Como el problema del bachaqueo ha tomado dimensiones napoleónicas, en los que se han visto involucrados funcionarios de diversas instituciones del orden público del Estado, Policía; voy a compartir un mensaje de texto que me envió un trabajador de la Policía del estado Portuguesa, quien a su juicio, el contrabando no cesará así nada más. “(...) si queremos acabar con el bachaqueo, en los chinos, donde llega el producto, hay que sacar a la gente disfrazada de revolucionarios que hasta cargan franelas rojas y se burlan de la revolución y hablo con base. Las llamadas redes alimentarias hay son personas miserables, que se llevan los productos por bultos y las venden en las bodegas de los barrios al triple y andan encompinchadas con varias revendedoras quienes pasan de primero en complicidad con funcionarios de la Policía del estado Portuguesa y uniformados de la Guardia Nacional que están destacados en esta región. Si quiere dese una vuelta por los supermercados de los chinos que están en el Palito. Sino hacemos algo se nos hunde el Psuv, debido a fariseos que ahí hay”. El poco espacio que tengo en los medios no sería suficiente para hablar de corrupción en los cuerpos de seguridad de estado, desde el “punto de control” de la GNB, en el puente sobre el lago de Maracaibo, hasta el que se encuentra Casa Blanca, en la Gran Sabana; pasando por el ubicado en el Central La Pastora, estado Lara; La Yaguara, Caracas; Peribeca estado Táchira, la lista es larga. La guerra contra el contrabando, más que un política de Estado, ejecutada por el Gobierno socialista de mi presidente Nicolás Maduro, requiere que todos los que estamos acosados por los bachaqueros, bajen el consumo de esos producto, se que no es fácil y suena medio loco, porque a una mujer le llega la menstruación periódicamente, un chamo recién nacido necesita pañales, leche maternizada o completa, todo usamos desodorantes, lavamos ropa, en fin; pero hay que racionalizar el uso de estos productos en la medida que podamos, así como evitar compralos. Ya sabemos quienes son esos sinvergüenzas -hasta una gaita le sacaron a los contrabandistas de gasolina y a sus pares de productos regulados, muy buena por cierto- inclusos sabemos que ellos, los bachaqueros son los verdaderos y auténticos golpistas, no importa si una vez apoyaron a mi comandante eterno: Hugo Chávez o siguen su legado, cosa que dudo- lo importante es que atentan contra el presupuesto familiar, contra el sueldo del asalariado y contra la tranquilidad de los millones de venezolanos que no comerciamos, ni nos lucramos con la necesidad y el dolor ajeno.
Como dije, el problema del bachaqueo ha tomado dimensiones napoleónicas, que hay funcionarios de algunos ministerios y entes descentralizados que ofrecen desde jabón en polvo hasta, crema dental y no se diga de leche, pañales o papel tualet de oficina en oficina; vaina que a mi entender, debe ser motivo de despido inmediato del servidor público en cuestión. La falta de conciencia social y conciencia de clase, ha devenido en una crisis moral personal y espiritual que quien la padece no siente que la sufre, solo ve los billetes marrones en su bolsillo y la cara de arrechera, desesperanza, incredulidad y asco en quien le compra. A mi amigo y camarada de la Policía del estado Portuguesa, quien por razones obvias no puedo revelar su identidad, le digo que nunca podrá arreglar el mundo, pero como lo hemos conversado, es mejor ser parte de la solución y no ser parte del problema, hermano.
PD. A mi estimado Rafael Roldán, el popular Pepe, la utilización de la palabra mongólico, no es para alarmarse, ya que no la utilizo para denigrar a los chamito con síndrome de Down y como él mismo me lo hizo saber en una conversación, “hay padre de familia que se puedan sentir aludido”, le expreso, que si algún padre de familia piensa que su hijo es mongólico, es un papá muy maluco. Espero que este comentario no sea motivo para otro comentario adicional en su columna de todos los martes, en un medio impreso de circulación local, toda vez que jamás ofenderé a mis lectores o lectoras y mil gracias Pepino por leer mis artículos de opinión, ya que leo los tuyo, con los que en muchas ocasiones no estoy de acuerdo, pero eso es la democracia y la libertad de opinión e información.