“Y dicen por ahí” que el que tenga miedo que se compre un perro, o un cochino, y a pesar de que vivo en pleno pulmón del centro del medio ambiente hamponil, aun, no capto el mensaje de estos dichos o diretes, o no se si es simplemente que me quiero hacer el guebón, para que no sea tan obvio, mi vasto conocimiento en las definiciones de expresiones cotidiana de nuestras comunidades. Es así pues, una vez mas hago alarde de mi inconsciencia existencial, y aterrizo nuevamente en esta nuestra trinchera de lucha en la batalla de las ideas como lo es aporrea.org, tan solo con la firme intención, no de dar lástima, y mucho menos caer en la sumisión de mendigar compasión, sino, para que algunas autoridades, claro está, si es que les da, su realísima ganas de prestarle atención a las cosas que manifestamos, los que desde hace mucho tiempo hemos estado diciendo, que debe haber un mayor control en cuanto a las asignaciones de los bienes inmuebles, que ha venido adjudicando y otorgando en estado nacional a través de las instituciones gubernamentales; al tiempo de también haberle hecho algunas sugerencias…
Ciertamente, quien suscribe no puede ponerse a cuestionar y mucho menos criticar el otorgamiento de bienes inmueble a nuestros hermanos y hermanas camaradas, que han estado y permanecidos en refugios por mas de dos años, y mucho menos que se les otorguen a las familias que por razones ajenas a su voluntad, hayan caído en desgracias, eso, seria el colmo de las miserias, y falta de consciencia CHAVISTA, si alguien cuestionara al estado nacional, por cubrirles las necesidades a las familias en estas circunstancias. Pero ahora bien; y es aquí, donde se radicaliza mi posición, si lo que dije anteriormente es una realidad, no es menos cierto, que cuando observamos (al menos yo) el otorgamiento de una nueva vivienda a personas que en otras oportunidades ha recibido ese beneficio, ¡Coño! Por lógica razones debe entrar la ira y el descontento.
Hay quienes ya estamos cansados de solicitar, de hablar, de asistir, de ir y de venir, haciendo las miles y una diligencias y peripecias, para ver si por lo menos, aunque sea no mandan para el cipote, pero que va, nos encontramos una inmensa y descomunal traba burocrática, para poder tener acceso a los órganos y entes encargados de realizar y hacer las asignaciones, porque, aunque nadie me lo crea, si usted no tiene un buen contacto dentro de las instituciones para tales fines, corre el riesgo, incluso, hasta de desaparecer físicamente del sistema de asignaciones de vivienda o cualquier otro bien de los que gratis o por adjudicación otorga el gobierno revolucionario; y esta vaina era con HUGO CHÁVEZ, y ahora pareciera que no disminuye con el camarada NICOLÁS MADURO.
Por lógicas razones no voy a presentar esto como una denuncia, porque lo primero que van a decir, es que estoy resollando por la herida, por que soy un resentido social, y si critico algunas cosas que medio hagan confundir a los receptores del mensaje, van a pensar que estoy en contra de beneficiar a las personas que están en desgracia o en algún estado de necesidad alarmante, entonces, es por ellos que solo me resta dejarle a la voluntad de las autoridades, investigar lo que a bien quieran investigar.
Hay quienes por respeto a las leyes y las normas de convivencias, nos eximimos de invadir y/o ocupar terrenos o bienes inmuebles desocupados, pero entonces pasamos la gran molestia cuando observamos como personas sin escrúpulos, invaden, ocupan y se apoderan de espacios, respetados por otros, y les otorgan la buena pro de cederles esos espacios, sin mayores traumas; les puedo hablar de una quinta invadida en la avenida Roosevelt, por si acaso algún vecino me quiere cuestionar, luego entonces a muchos solo nos queda solicitarle de corazón a Dios.
Diosito santo, mándame una desgracia o conviérteme en corrupto para resolver…