Es preocupante el punto de quiebre al que quiere llevar la guerra económica, al proceso bolivariano. El oposicionismo supo dónde y cómo golpear -en el bolsillo del venezolano y deteniendo la productividad nacional para derribar así la labor social de Gobierno que durante 14 años cimentó mi comandante eterno: Hugo Chávez, más el año y tanto que llevar mi presidente Nicolás Maduro.
La maquinaria primaria económica escuálida, está en manos del "afable" Lorenzo Mendoza, de allí que las cosechas de maíz, arroz, caña de azúcar, incluso la producción láctea, sean destinadas a la elaboración de cerveza, refrescos y yogurt.
Cómo se explica que la producción de acero, o subproductos del petróleo como el plástico, por ejemplo, tengan que ser importados, cómo es eso que siendo una nación que navega en un mar petrolífero, sea un peo conseguir aceite para motor, para cajas automáticas o liga de freno; qué tipo de crisis está atravesando Lácteos Los Andes, industrias Diana o el complejo agroindustrial Pedro Camejo, como para que falte la leche en cartón en los enfriadores de las panaderías, el aceite comestible tenga un valor cercano a los 100 bolívares y no haya asistencia técnica por la incapacidad de estatal en la productividad agrícola, sencillo, los gerentes, coordinadores, encargados, como usted los quiera llamar, de empresas claves para la producción nacional están en manos de inoperantes, falsos revolucionarios, aprovechadores y parásitos que vulneraron al gobierno socialista para mantener el control del Estado Burgués. Por qué debemos importar desde las caraotas, hasta una jeringa, pasando por papel periódico, elementos electrónicos, cauchos y repuestos automotrices, más allá de la adquisición de dólares preferenciales por parte del sector secundario.
No entiendo como es que las empresas básicas del Estado, ubicadas en ciudad Guayana y ciudad Bolívar están virtualmente paralizadas, aunado a la mono producción del oro negro.
Insito, hay quienes llegan a puesto de poder y en lugar de ponerse para la cosa, se coloca del lado de la lógica del capitalismo. ¡Dios nos está matando la inconciencia, el aprovecharnos del otro sin más sentimiento que sacarle hasta el último billete de 100 bolívares del bolsillo del consumidor!.
Ahora con el cuento que la gente tiene plata, debido al pago del bono navideño -empresa pública- y aguinaldo, empresa privada, para el primero de octubre todos los precios del sector terciario llegarán a escala solar. Conciencia bolivariana y revolucionaria es lo que necesitamos, educación nacionalista y compromiso chavista es lo que urge para crecer como país, como sociedad y como buenos venezolanos.