Escribo esta segunda crónica el día 25 después de haber desayunado con arepas,
aguacate y ensalada, que todavía había sobrado, de la cena navideña que hicimos mi
compañera y yo en el “espartaco” que le asignara, a mi hermana mayor, la Gran Misión
Vivienda en Catia la Mar.
El día anterior habíamos salido de compras con tres objetivos: 1,- Conseguir un ciber para
enviar a las páginas web, ensartaos.com.ve y aporrea.org, de lo que ya había escrito
del día 23. Di mucha vueltas y no tuve suerte, todos estaban cerrados. 2.-Adquirir los
ingredientes para hacer una ensalada que acompañara las hallacas que nos dejó mi
hermana en el congelador. Y 3.-Comprar un cargador para mi celular “vergatario”, pues lo
dejé olvidado en Mérida y la batería ya estaba 90% descargada.
Para cubrir el objetivo 2, los comerciantes, buhoneros y todo aquel, al cual nos les
acercamos para comprarles algo, nos atracó como les dio las ganas, pero teníamos
que hacerlo, pues debíamos celebrar nuestra cena navideña y tuvimos que bajarnos de
la mula sin rechistar: Un pollo mediano al cual le quitaron la piel y picaron Bs. 150,oo; las
cebollas a Bs. 100,oo, una botella de sangría Bs. 125, unas latas de cerveza a Bs. 17,oo c/
u, un potecito de mayonesa Bs. 35,oo y así sucesivamente pagamos el doble o el triple
por encima de los precios regulados o los que aparecían en los envases. En una bolsa de
plástica que soporta hasta 5 kg de peso, llevaba productos por los que había pagado
más de Bs. 2.000,oo.
Sobre el objetivo 3, tuve la suerte de conseguir una tienda de Movilnet que me cobró Bs.
80,oo por el cargador, no sin antes haber intentado con varios buhoneros, los cuales me
lo ofertaron a Bs. 140,oo. Cuando les explicaba que mi vergatario, me había costado
Bs. 25.oo y que me parecía exagerado el precio del simple cargador de su batería, se
molestaban. Uno de ellos me espetó, que él antes compraba las empanadas a Bs. 5,oo y
ahora tenia que pagarlas en Bs, 20,oo
Logrado los objetivos nos dispusimos, durante toda la tarde, a preparar nuestro almuerzo
y la cena, habíamos intentado almorzar en un restaurant y cuando vimos el menú, nos
retiramos discretamente sin emitir juicio sobre sus precios. Si algún lector me tacha de
pichirre, debo recordarle que vivo del salario mínimo que me paga el Seguro Social y estas
vacaciones las estamos disfrutando con los dos meses de aguinaldo que nos pagaron-
un día de salario mínimo llega casi a los Bs. 100,oo (igual al valor de un kg. de cebolla)-
Es la primera vez, en 29 años de estar juntos, que mi compañera y yo pasamos unas
Navidades a solas, Queríamos vivir esa experiencia y la logramos. Habíamos prometido
eludir los intercambios de regalos y a toda manipulación consumista de los comerciantes
especuladores y allí estábamos los dos juntos batallando para poder cumplir lo prometido
a nosotros mismos. Ningún vecino tocó nuestra puerta y tampoco nosotros lo hicimos.
Los familiares y amigos nos estuvieron enviando mensajes navideños todo el tiempo y
a través de los celulares mantuvimos unas nutridas comunicaciones con todos ellos.
Así que eso de estar solos en verdad, hoy en día es casi imposible. Juntos cenamos, nos
tomamos unas copas, apagamos los celulares y nos acostamos a las doce para que el
niño Jesús naciera sin ninguna interrupción. Continua….
Juanveroes64@hotmail.com