Dada la situación económica interna del país agudizada aún mas por la insospechada e inesperada caída de los precios del petróleo, lamentablemente única fuente generadoras de divisas; obligó al Presidente de La Republica, Nicolás Maduro, a salir del país por 11 días, en un periplo que lo llevó a los países productores de petróleo integrantes del cartel de la OPEP, además de visitar a China y Rusia.
De sus propias declaraciones, el Presidente informó el no haber podido lograr el consenso necesario para la reunión de la OPEP, que debería definir una estrategia frente a la brusca caída del precio del petróleo, pero no se dijo a ciencia cierta si países como China o Rusia, le suministrarían prestamos en efectivo a cambio de petróleo.
Han sido innumerables las conjeturas, opiniones y comentarios a esta gira presidencial, los medios de comunicación han reseñado todas las opiniones desde las mas serias y ponderadas con las diferencias del caso, hasta las irrespetuosas y mal sanas.
Han querido generar todo tipo de matriz de opinión cada uno (gobierno y oposición) por su lado, mientras aquí se vive un ya casi avasallante desabastecimiento, y donde nacen nuevos “empleos” como es el de vender el puesto en cualquier cola para poder adquirir un producto.
La oposición venezolana se parece mucho al chiste del Madrileño, han producido declaraciones en las que informan que a Venezuela no le van a dar más dinero prestado, que el presidente se vino con las manos vacías; si hubiese sido al revés, entonces, los comentarios y opiniones girarían en torno a que se sigue hipotecando el país, ni más ni menos la esencia del madrileño.
Esta oposición se parece mucho a los cubanos residentes en Miami, que junto a los gobiernos Norteamericanos, creyeron que el bloqueo económico a Cuba era la solución para la desaparición de la revolución, pasaron 53 largos años hasta el 17 de diciembre de 2014, cuando entendieron que habían equivocado la estrategia, que ese no era el camino, y por eso ambos países retornaron a sus relaciones diplomáticas, como debe ser.
Aquí se han barajado muchas estrategias todas fallidas, para derrocar al gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez y ahora el de Nicolás Maduro, los sesudos analistas políticos nacionales e internacionales se creyeron que el fin de este proceso político estaba a la vuelta de la esquina con la muerte de Hugo Chávez, juegan siempre a que fracasen las políticas de Estado, porque de ese fracaso surge el “éxito” de ellos, les alegra de sobremanera lo que hoy sucede con el precio del petróleo, porque ahora si caerá el gobierno.
En fin, hay un juego maquiavélico en el que entramparon a todo el país tanto gobierno como oposición, se han invertido y dilapidado recursos que no volverán, no se ha “sembrado el petróleo” por eso hoy se cosecha tempestades, se ha repartido una riqueza que no se ha producido, y el clientelismo político junto al facilismo han estado a orden del dia.
En 15 años de gobierno se han hecho inusitados esfuerzos por disminuir la breca de los graves problemas sociales que aquejaban al país, pero algunos indicadores del INE reflejan otra realidad y es muy probable que eso se deba a aquel lacónico mensaje y reflexión del Presidente Chávez cuando dijo “Eficiencia o nada” aquí ha habido una planificación tropicalizada: “como vaya viniendo, le vamos dando” de ahí los resultados y las actuales consecuencias.
Enmendar la plana será traumático y difícil, las consecuencias más graves las tendrán lamentablemente que pagar quienes menos tienen, eso duele a los seres humanos que tienen sentido de solidaridad y conciencia de clase, pero no ha habido un modelo económico que configure lo contrario.
La oposición venezolana anda con el gobierno del Presidente Maduro como la política del bikini, que no saben cómo se sostiene, pero como les gustaría que se le cayera; por todo eso es que no dan pie con bola y quieren aplicar el dicho mexicano si no gana, arrebata.
Al gobierno se le está acabando la capacidad de maniobra que ha sido el petróleo, sabe perfectamente que amor con hambre no dura, ya esta semana estaba por debajo de los 40 dólares el barril de petróleo, con un presupuesto construido sobre la base de un barril a 60 dólares, esto ya es mucho qué decir para los planificadores de la economía, que también esperan impacientes como también lo está el pueblo venezolano, por los anuncios presidenciales, y que ojalá no sean la crónica de una muerte anunciada de esta gira presidencial.
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