Para el Libertador Simón Bolívar, como hombre de Estado, tuvo siempre consciente de lo dañino que era para el país la corrupción en cualquier nivel de la sociedad, por lo cual asumió su eliminación como uno de sus objetivos.
En ese sentido, hace exactamente doscientos años, el 11 de septiembre de 1813 desde el Cuartel General de Puerto Cabello dicta un Decreto Ley contra los defraudadores de la Renta del Tabaco. Debemos recordar que en esa época Venezuela era un país agrícola y que el tabaco era uno de los principales productos de exportación y por supuesto, los birladores del fisco eran los grandes terratenientes y miembros de la oligarquía criolla.
La mano dura contra los delincuentes se aprecia en el contenido del Decreto: “Todo aquel que fuere convencido de haber defraudado los caudales de la Renta Nacional de Tabaco, o vendiéndolo clandestinamente fuera del Estado o dilapidándolo con robos y manejos ilícitos, será pasado por las armas, y embargados sus bienes para deducir los gastos y perjuicios que origine”.
No le tembló el pulso al Libertador para firmar el Decreto en el cual denuncia y reprime con toda firmeza el fraude en el gobierno. En el mismo documento contempla: “Sufrirán la misma pena (...) todos aquellos jueces o personas a quienes por su parte toque aplicar o ejecutar esta ley, siempre que conforme al modo sumario y breve (...) se les pruebe haberla mitigado en favor de los delincuentes, por connivencia, parcialidad y otra cualquier causa”.
Tremendo legado nos dejó el Libertador Simón Bolívar. El gobierno del presidente Nicolás Maduro, los legisladores de la Asamblea Nacional, y todos nosotros los que nos consideramos miembros decentes de esta sociedad estamos en la obligación de apoyar la lucha contundente contra este flagelo que es la corrupción.
La mejor manera de celebrar el bicentenario de este Decreto es enrollarse las mangas y sacar a relucir la mano dura contra los corruptos.
La lucha sigue
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