El pueblo revolucionario jamás puede ponerse de espaldas a la guerra económica, por eso cuando el ministro de Comercio Dante Rivas pide el apoyo de todos, y el Sundde suministra números de teléfonos y cuentas de Twitter para denunciar a los comerciantes especuladores, es necesario darle apoyo irrestricto, pero de la misma forma creo que en vista de la situación que se vive en el país, principalmente en los municipios Maracaibo y San Francisco del estado Zulia, antes de que la gente de algún pitazo, la Superintendencia de Precios Justos debe coordinar amplios operativos por ramo comercial de forma permanente.
Unos días le caen en cayapa a las ventas de alimentos, otros a las de vestido y calzado, luego a las de los medicamentos, después a las de repuestos de vehículos automotrices livianos y pesados, a los ferreteros y así por el estilo, porque en estos municipios, si no todos, la mayoría de los comerciantes especulan. Seguramente habrá sus excepciones, pero deben ser mínimas; la experiencia indica que en estos terrenos por donde el cliente meta la cabeza sale reventado.
Hace poco pregunté por el precio de un juego de tacos de frenos para una camioneta Cherokee modelo 93 en un negocio de la calle 13 de Sierra Maestra, casi llegando a la intersección de la vía a Perijá, jurisdicción del alcalde Omar Prieto, y me pidieron 1500 bolívares y, a cien metros, en otro establecimiento, 1300. Y eran de la misma marca. Todo un desafío al Gobierno revolucionario y así son la mayoría de ventas de repuestos en Maracaibo y San Francisco.
La Sundde si quiere se entera perfectamente de este tipo de robos ¿cómo? Sencillo: con una inspección al ramo, puede empezar por los negocios que quiera y cuando quiera en estos dos municipios, que seguro estoy no tendrá que hacer un gran esfuerzo para capturar a los especuladores in fraganti. Hágalo, si lo prefiere, al estilo maracucho: cierre los ojos y apunte con el dedo que donde caiga, ahí conseguirá a un especulador.
Y no hablemos del comercio de víveres, donde según dicen, los bachaqueros de nacionalidad colombiana -y valga esta otra denuncia para investigar-, un día sacan alimentos con el último número de la cédula de identidad y otro con el de su pasaporte. ¿Cuándo se acaban de esa manera las largas y fatigantes colas de amas de casa que se hacen alrededor de las tiendas?, pero esta es solo una pregunta, la otra sería: ¿Se darán o no cuenta de esta irregularidad gerentes, cajeros y otros empleados de los grandes mercados tanto privadas como revolucionarios? Confiemos en que más temprano que tarde, el ministro Dante Rivas le tenga una buena repuesta a esta interrogante.
No quiero cuestionar la actividad de la Sundde, pero tengo que decir, porque así se siente en la calle, que el pueblo no ha sentido la efectividad de su trabajo. Los comerciantes bandoleros han dado al traste con su labor. Los precios están por las nubes. Acabaron con el aumento del 1 de Mayo en un abrir y cerrar de ojos.
De todas maneras, la superintendencia recomienda a la gente que haga las denuncias en contra de los comerciantes bandidos por las líneas telefónicas 0800-Sabotaje (72268253) y 0800-Reclama (7325262). Y a través de las cuentas twitter: @Sundde_ve y @noalsabotaje.
El denunciante debe informar el nombre y la dirección del establecimiento donde se presenta la irregularidad, así como el producto con sobreprecio, para facilitar el proceso de fiscalización e investigación.