El vigor, rebeldía y los valores de quienes decimos ser revolucionarios, no objeta ninguna intención de revisión pública, administrativa y jurídica en nuestras responsabilidades de gobierno. El proceso revolucionario en Venezuela atraviesa una crisis bien marcada, y lo que es peor con aras a profundizarse, por esta razón, hoy más que nunca debemos sincerarnos ante el pueblo que guarda esperanza en la moral revolucionaria, a ese mismo, pueblo que Ali Primera definía como sabio y valiente. Es hora de mostrar nuestra verdadera cara de hombres con capacidad transformadora que interpone el bien común ante la beneficencia personal. ¡Pregunto! Porque?, temer entonces, ante una averiguación administrativa cuando en algún momento de nuestra formación política hicimos lectura de "Las Venas Abiertas de América Latina"; llegamos a discutir y debatir el terror mostrado en la película Argentina "las noches de los lápices". Insisto en que se debe profundizar en la formación para poder comprender la necesidad de lucha y avance de la patria rebelde, ante modelos asesinos y terrorista que brindan la mayor de las comodidades a cierto segmentos de la población pero por otro lado acrecientan exponencialmente la pobreza.
Los verdaderos socialistas son auditables y no le temen a lo que antes de estar en servicios de gobiernos criticaban a gritos la corrupción y burocratismo, debemos ser capaces de incentivar el dialogo y buscar puntos de encuentros respetando la otrocidad ideológica de nuestros conciudadanos. Negarnos, la posibilidad de reivindicar el pensamiento socialista por un grupo de supuesto camarada que utilizaron nuestra tesis, solo con la intención de tener, por sobre su capacidad (productiva – administrativa) una especie de aventajamiento frente al soberano, permitiendo y hasta participando en oportunidades en horrendos casos de corrupción. La observancia sistemática de una masa demográfica que le dio la espalda a 40 años de explotación y reiteradas malversación de fondo quinquenales, esos mismo que dejaron de ser adecos, copeyano y sus derivados. Hoy no avalan el silencio profundo, cómplice de impunidad vestida de revolución.
Hago un llamado, desde lo más profundo de la razón revolucionaria a todos aquellos camaradas que sienten con el alma el pensamiento socialista para evitar que nos quiten la idea y presentemos ante la opinión pública a los corruptos que se infiltraron en nuestras filas para desde adentro tratar de destruir una de las ideas más hermosa, que tienen en su hacer el reconocimiento verdadero de la igualdad, unión, paz, solidaridad entre otros valores progresista que garantizan el Buen Vivir.
Recordemos camaradas profesionales nuestros días cuando por calles y avenidas mencionábamos consignas de lucha por cambiar a nuestra Venezuela de los ladrones de cuello blanco. Les confieso que le debo un eterno agradecimiento a la vida por haberme permitido vivir ese momento que formo en mi, un verdadero venezolano incapaz de mirar a mis iguales con desigualdad y poder abrazar con sinceridad y camaradería mirando a los ojos, sin bajar la mirada y dando la mano con endereza, franqueza y fraternidad.
Entonces, vamos pues denunciemos y hagámosle ver a nuestro pueblo revolucionario que el pensamiento libertario de Bolívar y reivindicador de Chávez no se articula con la corrupción, rescatémosle al pueblo la cantidad de divisas que irresponsablemente se llevaron del país seudos dirigentes revolucionarios. Hagamos valer los principios de cualquier revolucionario de verdad que no se casa con la solidaridad corruptiva. No hay peor maldición para un socialista real que ser amigo o compadre de un ladrón o un corrupto.
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