A pesar de las medidas que el gobierno bolivariano ha anunciado en semanas recientes para intentar detener el contrabando hacia Colombia de todo tipo de productos desde Venezuela, lo que aquí llamamos el bachaqueo de alimentos y de gasolina, sigue tan campante como en el último año.
En el caso de la gasolina, vivimos una semana despejada en las colas de las bombas de gasolina, pero desde hace unos 10 días, se revitalizaron las largas colas de vehículos, colas en las cuales es fácil identificar que un 50 % de ellas se componen de bachaqueros.
En el caso de los miles de wayúu y criollos comprando alimentos para luego revender, las colas en los supermercados Bicentenario o privados (Enne, DeCándido, etc) no han disminuido ni un ápice, y creo que hasta han crecido en número de personas luego de la visita de Diosdado Cabello al Zulia.
Si se está evitando el paso de alimentos y gasolina hacia Colombia, entonces existen inmensos depósitos de ese combustible y de esos productos que diariamente adquieren los bachaqueros en Maracaibo.
Todos los zulianos somos testigos diarios de esto, y no comprendemos cómo algo tan evidente, que ocurre a la vista de todos, es tan difícil de comprender por parte de los funcionarios del gobierno.
Las colas de bachaqueros en los supermercados y en las gasolineras comienzan antes de amanecer, y no se despejan hasta caer la noche. Las mismas personas vuelven al día siguiente, y al otro, y al otro, de lunes a domingo, incluyendo días de fiesta, así llueve, truene o relampaguee. Se ha convertido en una nueva profesión para muchos.
La escasez de productos básicos sigue siendo sumamente elevada, no ha disminuido en ningún rubro, y cada día se incorporan nuevos productos a la lista de escasez. La compra de gasolina ha vuelto a colocarse para los ciudadanos marabinos como un mal rato que hay que pasar cada dos o tres días.
Hoy el gobierno regional ha realizado una marcha antibachaqueo. En las mismas emisoras de radio bolivarianas de la ciudad, diferentes locutores opinaban hoy que esa marcha no servía de mucho, pues no se observaba voluntad efectiva en los funcionarios del gobierno para detener el contrabando hacia Colombia.
Se informó públicamente que cambiaron a 42 oficiales asignados a los distintos puestos fronterizos del Zulia. Pero se está poniendo en duda en la población la efectividad de esa medida, porque no se ven resultados, ni siquiera mínimos. Un taxista me comentaba la semana pasada que el no haberle formulado cargos ni procedimientos sancionatorios contra los militares cambiados a otras regiones, era una prueba de la complicidad gubernamental para con la corrupción presente en las líneas fronterizas. Para ese taxista, y a pesar de los argumentos en contra que yo le intentaba demostrar, este gobierno es el más corrupto de los últimos tiempos.
Otro amigo me comentaba, refiriéndose a la información que le daba un cuñado que por necesidad se ha incorporado al bachaqueo de gasolina, que a los oficiales al mando de los puestos fronterizos las mafias contrabandistas les pagan 300.000 bolívares semanales, más de un millón al mes. Este amigo reconocía que es muy difícil resistirse a ese pago, opinión que por cierto no compartí.
En todo caso, el ambiente en Maracaibo está cada día más revuelto. La sensación que se palpa en la ciudadanía es de notable desasosiego, de angustia permanente, de perplejidad ante la inoperancia de las medidas gubernamentales.
Por parte de las instituciones gubernamentales no observamos una campaña acorde al tamaño de la emergencia que vivimos. Apenas ayer escuché por primera vez una cuña radial condenando el bachaqueo, luego de más de un año de acentuamiento del contrabando hacia Colombia y de escasez generalizada. En las televisoras regionales no vemos tampoco mayor movimiento gubernamental para combatir ideológicamente el bachaqueo. La batalla contra el bachaqueo se está perdiendo en Maracaibo, y es urgentísimo tomar medidas más contundentes y efectivas para evitar el desangre del país que estamos viviendo en nuestra frontera con Colombia.
Sólo por asomar menciono unas posibles medidas:
- Considerar el cierre total del paso fronterizo hacia Colombia, por unos días o semanas, mientras el gobierno pone orden en los mecanismos para evitar que continúe el contrabando.
- Abrir averiguaciones administrativas a los principales funcionarios civiles y militares que ha ocupado cargos en los puestos fronterizos y en el ministerio de alimentación, por lo menos desde los últimos cinco años, y la averiguación debe incluir una revisión exhaustiva de sus ingresos, propiedades, y de sus más cercanos familiares. En los casos de encontrar evidente enriquecimiento ilícito, sancionar con todo el peso de la ley, como mecanismo que contribuya a recuperar la confianza de la población en el gobierno.
Creo que estas y otras medidas a proponer deben ser debatidas urgentemente en la opinión pública, y ser consideradas en su aplicación inmediata por el gobierno nacional.
Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 11 de febrero de 2014.