“Y La lluvia también”: se repite la película

Hace poco tiempo vimos en VTV “Y la lluvia también” una excelente película que trata sobre como los indígenas bolivianos eran despojados de sus pozos de agua para obligarles a comprar el vital líquido a precio de oro. La trama transcurre cuando se está filmando una cinta con una productora extranjera sobre la conquista y donde los actores que interpretan a los indígenas sometidos a la explotación y saqueo son los mismos que en el mundo real se enfrentan a los nuevos colonialistas que esta vez vienen por un oro no metálico que cae del cielo.

Al final los directores y productores del filme se ven enredados en una trama que supera la ficción hasta en lo cruento. Tanto en la película como en el filme los pobladores originarios son aniquilados para arrebatarles sus valiosos recursos. Es más terminan las escenas y salen a protestar algunos ni regresan porque los detienen o mueren.

Traemos a colación el asunto, por que aquí en nuestro país está sucediendo algo no muy ajeno a esa circunstancia. En el estado Bolívar donde tenemos el mayor potencial hídrico del país estamos siendo sometidos a un vejamen terrible. Sucede que en el municipio Heres, a muchas comunidades no nos llega el agua-la suspensión puede durar desde un mes hasta años- lo que nos obliga a pagar el líquido a precio de oro. Los camiones cisternas venden el tambor hasta en 50 bolívares y las embotelladoras ya aumentaron a 40 bolívares el garrafón. De paso si usted anda en la calle debe cargar su recipiente porque ahora casi ninguno de los comercios quiere vender el agua de botellita porque dicen los expendedores que “no les resulta” venderla al precio fijado por la SUNDDE.

En el sector donde vivimos hemos estado hasta veinte y treinta días sin una gota de agua. La situación se torna insostenible. Las razones que da la hidrológica acerca de esta escasez tan acentuada varían: rotura de tubos, daño de las bombas. Lo insólito es que se fractura un tubo en Independencia (municipio anzoatiguense vecino) y ya por eso no hay agua. La reposición de tubos dura quincenas. Se habla de manipulación interesada en el suministro y algunos vecinos dicen haber visto personas cerrando llaves. El fluido se evapora misteriosamente y lo más dramático es que no llueve; la sequía prolonga nuestra agonía. Se ha dicho que la solución llegará con la culminación del nuevo tanque, cuyos trabajos han tardado más que la construcción de las pirámides de Egipto, el tiempo pasa y no vemos luz o perdón agua. Mientras tanto hay quien se hace millonario a costa nuestra. ¿Habrá alguna vinculación?


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María Angelica González


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