En cualquier sociedad si no se adaptan los mecanismos y las reglas de funcionamiento o de juego de los actores, abre el camino hacia la anarquía. Más aun se dificulta el escenario al tratarse de una joven revolución, que apenas da sus primeros pasos como proceso de transición, rodeada de infinidades de obstáculos y el mayor de ellos es el cultural.
Levantar un nuevo paradigma no solo requiere valentía, sino analizar a fondo las características, y los muros que sostienen y mantienen vivo el viejo sistema, y de qué manera se arma un proceso de liberación nacional si no tenemos claridad a lo que nos enfrentamos. A pesar de los inmensos recursos invertidos en el área alimenticio, para disfrutar de nuestro pabellón criollo, seguimos dependiendo de la buena voluntad de países amigos, que siendo más crítico creo que debería haber más contribución de su parte para lograr esos objetivos, tal como lo han señalado los hermanos iraníes al asegurar que la independencia alimenticia de Venezuela, es parte esencial de la lucha antiimperialista, y han sido consecuentes al construir en nuestro territorio fabrica de leche, cemento de tractores etc. Además han manifestado su disposición de construir las fábricas de leche necesarias, hasta resolver el déficit presente en ese rubro. Igual planteamiento se ve del lado Belarus y sirio, dejando claro que el variable clima existente en Venezuela con la nueva y alta tecnología agrícola, permite lograr una independencia formidable en una larga lista de productos alimenticios.
Parte esencial de la resistencia del pueblo sirio se debió, a la extraordinaria independencia alimenticia, frente los bloqueos y la guerra dirigida por las potencias occidentales quienes, quedaron bien desenmascaradas ante sus propios pueblo con la alianza estratégica que tienen estos gobiernos, con los grupo terroristas y mercenarios en el mundo.
No podemos seguir como el juego del gato y el ratón. Los acaparadores se la ingenian de manera permanente burlando los mecanismos establecidos, que ya requieren y merecen ser adaptados a la realidad, aceptando que tenemos grandes fallas.
Desde ya varios años sabemos que un restaurante es capaz de garantizar mil pollo si se les solicita, y se burlan cuando te presentan la carne importada y cobrarla más caro por ser más blanda, y nadie puede acusar un restaurante de acaparador porque no les toca vender esos productos sino procesados, pero entonces compran en ocasiones, cuatro veces su consumo semanal, considerando que aun pudriéndose la mitad están; en primer lugar manteniendo una escases del producto y para disfrutarlo debemos ir a un restaurante; y en segundo lugar venden ese producto procesado 10 veces es decir 1000% más de lo adquirido y en ocasiones hasta mas.
Estas tácticas del parasitismo secundado por la complacencia generalizada, especialmente por los organismos del estado que en ocasiones son chantajeados, y acorralados por influencias, además carecen de herramientas jurídicas para actuar, y hacer frente de manera eficiente ante estos escenarios.
Un ejemplo de las deficiencias jurídicas, era en el caso de INDEPABIS, según la ley, su Presidente no tenia potestad de nombrar hasta un secretario para su despacho, bajo esas condiciones tuvo que trabajar Eduardo Saman. De verdad estos muchachos hicieron milagro, producto de la lealtad, determinación de servir a la patria, y convertir INDEPABIS, en trinchera contra el sabotaje y la guerra económica.
Nuestros cuerpos de seguridad han hecho intensas investigaciones, una reconocida labor y tiene claro desde hace varios años, que los verdaderos depósitos de los automarcados son grandes casas incluso quintas, que según nuestras leyes prohíben su allanamiento sin la autorización respectiva emanada de los tribunales, y al allanar, simplemente se decomisan, o producto de presiones de algunos padrinos, son obligados los funcionarios, hacer el rol de vendedores y luego entregarle al dueño del local el dinero de venta.
Y en ocasiones se ha visto que al asumir algunas organizaciones sociales el rol de contralor, estos terminan siendo socios de los dueños de los automarcados haciéndose parte del delito, según ellos va a un supuesto fondo, en apoyo a sus actividades sociales.
