No basta con que lamujer del Cesar sea honesta...!

No basta con que la mujer del cesar se honesta, sino que también tiene que aparentarlo, si criticamos a la IV República por el uso y abuso de los bienes públicos que hacían connotados dirigentes, por ejemplo "las colitas de PDVSA", los jeep de Ciliberto, la coronación de Carlos Andrés Pérez al inicio de su segundo Gobierno, mal podríamos en la V República emular esas perversiones, cuando vemos Ministros, Gobernadores y Alcaldes trasladándose en Vehículos de lujo, (que no deberían serlo) que son oficiales, cuando vemos comitivas de centenares de personas en viajes presidenciales al exterior, los cuales son alojados en hoteles cinco estrellas, cuando vemos a altos funcionarios con excesos de escoltas, y tantos ejemplos más, pensamos entonces que muchos de nuestros funcionarios chavistas reproducen los mismos vicios y perversiones, del pasado punto fijismo.

El pueblo venezolano debe conocer el modo de vida de sus dirigentes, en el entendido de que estos son sus Voceros, no sus representantes, debe conocer que bienes materiales poseían antes y después de ejercido un cargo público, y más en un país donde la costumbre ha sido el enriquecimiento ilícito de muchos de sus dirigentes, a lo cual no escapa el chavismo, la bolivurguesia existe, es real, todo el mundo lo sabe, hay mucho sociolistos, que se hacen pasar por socialistas y ante esa realidad los sectores críticos tienen que hacer oír su voz, aunque se nos acuse de contra revolucionarios o de darle banderas al enemigo, pero no podemos callar, el que "calla otorga" dice un conocido refrán, además la crítica que efectuamos desde lo interior del chavismo tiene como propósito impedir desviaciones y retrocesos que comprometan el avance y desarrollo del proceso bolivariano que tanto nos ha costado y del fiel cumplimiento del legado que nos dejo el comandante eterno, en particular con el Plan de la Patria y el Golpe de Timón.

El Chavista debe destacarse por su congruencia entre pensamiento y acción, entre su discurso y su hacer, y más aún cuando ejerce cargos públicos, se debe entender como servidor del prójimo, como su vocero, nada de ínfulas o súper egos, los cargos son accidentales, contingentes, lo esencial debe ser su condición revolucionaria, y esa no depende de las posiciones que ocupe en la administración pública o en las instancias del Partido, depende de su compromiso, de su actitud y de su formación, la humildad, la honestidad y la solidaridad deben ser la constante de su personalidad y del ser revolucionario, no basta ser, también debe aparentar, debe haber correspondencia entra lo esencial y lo fenómenologico.



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Mariano Crespo Colina

Universitario, socialista, bolivariano y humanista, partidario de la no concesión a la derecha golpista.

 mcrespo48@yahoo.es      @dialogoambiente

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