Sí una cosa se propuso el Gigante Eterno fue enseñar a la población, principalmente a esos que vivían sin estudios sumergidos en la oscuridad, y no me cabe duda que lo logró. En Venezuela la gente ya no es la misma de antes, ahora es más difícil meterle gato por liebre, de todas maneras, en política como en el amor, la desconfianza mata, por eso creo que Makro debería ser inspeccionado de nuevo.
La gente que frecuenta las instalaciones de esa red comercial y conoce bien sus precios, no está muy convencida de la rigurosidad de la visita que le hicieron los organismos revolucionarios, con el firme objetivo de supervisar el valor al público de su mercancía. Menos comparte el reconocimiento que le hizo el ministro de Alimentación, Félix Osorio.
Yo tampoco estoy de acuerdo con los resultados de tal operación, además, sin saber todavía de esa requisa, por cuestiones de facilidad llegué a una taquilla bancaria ubicada en uno de esos establecimientos en el kilómetro 5 de la vía que conduce a Perijá, municipio San Francisco, y me llamó la atención una laptop de 14 pulgadas en 18 millones 450 mil bolívares de los viejos. Y si eso es un ajuste, ¡Santo Dios! Yo no sé nada de computación, pero para que una computadora valga tanto debe, por lo menos, tener adentro una réplica de Bill Gates.
Pero en suma, sólo quiero advertir que se debería estar atento al descontento de la población, no ha dejado de protestar la revisión a través de las redes sociales y la experiencia me indica que la incertidumbre ha hecho un grave daño al proceso, sobre todo, cuando la gente presiente que algo anda mal. El caso de los políticos señalados de corruptos son un ejemplo. Algunos funcionarios del Gobierno han sido acusados de irregularidades y como la cuestión no se aclara, muchos rojos rojitos aunque siempre exculparon a Chávez, resultaron indignados.
Ahora la historia vuelve a repetirse. La población, salvo el grupito de golpistas que defienden la usura, aplaudió las acciones en contra de la especuladora Daka, pero actualmente cuestiona la fiscalización a Makro.
Excusan a Maduro igual que a El Gigante, pero ya comenzaron a fustigar la manera como algunos funcionarios llevan la contraofensiva a la guerra económica. Y eso no deja de ser peligroso, porque como dije al principio, la duda mata.
Sería saludable, en consecuencia, repetir la inspección y despejar el recelo popular acerca de los precios de la conocida cadena de tiendas.