La clave de los grandes robos al bolsillo de los usuarios, es mantener la figura del escás programado, por lo tanto no es nada casual lo que está ocurriendo, y me refiero a la orientación de bloquear de manera permanente los proyectos de desarrollo, porque se trata de una cadena de una gran sociedad de cómplices, y tal como lo señalo el Presidente Nicolás Maduro, cuando habla de la perforación de las instituciones, que de paso lo han hecho de manera perfecta y bien organizada, dejando claro la fragilidad de las instituciones, que fueron hechas solo para servir, al modelo capitalista, y al intentar enrumbarlas hacia otra dirección, actuaron como un cuerpo humano con sus defensas ante un organismo extraño llamado socialismo.
La especulación hay que verla como una gran industria delictiva, que permite involucrar frente la fragilidad legal existente y la acción estatal científica y oportuna, a casi todos los involucrados en el ramo, y me atrevería decir que esta sociedad de cómplices, podría estar enlazada en el exterior para frenar cualquier intento de suministrarnos de tecnología, algo que calza bien en los intereses del imperio, para mantenernos alejados de poder alcanzar el objetivo de la independencia alimenticia.
Zamora dejo claro la importancia de la alianza con el campesino y el campo al asegurar, que si queremos revolución económica debemos volver al campo y partir desde el campo.
Un campesino no se puede decretar, es tan sensible, que requiere lazos permanentes para mantener esas cualidades de ser un verdadero campesino, tanto así que se pierde incluso desde la primera generación en caso de la inconstancia de esa extraordinaria cultura, y esa relación permanente con la tierra.
El capitalismo en sus ciclos de crisis, acumulo experiencias suficientes para lograr sobrevivir, incluso caemos por inocentes cuando nos precipitamos al puntualizar faces del exterminio del capitalismo muy lejos de su indiscutible fin. La teoría del socialismo científico nos habla de la necesidad de conocer las experiencias particulares y el modo de funcionamiento del capitalismo, sus articulaciones y maniobras que le permiten seguir avanzando sobre el dolor y la miseria de los pueblos, sus trabajadores y campesinos, y reclutarlos aprovechando sus debilidades por falta en primer lugar, de la conciencia revolucionaria, y segundo lugar sus divisiones y enfrentamientos inyectados de puro economicismo, oportunismo puro.
El capitalismo hace sus jugadas coyunturalmente perfectas, y es capaz de ir al extremo, incluso empujar a la civilización a un exterminio controlado, manteniendo cierta iniciativa aventurera sobre el timón.
Durante la segunda guerra mundial, el único país que se salvo de la gran destrucción fue Swiza, la razón es simple, allí están los capitales de todos los corruptos, grupos económicos y mafias del mundo. Es decir, la tierra intocable acordada por los capos del mundo.
El capitalismo ha logrado desarrollarse aprovechando toda la ciencia a su alcance, por lo que nos obliga enfrentar ese proyecto haciendo más énfasis en la ciencia, y quedemos claro que, la burocracia tradicional burguesa, articulará desde las entrañas del estado popular, para, no solo llevarlo al fracaso, sino, para ocasionarle el mayor daño posible, golpeando en primer lugar, los elementos subjetivos de la lucha de clase, y lograr absorber vía reformas superficiales, y de manera temporal los elementos objetivos, permitiéndose de ese modo ganar tiempo, reflexionar y neutralizar esa etapa.
Cuando hablamos de los especuladores y acaparadores, no se trata de un simple escenario, o simples actores, es en realidad todo un complejo orgánico que involucra, una pirámide interconectada y sistematizada. Y a partir de esa visión debemos partir hacia las grandes batallas, teniendo claro las etapas tácticas, como ganar y conquistar, y seguir avanzando por la construcción de nuestro Socialismo Bolivariano, pero con herramientas propias que parten del poder popular, hacia el estado comunal.