Pero creo que por lo contrario, es necesario definir la corrupción, aunque más no fuese, como una forma de empezar a curarla.

Matraca, coima, mordida, cometa, serrucho, estos nombres que describen el acto de corrupción más común, de la burocracia en todos sus estamentos, son el mejor ejemplo de concebir la función pública, como la propiedad privada del funcionario responsable.

La función pública, cuando se transforma, en la propiedad privada del funcionario de turno, través de los actos de corrupción, nos indican el grado de comprensión y concientización de tal funcionario.

Y no podemos esperar nada mejor, de un funcionario público, que tiene enquistada su conciencia de clase media y que tiene por delante un paisaje de presente y futuro, encuadrado en la forma capitalista de vivir. Se limita a copiar a los capitalistas que ejercen sus negocios en su comunidad.

Las herramientas esenciales, para enfrentar con éxito a la corrupción, debe ser Socialismo real en la vida material, desarmando la estructura capitalista, en donde fuese posible, y reemplazándola por la participación política activa del pueblo, en todos los frentes empezando por el Estado y la educación socialista, de todo el pueblo desde temprana edad.

Está claro para mí, que mientras la Venezuela Bolivariana no enfrente, la decisión de comenzar seriamente a dejar atrás las formas de la sociedad capitalista e incorporar las normas del verdadero socialismo, en lo que se refiere a la producción y distribución de las riquezas, con la participación en todo el pueblo trabajador, la lucha contra la corrupción será difícil y plagada de obstáculos.

Afectuosamente

Hersh Zakheim


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Hersh Zakheim

Lic. en organización de Empresas Industriales. Politólogo graduado en la ex URSS

 HZ.virtud@gmail.com

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