En Venezuela hay una experiencia que le permitió colocarlo como el país con las mayores reservas mundiales de petróleo. Me refiero al proceso de inspección, de auditoría y, finalmente, certificación de los volúmenes de petróleo de La Faja Petrolífera del Orinoco. Sin ningún complejo, PDVSA contrató una empresa, Ryder Scott (EE.UU), de las tantas empresas certificadoras de reservas de hidrocarburos a nivel mundial. Hay otras empresa de igual solvencia que pudieron ser contratadas, creo yo, con las cuales se habrían obtenido resultados muy parecidos a los de Ryder Scott. Me refiero a empresas como BEICIP, Netherland Sewell and Associates, Inc., De Golyer and Mac Naughton, etc., etc. Al final las reservas de La Faja, que están por encima de los 250 mil millones de barriles, han sido reconocidas por organismos como la OPEP, la IEA, los países a los cuales hemos acudido para solicitar préstamos y la mayoría de las publicaciones especializadas en materia de hidrocarburos. Digo yo, un éxito total.
¿A qué viene esta referencia? Bueno, lo relaciono con lo que ha estado pasando con la importación de bienes y servicios. Creo yo, nunca ha habido un proceso similar al que fue sometida PDVSA para que se comprobara que lo que estaba diciendo que tenía en La Faja fuera, finalmente, corroborada por un tercero, de comprobada confiabilidad, tal como sucedió.
Como referencia Venezuela importó 16,7 mil millones de dólares en el 1999; 59,3 mil millones en el 2012 y 31,8 mil millones en el 2014, con solo estos años, tenemos idea de las colosales cifras que han sido asignadas a los importadores (privados y públicos) de bienes y servicios. Como resultado no se ha sabido si lo que se importaba era lo que necesitábamos y peor aún, si lo que llegó a nuestros puertos fue realmente la mercancía para lo cual se asignaron los dólares. Se da el caso de importaciones que nunca llegaron o solo llegaron parte de ellas, importación de agua de coco de Tailandia, maíz sancochado de China, carros para los cuales no se consiguen repuestos en el país, pero lo que es peor recibimos contenedores llenos de basura, etc. y mas etcéteras.
Me permito, como un ciudadano común, hacer la recomendación al Gobierno Venezolano que compruebe, con una simple consulta en Internet, la existencia de muchas empresas que se encargan de certificar cualquier proceso económico, industrial etc., validando, si así se hiciera tanto en el extranjero como en Venezuela, que lo que solicitó el importador sea lo que, finalmente, se embarcó y recibió tanto en los puertos y aeropuertos del extranjero como en los de Venezuela bajo las especificaciones de los productos o servicios involucrados en el proceso. La(s) empresa(s) que se contrate(n) estará(n), junto con las instituciones del Estado, asegurar, entre muchos aspectos, los siguientes:
- Que el producto o servicio sea necesario y que no se produzca en el País. Esto lo debe proporcionar el Gobierno.
- Que la empresa importadora tenga la solvencia financiera, infraestructura y conocimientos requeridos para importar el o los productos para los cuales solicita las divisas. Las empresas de maletín todavía existen. Si no, pregúntenle a los Robertos.
- Con la ayuda de organismos competentes determinar si el importador tiene parentescos con altas autoridades del país. Veamos el lío en el que está metida una princesa española, el caso de un hijo de la presidenta de Chile, etc. ¿Pasará en Venezuela?
- Averiguar si la empresa que importa tiene subsidiarias en el extranjero o compañías afiliadas que se prestaría para cualquier marramucia como subfacturación o sobrefacturación, cualquiera sea el caso. En Venezuela abundan los casos.
- Rangos de precios, en el exterior, del producto o servicio que se quiere importar. Tengo experiencia que un producto en el exterior cuesta por decir 1 dólar y, en Venezuela, cuando se hace la conversión con el dólar de importación, cuesta en Venezuela, por decir, 7 dólares. Nunca pasa lo que dice Carmen en su cuña de las empanadas.
- Registro sanitario, caducidad, en el caso de alimentos. Tengo la experiencia de haber comprado una barra de chocolate que tenía una etiqueta puesta en Venezuela que decía que su vencimiento era un año después, pero cuando la despegué tenía el sello, del país de origen, que decía que ya estaba vencida.
- Certificación, tipo ISO, para productos sensibles como los médicos, repuestos automóviles, etc. Se da el caso que comparas un repuesto y, al poco tiempo de uso, se te daña. En China por ejemplo un repuesto puede tener varias versiones; la muy barata, la medianamente cara y la muy cara. ¿Saben cual es el que muchos de nuestros importadores compran? El más barato y de mas baja calidad, pero lo inaudito es que nos los venden como si hubieran comprado el mas caro y de mejor calidad.
- Certificar un etiquetado, en el exterior, el precio de compra, tipo de cambio y precio final de acuerdo a la ganancia establecida por el Gobierno.
- Certificación, en el puerto o aeropuerto extranjero, que la mercancía que se cargó es la que se aprobó en Venezuela. Así se evitará que el contenedor lo llenen de chatarra. Ya nos ha pasado.
- Comprobación de validez de fianzas emitidas por entidades financieras venezolanas. Cualquiera se presta para emitir fianzas falsas.
- Comprobación del pago de impuesto y cumplimiento de leyes en el país de origen. También, en el exterior se falsifican solvencias.
- Certificar en puerto y aeropuertos de Venezuela, la llegada de lo que se compró.
- Certificar destino final, industria, supermercado, industria, persona de lo importado.
- Con toda la data que aporta la certificadora, las instituciones venezolanas tendrán que hacer el seguimiento a los productos importados. Evitar reetiquetamiento, comprobar ventas versus inventario.
- Minimizar el contrabando de extracción.
- ¿Otras?
Finalmente, de ser, esta recomendación, leída por algún representante de las instituciones encargadas de toda la aprobación de importaciones, en esta época de escasez de divisas, me permito, después de hacer una consulta rápida en internet, presentarles empresas certificadoras como: Bureau Veritas, AENOR, Applus +, SGS, Intertek, SCS Global Services. Las empresas de certificación tienen diferentes áreas de especialidad, unas en alimentos, otras en productos, otras en servicios.
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