Es un gran mito, una leyenda de pasillo mal concurrido, ese cuento de que los colombianos en Venezuela han sido gran problema para gobierno alguno. La migración de millones de colombianos hacia estas tierras ha significado principalmente un asunto o fenómeno cuyas consecuencias las ha vivido o sufrido la sociedad venezolana, que no es lo mismo, que a la vez ha sido presa fácil de la propaganda chovinista y xenófoba, auspiciada precisamente desde las estructuras del Estado. Entiéndase medios de comunicación (públicos y privados), aparato militar y policiaco… colchón, que permitía a los gobiernos desviar o señalar bastante hacia los hermanos de dicha nacionalidad, como uno de los grandes responsables de nuestra problemática en general. Eso conllevo a instalar una simbología de marca terrible en nuestra población, a tal sentido que nunca fue lo mismo decirle a alguien portugués, español o italiano, que decirle colombiano. Las consecuencias de ello se pueden resumir brevemente así:
- En la llamada cuarta republica la persecución policial hacia el colombiano era una constante, con consecuencias lamentables de deportaciones, maltrato físico, violaciones, asesinatos, matraqueos, etc. etc.
- Estigmas de todo tipo.
- Explotación laboral, con patronos que al tiempo despedían al trabajador, quien al no poseer documentación en regla, ninguno era el reclamo que podía hacer desde el punto de vista legal.
- Dificultades para poder acceder al sistema nacional de educación o salud.
- Y así, un sin fin de situaciones mas.
Es muy importante y pertinente señalar, que con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, lo anterior comenzó a sufrir un cambio, y es de valorar el gran aporte que al respecto hizo el compañero, no solo como presidente, sino fundamentalmente como dirigente de la revolución bolivariana, quien desglosaba elementos de diversas índole para debatir y explicar sobre lo que conllevaba a que se diesen fenómenos como precisamente el de las migraciones. Punto fuerte del grueso de sus explicaciones, pasaba por poner en evidencia al capitalismo como sistema, más allá de fronteras o nacionalidades.
Podemos decir entonces que con Chávez al frente y el proceso revolucionario, se fue fraguando una comprensión sobre el tema de las migraciones con perspectiva revolucionaria. Hubo un gran paso en lo concreto y fue en el año 2004 cuando se abrió aquella fase para que los llamados extranjeros pudiesen obtener sus papeles legalmente, y aunque consideramos que eso tenía que ser acompañado con una política que apuntase a la inserción en amplios términos, más allá de la mera propaganda, porque para la revolución bolivariana es vital ganar a la enorme cantidad de inmigrantes, indudablemente que fue un movimiento de gran reivindicación social y humanista. Era y fue hacerlo distinto a todos los gobiernos anteriores.
Si algo ha quedado demostrado en la historia, es que las revoluciones que en un determinado momento se ponen vacilantes y no avanzan, como consecuencia lógica, no solo que se estancan sino que además retroceden y empieza a encontrar espacio hacia su interior lo que antes había sido expulsado y por ende rechazado. En términos sencillos es lo que llamamos reacción. La crítica es satanizada y perseguida, el dirigente señala más que orientar o debatir, los errores no se abordan, se esconden, se habla de empresarios patriotas, el clientelismo político pasa a ser la gran formula en detrimento de la militancia y la formación, la democracia es tratada con disimulo y maniobra, a la lógica y natural diversidad del pensamiento se pretende enclaustrar tras la rejas del pensamiento único. En todo lo anterior y tantísimo más, es indudable que las direcciones políticas tienen una responsabilidad enorme. ¿Ejemplos? Entre el caso de la desaparición de Alcedo Mora, quien venía haciendo investigaciones y denunciando hechos de corrupción, caso al que desde el gobierno-PSUV se le ha tratado con una indiferencia y desdén muy hirientes; la reciente incorporación a las filas del polo patriótico de Ricardo Sánchez y la medida tomada con los colombianos, hay una alarmante relación dialéctica que debe encendernos las alarmas a todos aquellos militantes revolucionarios de base y de organizaciones que no estamos plegados a la polarización que se traduce en un pacto de cúpulas PSUV-MUD.
Si algo está bien claro en la población venezolana es que los grandes males padecidos van vinculados estrictamente con la corrupción. Que sus consecuencias son catastróficas: desabastecimiento, colas, especulación, salarios exiguos, y una serie de situaciones que en su conjunto golpean a la población mas desprotegida, que ve como la actual dirigencia no plantea nada como posibles soluciones, sino que mas bien, viene dando respuesta militar y policiaca a todo tipo de situaciones con una aceleración impresionante. Discutir contratos colectivos dentro de instalaciones del Ejercito, los presos por la situación en San feliz, las llamadas OLP y la reciente medida con respecto a los colombianos, vienen a ser ingredientes fundamentales de dos cosas: instalar en la cabeza de la gente la derrota e instalar también la reacción.
Atacar a los llamados bachaqueros, independiente de su nacionalidad, es atacar al eslabón mas débil de una cadena que expresa el desquicio económico por el que esta pasando Venezuela. Dichas medidas, infieren que no se trata de una política de enrumbar una lucha real contra la corrupción. En un momento fue contra los “raspacupos”, en otro contra los “remeseros”, pero en ningún momento se investiga el desfalco, el fraude con las importaciones, la fuga de capitales y por supuesto se continua con la asignación de dólares a los empresarios, quienes han demostrado descaradamente que su propósito verdadero pasa muy lejos por ser el de producir. Más aun nos preguntamos ¿Quiénes son los responsables de vigilar las fronteras? ¿Qué responsabilidad tienen los altos mandos militares? ¿Por donde pasan las gandolas con productos de Venezuela hacia Colombia? ¿Quiénes administran y dirigen las empresas propiedad del Estado? ¿Si hay colombianos indocumentados en edificios de la misión vivienda, quienes les asignaron esos apartamentos y como?
Por allá en el año 2005, fue el mismísimo Hugo Chávez quien declaro el carácter socialista del proceso bolivariano. Bastante que hemos oído hablar de “transición al socialismo”. Y aunque no vamos a discutir en este momento si tal transición es real o no, lo que si queremos decir es que una revolución socialista tiene entre sus grandes acepciones al internacionalismo y al humanismo. Entonces, con respecto a los colombianos ¿Dónde esta el internacionalismo? ¿Dónde esta el humanismo? Los colombianos que salen huyendo de sus tierras son colombianos pobres, igual que tantos de otras nacionalices. Pero todos pagando caro la consecuencia avasalladora del modelo capitalista. Entonces ¿Dónde esta el anticapitalismo que pregona la actual dirección política del PSUV-Gobierno?
Por ahora queremos cerrar diciendo lo siguiente. La mejor manera de defender a Venezuela, es defendiendo el proceso revolucionario que abrió nuestro pueblo. Quienes hacen un esfuerzo por decir que lo reciente no lleva implícito actos de xenofobia, chovinismo y nacionalismo ramplón, solo logran corroborarlo. Y por ultimo, vea como un gobierno trata a un pueblo “extranjero” para que sepa como termina tratando al propio.
POST; Continuaremos este debate en el próximo numero.
Gustavo Martínez Rubio
Twitter: @gmartinezru
Correo: gmartinez2109@gmail.com