El precio del barril de petróleo ha caído, en los mercados internacionales, desde los 117 dólares por barril, hasta los 85 dólares en los cuales se cotiza el día de hoy. El crudo Brent, que cotiza en el mercado de Londres y el West Texas Intermediate, en la bolsa de New York, reflejan día a día la crisis de los precios en el mercado petrolero internacional.
Las razones en la caída de los precios del crudo son diversas, destacan: La mayor producción de petróleo en Estados Unidos y Canadá; la incorporación de petróleo del Líbano, Irak e Irán, países que superaron, en los dos primeros casos, guerras internas y suspensión de sus envíos al mercado, y en el caso del tercero, una moderación de las sanciones que occidente les aplica; estancamiento de las economías europeas y menor crecimiento en China; mejoramiento de las técnicas para explotación de petróleo en Estados Unidos; y algunas de carácter especulativo por los grandes fondos financieros internacionales. Es decir, la oferta de petróleo supera la demanda mundial, y como las leyes del mercado no perdonan, el precio ha bajado.
Los mejores especialistas en la materia especulan sobre el precio al cual se detendrá la caída y el tiempo que durará este ciclo bajista: Le otorgan un piso de unos 75 dólares por barril y un techo de 90, con una duración de unos dos años.
La OPEP, con Arabia Saudita a la cabeza, ha declarado que no piensa reducir el bombeo de petróleo para intentar mejorar los precios; la razón principal: no quieren perder cuotas de mercado que tomarían países como Estados Unidos quien ahora exporta crudo de los llamados yacimientos de Esquistos, paraísos de rocas llenas de petróleo y gas, que abundan en USA y Canadá. Como estrategia, señala Arabia Saudita, la caída de los precios moderará las inversiones en nuevos yacimientos de producción costosa, como las perforaciones Off Shore o aguas afuera, o los crudos pesados, como los de la faja bituminosa del Orinoco, que han proliferado por todo el mundo, sustentadas en los altos precios del crudo.
A futuro, las cosas no pintan muy bien: Colombia y Brasil aumentan todos los días sus reservas y producción de crudo, México ha iniciado un proceso de privatización de su industria petrolera lo que sin duda traerá incrementos en la producción de su petróleo, Rusia también incorpora nuevas reservas y las nuevas tecnologías prevén una reducción en el consumo a mediano plazo donde destacan los vehículos eléctricos y nuevas fuentes de energía verdes.
Es decir, como dicen los sauditas, hay que acostumbrarse a menores precios del petróleo.
Venezuela no escapa a esta debacle; por el contrario, resulta uno de los países más afectados por la caída de los precios del crudo, debido a la falta de previsiones económicas que pudieran sustentar esta época de las vacas flacas.
En efecto, Venezuela no ha ahorrado para los malos tiempos, y no solo no ha ahorrado sino que se ha endeudado en moneda extranjera desproporcionadamente, tal vez pensando que los precios del crudo no caerían nunca y que por el contrario continuarían subiendo. Los demás países exportadores de petróleo, supieron hacerlo y han acumulado gigantescas reservas en divisas, para soportar esta dura caída de los precios. Han aprendido de los ciclos del petróleo: altos precios, incremento de las inversiones y la producción, ahorros energéticos, sobreproducción y… baja de los precios.
Un ejemplo es el Fondo Chino, como se le llama al préstamo que China ha hecho a Venezuela por miles de millones de dólares, dicen que unos 45,000 millones, que deben pagarse con barriles de petróleo a precio de mercado, entiendo. Por lo tanto, cuando bajan los precios Venezuela deberá dedicar más barriles de crudo al pago de la deuda y por lo tanto menores exportaciones a USA, que paga de contado y en dólares, a Petrocaribe y tal vez a Cuba. Por supuesto, especulo, por cuanto las condiciones del Fondo Chino y demás acuerdos internacionales en la materia me son desconocidas.
Venezuela ha centrado su estrategia geopolítica internacional, especialmente en América Latina y el Caribe, en su petróleo; Petrocaribe y Unasur son claros ejemplos de sus intentos de prevalecer en la política regional, lo cual hasta hace poco le resultó muy favorable..La caída en los precios del petróleo pudiera alterar significativamente la influencia regional de Venezuela.
Pero lo peor está por venir internamente, de mantenerse esta tendencia en los precios del crudo, la situación económica y social en Venezuela se deteriorará muy rápidamente, sumando a la actual crisis económica signada por hiperinflación, escasez, desempleo y ata conflictividad social. El país ha estado exprimiendo sus reservas internacionales y sacrificando importaciones de bienes de consumo primordial, para pagar su inmensa deuda externa que incluye a Pdvsa, las empresas del Estado y el sector privado de la economía. No hay duda que menores ingresos petroleros, sino se toman las medidas urgentes y adecuadas, empeorarán dramáticamente la situación del país y de la población venezolana. Cada dólar que baja el petróleo significa una merma en los ingresos de Venezuela de unos 700 millones.
El gobierno nacional, con el Presidente Maduro a la cabeza, deberá concentrar sus mayores esfuerzos en la situación petrolera, que es lo más importante que ocurre en Venezuela en este momento. Hasta ahora no se oye nada, excepto por las tibias declaraciones del Ministro Ramírez pidiendo una reunión urgente de la OPEP, algo que ya ha sido descartada por Arabia Saudita.
Dios nos agarre confesados, sin un Plan B..