Esta es la cuarta opción de las diez medidas que adoptaría de “las 10 medidas a tomar hoy para terminar con la escasez, la inflación, la especulación, la corrupción y el dólar paralelo” que me invita reflexionar Hernán Luis Torres Núñez con respecto a su comentario crítico a mi artículo "Los peligros del ajuste silente del paquetazo empresarial" (1) referido a resolver el problema de la inflación y esto tiene que ver, con la desdolarizar la economía rentista petrolera.
Bien lo dice Gonzalo O. Díaz, respecto al problema de la inflación en Venezuela asociada al tipo de cambio paralelo, que nos ha llevado a la posibilidad de plantearnos que la hiperinflación tiene una fuente, el uso del dólar en las transacciones, la especulación con el mismo, y la dependencia del dólar como divisas en las transacciones internacionales, por eso se propone resolver “la causa principal del problema que es precisamente, la des-dolarización de la economía de nuestros países, sobre todo en aquellos que han tomado la determinación de avanzar por un camino distinto al neo-liberal capitalista y que echan por la borda todas las iniciativas de cambio que con tanto esfuerzo han logrado ya que a estas alturas no hemos tomado los correctivos necesarios para desmarcarnos de esa oprobiosa dominación económica representada por uno de los indicadores monetarios más cuestionados de la tierra y con menor sustento en reservas como lo es el dólar norte americano” (2) y su hegemonía monetaria-financiera.
Demos desinflacionar la economía del dólar, reducirlo como medio de circulación, de pagos al menos en los países aliados, del Alba, MERCOSUR, CELAC, debilitando su dependencia de la divisas del dólar, minimizando sus operaciones financieras para evitar la crisis cíclicas de cuando disminuye las transacciones petroleras pagadas en dólares, disminuir en el mercado el uso de los dólares como medio de pago dada que su fortaleza son los mercados petroleros, las transacciones que se hacen allí, el petrodólar. Debemos hacer una revolución monetaria en el campo nacional e internacional, acudir a otras monedas, diversificar la canasta de moneda a los efectos de pagos, el yuan, el rublo, e inclusive mejor aún el SUCRE en Mercosur y más allá, como sistema de unitario de compensación regional de pagos entre los países latinoamericanos y caribeños.
Puesto que el dólar es una moneda fiduciaria, desinflacionar el dólar significa disminuir el volumen de sus transacciones regionales, en particular en Venezuela como economía rentista, sin renunciar al dólar por los pagos del petróleo, mejor dicho diversificar la canasta monetaria para acabar con la dominación financiera del dólar, es decir plantearnos “la necesidad de agruparnos en sectores geo políticos (…) para crear nosotros mismos un sistema de canje con nuestras propias monedas. Incluso tomando como referencia una moneda de libre cambio mundial que no tiene necesariamente que ser el dólar norteamericano, pudiera ser el Euro, Yen, Rublo, Yuan u otro, aunque lo ideal sería que la referencia cambiaria volviera a ser el Oro” (3). Con ello estaríamos haciendo menos vulnerable nuestra economía a los vaivenes de la crisis financiera-económica de los Estados Unidos.
Recomienda Gonzalo O. Díaz que para eliminar la triangulación de las transacciones entre pesos, bolívares mediados por el dólar, se debe eliminar las Casas de Cambios, sustituirla por sucursales bancarias, para cambiar bolívares por pesos y viceversa, en los aeropuertos, entre banco y banco eventualmente se hacia el canje correspondiente por sus respectivas monedas, por divisas convertibles o por bienes y servicios, se trata incluso de un asunto de soberanía, no podemos dejar en manos de la banca privada algo tan importante y sensible como es la defensa de nuestras monedas y mucho menos en manos del poder económico imperial; porque con cual razón todas nuestras compras y ventas con países de nuestra región tienen que ser trianguladas a través de una moneda distinta a la involucrada en la transacción, (ajena a la región, la nota es mía) (4). Solo así, eliminando la triangulación monetaria, donde el dólar juega un peso en la devaluación del bolívar podríamos estar eliminando la especulación del tipo de cambio, fundamentándose en el patrón oro y no en el valor del dólar conque equiparan ambas economías en la frontera, Colombia y Venezuela.
Desinflar los precios dolarizando significa además desmantelar el mecanismo especulativo: “el sector comercial capitalista no productivo y desestabilizador ha tomado el tipo de cambio fronterizo como referente para darle el valor al dólar paralelo en nuestro país, consiguieron la fórmula para justificarlo y trasladar los precios de las mercancías importadas independientemente que haya o no dólares en Simadi, lo que nos dice claramente que se trata de un plan bien orquestado donde alguien (cualquiera) pone el precio del dólar a su real gana y este de inmediato es reflejado en las Casas de Cambio fronterizas quienes lo legitiman”, (5), por eso hay que auditar las empresas privadas, los precios del mercado, existen un componente especulativo en el precio de los bienes importado que va más allá del costo de las mercancía, tiene que ver con las transacciones especulativas del dólar negro, u debido a la escasez de divisas urge optar por una canasta de divisas más diversificada que nos permita realizar transacciones más confiables.
Hoy le ha tocado a Venezuela y Argentina pero mañana a cualquier otro, no se necesita mucho esfuerzo para crear conciencia liberadora en nuestros mandatarios regionales eso quedó demostrado en la reciente Cumbre de las Américas, así que vamos todos unidos a derrotar la especulación y los corralitos financieros promovidos por las malignas corporaciones financieras capitalistas del mundo; todos los Bancos Centrales de nuestra región deben asumir el canje y manejo de nuestras monedas y divisas, en consenso debemos proponer una divisa de aceptación mundial solo como referencia de cambio, cada país es libre y soberano para determinar su tipo de cambio de acuerdo a sus reservas y necesidades (6).
Está claro que los bancos centrales no pueden dejar las operaciones cambiarias a las empresas privadas, en especial las casas de Cambio, allí habita la corrupción como ha quedado demostrado con las Casas de Cambio colombianas, la economía monetaria es un asunto serio como para dejárselo al libre juego de la oferta y demanda, allí priva la corrupción por encima de la humanidad, los bancos centrales deben asumir sus responsabilidades en particular, el Banco Central de Colombia por los ilícitos cambiarios en la frontera, el gobierno colombiano como buen vecino al que Venezuela ha servido de aliviadero con los desplazados debería en agradecimiento y reconocimiento público luchar contra la corrupción monetaria, la corrupción económica y financiera, los delitos económicos descarados en la frontera al que pareciera que el gobierno colombiano consciente de los delitos económicos se ha ido convirtiendo en un estado forajido, una amenaza inusual --parafraseando a Obama—para Venezuela como país vecino.
Fuente:
1.-Hernán Luis Torres Núñez, Respuesta al artículo "Los peligros del ajuste silente del paquetazo empresarial" Aporrea, 02/06/2015
2.-Gonzalo Ochoa Díaz, “Cambiamos moneda de 34 países excepto Venezuela” (a) Aporrea, 03/06/2015
3.-Idem.
4.-Idem.
5.- Gonzalo Ochoa Díaz, “Bs.F. en Cúcuta ¡una aberración!” Aporrea, 23/05/2015
6.- Gonzalo Ochoa Díaz, (a). Ídem.