Jesús nos dejó muchas enseñanzas y una de ellas fue la de deslindar los hechos de las teorías. Cuando le preguntaron si era justo pagar impuestos al César, él les pidió que le enseñaran una moneda y les repreguntó a los que intentaban acorralarlo para denunciarlo como enemigo del imperio, ¿De quién es la esfinge que aparece en la moneda? Y ellos le respondieron: “es del Cesar”. Entonces Jesús sentenció: “Dale al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Haciendo un intento de parodia en tiempo presente, podríamos hacernos las mismas preguntas: ¿En cuál tipo de monedas vendemos nuestra casi único producto de exportación? Responderíamos: en dólares. ¿En cuál moneda se hacen los cálculos para fijar los presupuestos de gastos e inversión del Estado venezolano?. Respuesta: en dólares. ¿En cuál moneda se fijan los precios para importar la mayoría de los productos que consume el pueblo venezolano?. Respuesta: en dólares. ¡¿Ven ustedes al bolívar por alguna parte en las grandes decisiones que afectan a la mayoría del pueblo venezolano?¡ Respuesta: Sí, a la hora de fijarles los salarios, las pensiones y los costos de los servicios que deben pagar para subsistir .
Pienso que si al Presidente Nicolás Maduro le preguntaran: “¿debemos pagar las mercancías y comprar los alimentos y medicinas a precios del “Dollar Today”?. La respuesta del Presidente podría ser exacta a la de Jesús: “muéstrame un “Dollar Today” y le repreguntaría a quien le interroga: “¿de quien es esa esfinge impresa en ese billete? Y al recibir la respuesta le contestaría: “dale al imperio, lo que es del imperio y al bolívar lo que es del bolívar”.
Me imagino a mis fieles lectores preguntándose: ¿Adónde nos quiere llevar Juan Veroes con su artículo No. 500 en Aporrea?. La respuesta es muy sencilla: Lograr que gobierno y pueblo adquieran la conciencia de que es insostenible, para los trabajadores y pensionados, recibir sus ingresos calculados a una tasa de dólar oficial de Bs. 6.30 y tener que comprar y adquirir los alimentos , medicinas y servicios básicos a un dólar cuya tasa está fijada por las casas de cambio de Cúcuta a Bs. 200.00 por dólar. Y que la única salida es emparejar los ingresos, de la población más vulnerable, a los precios de cotización del dólar que fija el valor de las mercancías en el mercado . Recibir ingresos de dólar a Bs. 6. 30 y tener que comprar a dólar de Bs. 200.00 es lo más empobrecedor que se pueda imaginar y por más que el gobierno intente implantar mecanismos de subsidios para que el pueblo no pase hambre, los dólares que en eso invierta se convierten en sal y agua pasa enriquecer a los más ricos.
$ 2.416,61 pesos tiene que pagar un colombiano, si quiere tener un dólar en sus manos y en Venezuela, quieren seguir los empresarios comprándole dólares al Banco Central a Bs. 6.30. ¿No es esto una locura? Y luego las mercancías que importan y producen las venden sobre cálculos de los dólares del mercado paralelo, o sea a Bs. 200.00 por dólar. Si hacemos la comparación del salario mínimo que gana un trabajador colombiano : (El salario mínimo mensual para 2014 quedó redondeado en $616.000) nos podemos dar cuenta que necesita trabajar: siete horas para poder comprar $1 dólar. En Venezuela considerando que el salario mínimo está fijado en unos Bs. 5.000.oo al mes y el valor oficial del dólar es Bs. 6.30, un trabajador podría comprar $26 dólares con sólo ocho horas de trabajo; pero calculado al valor del “Dóllar Today” estaría en la misma capacidad adquisitiva del trabajador colombiano.
Hecho los cálculos anteriores y considerando que es el poder adquisitivo, lo que decide la calidad de vida de la población, humildemente me atrevo a sugerir a nuestros economistas, que propongan al gobierno darle al dólar lo que es del dólar y dolarizar en bolívares los sueldos, salarios y pensiones, de acuerdo a la cotización del dólar paralelo, que es el que se usa para adquirir los productos de la cesta básica y darle al bolívar su verdadero valor adquisitivo en función de lograr “la máxima felicidad al pueblo”, como lo dejó escrito nuestro Libertador Simón Bolívar.