Nada fácil para un creyente de este proceso que inició el Comandante Chávez constatar con sus propios ojos la dinámica que ocurre en cualquier centro de venta de alimentos cuando son expendidos productos de la dieta básica subsidiados y/o regulados por el estado en la búsqueda de lograr la protección a los sectores mas desfavorecidos de esta sociedad.
En esta dinámica se observan claramente los actores, ninguno esconde su condición. Por un lado, las cadenas de distribución, mostrando el mayor desgano por aportar soluciones, al contrario con intenciones de estimularlas por omisión ó por complicidades que se vienen acuñando entreelementos internos y revendedores. Como un ejemplo de omisión, las ventas al detal sin emitir la factura personal, promoviéndose así las compras ó recompras en exceso. Con esto, se diluye el destino de los productos regulados en las ventas globales de los supermercados.
Nuestra predica debe ser como nos enseñó el Presidente Chávez, todo dentro del marco de las leyes y la constitución. Por tanto, las soluciones deben ser a través de leyes, peroleyes diferentes a las que se han formulado hasta ahora, las cuales contemplan severas medidas, las cuales no han podido ser aplicadas.Aplicarlas, significaría la encarcelación de un buen número de venezolanos de diferentes clases y niveles sociales. Funcionarios públicos de todo tipo, personas humildes que vienen haciendo de la reventa de alimentos una forma de rebusque y finalmente otro grupo de empleados de las cadenas de alimentos que vienen haciendo grandes negocios.
La propuesta de nuevasleyes innovadoras, tendrían carácter temporal y serían de carácter fiscal. Su aplicación como el IVA, deben ser de manera sencilla. Utilizando los propios recursos de las cadenas de ventas de alimentos.Debe ser dirigida a los productos de primera necesidad, solo debe buscar el castigo del bolsillo de los consumidores compulsivos yrevendedores.Su aplicación debe tener un tiempo determinado hasta la normalización del abastecimiento y consumo natural de los productos.
Su la aplicación se iniciaría de manera selectiva,en forma paulatina,a los productos que se quiera regularizar su consumo.La aplicación de sendos impuestos de al menos 50%, 100% 150%.Aplicable tanto al excedente, comoal consumo básicoen caso de excederse.Incrementar el impuesto elnúmero de veces necesario hasta lograr eldesestimulo a los individuos dedicadosa la reventa, así como al consumo eufórico. El producto de estos impuestos especiales, en caso de producirse, sería justicia devolverlos al mayor generador del esfuerzo de su producción. Esto es, regresarlos a los productores de alimentos.
Otra ley con el mismo carácter fiscal, deben estar dirigida a las cadenas de distribución de alimentos. Estas, han olvidado el deber que tienen en cuanto a reinvertir las ganancias, estando seguro que últimamente han sido cuantiosas, pero no han promovido inversiones en otros nuevos supermercados. Como consecuencia de ello,por carecer el país de nuevos centros de abastecimiento masivo, las viejas instalaciones no pueden dar un mejor servicio de calidad ni reducir las agobiantes colas. La ley en cuestión debe ser nuevos impuestos para esos capitales ociosos y porque no,reducción de impuestos para las inversiones en nuevas infraestructuras de abastecimientos.
La solución definitiva del desabastecimiento es producir más alimentos. Se debe repetir esto hasta la saciedad. Pero mientras tanto, se deberán tomar medidas intermedias, que por un lado desalienten el nocivo efecto del acaparamiento y compras masivas, y por el otro desalentar el instinto de los grandes capitales, de generar más problemas y obligarlos finalmente a aportar soluciones.
Tanto el camarada Diosdado Cabello, desde la Asamblea Nacional comoel Presidente Maduro por medio de la Ley Habilitante, pueden impulsar iniciativas como las propuestas,creándose nuevas herramientas mucho más efectivas para combatir la guerra económica y alcanzarrevertir los efectos irritantes que día a día acumula la población.
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