Lo que está pasando en todo el sistema de salud en el país habla claramente de una situación anormal desde el punto de vista epidemiológico. Si a usted le toca asistir por razones de salud a la red de hospitales públicos o privados, a los CDI, a los IVSS o a los ambulatorios las colas en las emergencias son desesperantes, hay que esperar hasta seis horas para lograr atención. Sin importar sí es por fiebre, dolores intensos, recién nacidos o adultos mayores, el cuadro es de una verdadera emergencia epidemiológica ya que la gran cantidad de enfermos con síntomas virales tiene colapsado el sistema de salud.
No hablo por noticias sino por experiencia propia, a lo que se suma la escasez de medicamentos elementales como acetaminofen , solución de hidratación oral, reactivos para cerologia viral y medicamentos para el control de la presión arterial, diabetes y cáncer llegando a una situación poca veces padecida en el país, donde la escasez se ha generalizado a todos los ámbitos creando una situación para nada halagadora donde no se encuentran los aditivos para fumigar, lo que nos coloca en una muy mala posición para contrarrestar el mosquito que trasmite el dengue y la chikungunya.
La falta de planificación de la preventivención desde el punto de vista epidemiológico, el retardo en la toma de decisiones y la escasez forman un cuadro para una crisis de salud perfecta, ya sea inducida o por las corrientes migratorias, la cruda verdad es que estamos en las peores condiciones para enfrentarla y esto debe ser un serio motivo de reflexión y análisis en el seno del gobierno y de los revolucionarios. Es inaceptable la ausencia de planificación, previsión y de acciones concretas después de dos meses de detectado el fenómeno viral en el país.
En nuestro país existe una amplia experiencia en epidemiología que conoce muy bien los niveles de Leavell y Clark que llegó a ser modelo para otros países, debemos retomar seriamente la evaluación de nuestros programas de prevención y proponernos la meta de alcanzar estándares internacionales. No es aceptable la actual situación de minusvália en la que nos encontramos, este es un pueblo sabio y paciente que padece a diario los problemas que tenemos en el sistema de salud y al que no podemos ni debemos ocultarle o negarle información, no es correcto pretender ocultar o no decir la verdad.
Lo revolucionario y políticamente acertado es alertar con claridad a la población sobre la magnitud de la crisis, utilizar las organizaciones sociales de nuestro pueblo para librar una batalla casa por casa contra los mosquitos, asumir un amplio programa preventivo con el pueblo tanto de información como de educación y de prácticas concretas, estremecer el sistema de asignación de divisas para resolver la escasez de medicamentos y de insecticidas y colocar y definir muy claramente los indicadores para evaluar periódicamente los resultados.
Los adversarios siempre utilizarán nuestros errores y omisiones, debemos confiar en nuestro pueblo y asumir que más daño nos ocasionará no hablarle con la verdad y claridad revolucionaria. Ocultar los errores no los solucionará.