¿Hacia dónde apuntan los cambios en el régimen cambiario?

La reducción del cupo de divisas por viaje al exterior y las nuevas restricciones para compras a través del comercio electrónico, forman parte de una política de gradual eliminación de las tasas preferenciales y el avance hacia la unificación cambiaria en una tasa ultradevaluada fijada por la oferta y la demanda.


Esto se relaciona con la reciente creación de la tasa Simadi, que actualmente bordea los 194 bolívares por dólar y es aceptada oficialmente como referente para la fijación de precios en el mercado interno. De conjunto, la política económica del gobierno apunta a enfrentar la caída de los precios internacionales del petróleo y el descalabro de la producción nacional no petrolera, aplicando un duro ajuste capitalista en contra de la mayoría trabajadora del país.


Las sucesivas devaluaciones y la restricción del acceso a la tasa de cambio preferencial se combinan con la amenaza de un inminente aumento del precio de la gasolina, antecedido por aumentos drásticos de los precios de los alimentos, incremento del transporte y otros servicios públicos, despidos masivos, tanto en el sector privado como publico, avalados por el Ministerio del Trabajo, así como una política salarial antiobrera, con congelamiento de contratos colectivos y aumentos del salario mínimo por debajo del índice inflacionario.


Los efectos de estas medidas del gobierno están castigando duramente al pueblo trabajador, que sobrevive con los salarios más bajos de América Latina. Más del 70% de los asalariados del país ganan entre $30 y $60 mensuales a la tasa oficial Simadi.


Irónicamente, el gobierno viene imponiendo medidas económicas que formaban parte del programa de gobierno de Capriles en las elecciones de 2012 y 2013, en su momento denunciadas por el chavismo por su carácter “neoliberal”. Ello explica por qué, pese al alto rechazo popular a las medidas gubernamentales, la MUD no se opone a ellas.
Más devaluada que la moneda nacional está la credibilidad de los dos bloques que se disputan la renta petrolera. El Polo Patriótico encabezado por el Psuv, y la MUD, ambos sumergidos en un rancio oportunismo, y en una carencia completa de principios e ideales.


Cada vez está más claro para miles de venezolanos que los discursos sobre golpes suaves, golpes continuados, invasiones inminentes, y guerras económicas, han sido solo recursos propagandísticos con los que el gobierno ha venido distrayendo la atención pública de sus brutales medidas económicas. La verdadera guerra económica hoy en Venezuela es la que libran en alianza el gobierno y Fedecámaras contra la población para que la mayoría se apriete el cinturón, mientras boliburgueses y la burguesía tradicional siguen apoderándose de la renta petrolera; para que las transnacionales imperialistas como Chevron puedan seguir saqueando el país; para que los empresarios chinos continúen superexplotando la mano de obra local en zonas económicas especiales, en proceso de creación.


El gobierno descarga la crisis sobre las mayorías populares para salvaguardar las ganancias de un puñado de multimillonarios y transnacionales
¿Le reducirán el cupo de dólares preferenciales a la General Motors, a Chrysler, a Nestlé, Samsung, Peugeot, a Odebrecht, o a las demás transnacionales que el gobierno considera aliadas? Por supuesto que no. ¿Meterán presos a los sobrefacturadores de importaciones que en los últimos años se robaron más de $60 mil millones y confiscarán sus propiedades malhabidas? Mucho menos, pues esa corrupción brota del riñón del alto gobierno. Mientras tanto, el precio de cada vez más productos de consumo básico se calcula en base a la tasa Simadi de 194, la inflación avanza indetenible, los salarios se depauperizan a una velocidad impresionante, y la vida del pueblo trabajador transcurre en una cola, bajo el sol, en la madrugada, pasando toda clase vicisitudes en aras de obtener los alimentos para sus familias.


Tenemos que organizarnos para resistir contra las medidas económicas del gobierno, avaladas silenciosamente por Fedecámaras y la MUD. Todos los que creemos que los sobrefacturadores de importaciones deben ir presos, que las propiedades de las empresas de maletín deben ser confiscadas, que si no hay divisas para medicamentos no debe haberlas para pagar la deuda externa, que el salario no puede calcularse a 6,30 y los precios a 194, tenemos la obligación de levantar una alternativa política verdaderamente de izquierda contra el gobierno y la MUD.


El Psuv está completamente quebrado moralmente y ya es la más acabada expresión de lo que el chavismo criticó en sus orígenes: una cúpula podrida que habla a nombre del pueblo para oprimirlo y explotarlo. Cada vez es más difícil sostener la posición de quienes reclamándose chavistas críticos llaman a apoyar al gobierno para evitar que gobierne la derecha tradicional y ataque las conquistas sociales de los últimos años, pues ante una crisis agravada el gobierno de Maduro se está encargando de destruir todas y cada una de las conquistas sociales y democráticas de la población.


Es una necesidad urgente que la Unión Nacional de Trabajadores, los sectores del chavismo que se reclaman críticos, como Marea Socialista, las organizaciones sindicales, comunitarias, estudiantiles, y quienes militamos en la izquierda revolucionaria y autónoma confluyamos en acciones conjuntas contra las medidas económicas del gobierno y debatamos sobre la necesidad de una plataforma unitaria político-electoral para enfrentar en el terreno de la movilización y el de las elecciones a los políticos del ajuste, el Psuv y la MUD.



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Simón Rodríguez Porras


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