Siempre dije, y sigo diciendo (durante las clases de Historia de Venezuela en LUZ), que Chávez se equivocaba al calificar de oligarcas a los adecos. En su origen el partido Acción Democrática fue tan popular como lo fue el chavismo. Sólo que en el ejercicio del poder, luego de varias décadas administrando la renta petrolera, sus principales dirigentes y socios empresariales terminaron incorporándose a la burguesía criolla como nueva fracción de la clase dominante.
Algo similar había ocurrido con los andinos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, artífices de la "revolución liberal restauradora" y posteriormente los más grandes terratenientes y capitalistas de Venezuela (particularmente en el caso de Gómez). Igual ocurrió con los grandes jefes federales como Antonio Guzmán Blanco, y los principales generales de la independencia nucleados en torno a José Antonio Páez. Humildes en su origen y oligarcas en el ejercicio del poder.
Con muchos altos representantes del chavismo gobernante ha ocurrido lo mismo. Es evidente en los altos jerarcas que han desertado a territorio enemigo (Estados Unidos y Europa) llevándose centenares de millones de dólares que se apropiaron delictivamente aprovechándose de los altos cargos ocupados, como es el caso de Rafael Isea (ministro de finanzas y secretario de Chávez)), Alejandro Andrade (tesorero de la nación), Velásquez Alvaray (tribunal supremo de justicia), Aponte Aponte (tribunal supremo de justicia), García Plaza (ministro de transporte), Claudia Patricia Díaz (tesorera de la nación), Adrián Velásquez (jefe de seguridad de Miraflores), Ricardo Coronado (gerente de PDVSA), Deivi González (gerente de PDVSA), Leamsy Salazar (jefe de seguridad de Chávez y Diosdado). Por cierto, contra estos criminales y traidores a la patria, la justicia venezolana ha actuado con manos de seda, y pareciera que el gobierno hiciera un esfuerzo por que nos olvidemos de estos ladrones y de lo que se llevaron, como si fuera una travesura de ellos y no un grave delito contra los intereses fundamentales de la República y de la revolución bolivariana.
También es evidente ese grupo de chavistas que han ascendido a las más altas esferas del poder económico en los grupos empresariales boliburgueses que han adquirido mediante transacciones de millones de dólares casi todos los monopolios comunicacionales que otrora estaban en poder de la vieja burguesía adeco-copeyana: los que adquirieron la Cadena Capriles (Ultimas Noticias y El Mundo), el Bloque de Armas (Diario Meridiano y Meridiano TV), El Universal, Globovisión, Canal I y multitud de diarios y televisoras regionales. Los Gorrín, los Ruperti, y otros boliburgueses menos conocidos, controlan buena parte de las principales empresas mediáticas del país, manejando millones de dólares obtenidos no precisamente con el sudor de su frente, sino ejerciendo el papel de testaferros de funcionarios "bolivarianos" corruptos que han desfalcado a Venezuela en los últimos 15 años (Marea Socialista ha calculado en 259 mil millones de dólares lo desfalcado mediante el sistema cambiario desde CADIVI hasta el presente).
Realizo toda esta explicación para dejar claro como la luna llena, como hubiera dicho Chávez, que así como los adecos derivaron en oligarcas, los chavistas están siguiendo el mismo camino, aunque aún no hayan recorrido completamente la ruta de la perdición capitalista que hicieron de punta a punta los antiguos adecos revolucionarios de los años de 1920, 1930 y 1940, que terminaron como empresarios y magnates en las décadas de 1970, 1980, 1990.
Es totalmente válida la comparación histórica que alguien realizó entre Maduro y Betancourt, entre AD y el PSUV, y entre Marea Socialista y los antiguos partidos revolucionarios de los años 60. Quienes hoy gobiernan Venezuela dicen claramente que "prefieren reunirse con Ramos Allup que con –lo que ellos llaman- los traidores a Chávez", es decir con grupos como Marea Socialista. Esas fueron las palabras textuales del ministro Jorge Arreaza en un reciente acto el 04 de junio de 2016 (ver esta noticia en: http://www.noticierodigital.com/2016/06/jorge-arreaza-prefiero-reunirme-con-ramos-allup-que-con-un-traidor-a-chavez/) .
