"La burocracia no es solamente un aparato de coerción, sino una causa permanente de provocación. La misma existencia de una avariciosa casta de amos, mentirosa y cínica, no puede menos que suscitar una rebelión oculta. La mejoría de la situación de los obreros no los reconcilia con el poder, lejos de eso, al elevar su dignidad al abrir su pensamiento a los problemas de política general, prepara su conflicto con los dirigentes"
León Trotsky en "La revolución traicionada"
El desfalco a la nación no es solamente en materia de divisas y económico, lo es también en muchísimos aspectos más. Dado la terrible situación por la que estamos atravesando difícilmente podría ser de otra forma. Ya no hay manera ni posibilidad de dialogo entre militantes y dirigentes, mucho menos espacio para el debate. Así suena como un trueno la convencional exigencia para el dirigido: ¡Disciplina carajo!
El reciente episodio en el que el presidente Maduro hizo sentir el peso de su posición a un miembro del PSUV, constata que tipo de democracia estamos viviendo. El delegatario de poder es electo por el voto popular, pero el se comporta de manera fantástica, pues está bien asistido por aquella lógica: "El que tiene el poder lo ejerce".
El poder puede servir para todo, desde firmar acuerdos con transnacionales que depredan, destruyen territorios y comunidades enteras, hasta descargar sobre los hombros de quienes no son los responsables el pago de crisis de todo tipo. Así el responsable o el perpetrador de dicha situación no paga, para él no hay disciplina, al contrario, a él se le protege, se le extienden grandes invitaciones. Invitaciones del tamaño de 300.000 millones de dolares.
Pero antes que de poder, se trata del papel que asume la dirección política, que anda en otra, que no contempla en sus propósitos al ciudadano común, por ello no le consulta para nada y cada medida que toma sirve para cualquier cosa menos para solucionar los problemas del país. Y como no pueden resolver los problemas, cualquier acción que intente realizarse desde abajo de manera propia, así sea la intención de entregar un papelito, les repela a los jefes políticos a tal grado que alzan la voz y señalan con el dedo para recordar que no se está en una gallera.
En esto último tiene razón el presidente Maduro, no estamos en una gallera, la verdad es que estamos en algo peor, a tal nivel que a la cúpula PSUV - gobierno sólo le va quedando el miedo como forma de conexión con la gente y a través de ello la administración de la miseria a la que nos han sometido. Todo con la anuencia y complicidad de la otra cúpula agrupada en la denominada mesa de unidad democrática (MUD).
No nos pueden representar direcciones políticas semejantes, que piensan y actúan en función de sus intereses, de sus privilegios, de sus lujos y no les importa un mínimo como hace cada familia día a día para arreglárselas y lograr conseguir algo para comer o encontrar medicamentos. Ambas cúpulas son la expresión de los responsables de la inaguantable situación que hace que a cada momento haya conatos, protestas y reclamos en todo el territorio nacional. A todos, los trabajadores, campesinos, estudiantes, madres y padres ... A todos, nuestro llamado es a organizarnos y construir una nueva referencia política. Una referencia con la suficiente amplitud donde nos sintamos contenidos, con nuestros matices, diferencias, que seamos capaces de derrumbar mitos anclados en falsificaciones históricas. Es el reto que proponemos a quienes estamos hastiados y cansados de tanto cinismo y soberbia.