La crisis y desabastecimiento obligan a modificar hábitos alimenticios del venezolano

La crisis y el desabastecimiento de alimentos han influido en la gastronomía criolla y los productos pocos consumidos se han convertido ahora en un lujo para millones de venezolanos.  Esta situación obliga a modificar los hábitos de consumo en los hogares y desarrollar  la creatividad culinaria.

De acuerdo a cifras del Banco Central de Venezuela, la tasa de inflación acumulada para 2015 era de 180%  y para 2016 se estima en más de 300 y 700%, según el Fondo Monetario Internacional. Y pesa sobre los alimentos principalmente en un país con una de las mayores reservas de petróleo y gas en el universo.
Los desajustes, políticas económicas desacertadas y el sabotaje de grupos económicos que dominan el mercado de los alimentos, han llevado a una grave crisis en el sector alimentos y de producción agrícola. El venezolano no estaba acostumbrado a la escasez y el problema los sorprendió.

De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el número de comidas consumidas por la población venezolana se ubicó en 2013 en un 47,4% . Debido al desabastecimiento está cifra podría alterarse negativamente.
La Encuesta Nacional de Alimentos realizada por el INE en 2013, registra en sus estadísticas que el venezolano depende de 20 productos principales para alimentarse y consume a diario  harina de maíz con 114 gramos por persona por día, pollo 44,5, café 78 gramos,  arroz 74,3 gramos,  carne de res 26,1gramos, espaguetis 30 gramos,  azúcar 36,3 gramos , pan de trigo 22,9 gramos, aceite vegetal 16,3 gramos, huevos de gallina 20.1 gramos y leche en polvo 14,1 gramos diarios, entre otros rubros.

El sabotaje en la red de distribución de alimentos por parte de sectores privados asociados a funcionarios corruptos y la aparición de una sub especie llamados “bachaqueros”,  han permitido acrecentar el desabastecimiento y encarecer los productos a precios que sobrepasan el mil por ciento en algunos casos como la leche, pasta, arroz, aceite y detergentes.

“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”, dijo Albert Einstein y vale para la creatividad criolla que no subestima las bondades de las sardinas, llamadas en Monagas las “pega loca” porque pegan con todo. O simplemente  elaboran panquecas de ñame, el mango frito, harina de maíz tostado, guiso de pira blanca o morada. El tere tere o vísceras de ganado guisadas no falta en la mesa de una familia. Quedó atrás aquel refrán: “Lleva mas guebo que sarten de pobre”. Pués, el cartón de huevos es un artículo de lujo hoy día.

 



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Carlos Carpio


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