Prefieren reunirse y pactar con el enemigo de clase, incluso con los mismos representantes del imperialismo, antes de abrir espacios de debate a quienes hacemos críticas desde el campo revolucionario. Lo que acaba de ocurrir en la reunión de la OEA, al reunirse nuestra ministra Delcy Rodríguez con John Kerry, es la reiteración de una serie de negociaciones entre el gobierno de Maduro y el imperio mismo. Recordemos la entrevista Jaua-Kerry de 2013, la reunión Cabello-Shannon en junio de 2015 en Haití, la conversación entre Maduro y Obama en abril de 2015 en Panamá, y otros contactos que probablemente no se han hecho públicos.
La respuesta que el gobierno de Maduro-Cabello ha realizado ante la demanda de nulidad que Marea Socialista y una serie de chavistas críticos han introducido ante el TSJ contra el decreto de creación del Arco Minero del Orinoco, ha sido el allanamiento policial contra la sede nacional de Marea Socialista el pasado viernes 10 de junio, y el hackeo por varias horas de la página web aporrea.org, ocurrido entre el viernes 10 y el sábado 11 de junio.
Ante una crisis nacional, económica, social y política, de grandes dimensiones, cuya responsabilidad recae directamente en la ineptitud de la burocracia y en la corrupción de numerosos altos funcionarios del estado bolivariano, el gobierno de Maduro-Cabello opta por la negociación con el imperio, por la represión abierta contra los brotes de protesta social más que justificados ante el desmadre económico imperante, y por la represión selectiva contra las organizaciones e individualidades revolucionarias que se han desmarcado de esta fracción desclasada de Maduro-Cabello y continúan fieles al legado de Chávez y su proyecto socialista bolivariano.
Ciertamente que en medio de la crisis la derecha socia del imperialismo actúa propiciando la ingobernabilidad y moviendo sus bandas paramilitares para propiciar saqueos y violencia callejera. Eso es totalmente cierto y comprobable. Además, ese es su papel como buenos títeres del imperio. Pero la represión contra esa derecha proimperialista sigue siendo de manos de seda, por parte del gobierno de Maduro-Cabello.
Según los burócratas pseudobolivarianos, la derecha nos ha declarado una guerra económica desde el 2012, y todavía el gobierno no ha ganado una sola batalla. Conociendo plenamente y acusando públicamente a quienes encabezan esa supuesta guerra económica, sin embargo no han implementado ninguna medida judicial contra Lorenzo Mendoza y demás empresarios opositores a los cuales Maduro-Cabello los han acusado y requeteacusado miles de veces en sus cansonas cadenas y peroratas diarias.
En un jueguito puramente discursivo, se le menta la madre miles de veces a Mendoza todos los días del año, pero no se toma ninguna medida judicial ni política que intente derrotar esa guerra que está hundiendo nuestra economía y que ha puesto a pasar hambre a toda la población trabajadora en Venezuela.
Al gobierno de Maduro-Cabello hay que juzgarlo por sus hechos y no por sus declaraciones rimbombantes. Como dijo Carlos Marx: "Y así como en la vida privada se distingue entre lo que un hombre piensa y dice de sí mismo y lo que realmente es y hace, en las luchas históricas hay que distinguir todavía más entre las frases y las figuraciones de los partidos y su organismo real y sus intereses reales, entre los que se imaginan ser y lo que en realidad son" (El 18 Brumario de Luis Bonaparte).
Por más que la burocracia chavista declare todos los días que son más revolucionarios que el Ché Guevara, Simón Bolívar y Fidel juntos, en los hechos su política perjudica abiertamente al pueblo trabajador y a los intereses de la nación, permitiendo y manteniendo un modelo económico que se ha deslizado a la especulación financiera, al desfalco contra el erario público, a la entrega descarada de nuestras riquezas mineras a multinacionales depredadoras del ambiente, a la represión violenta (OLP incluida) contra el pueblo, a la confiscación de los mecanismos democráticos de participación social (incluyendo suspensión de elecciones sindicales en las principales empresas estatales, eliminación de la elección directa de diputados al parlatino, negativa a elecciones por la base en las federaciones de la CBST, etc.).
Un gobierno que pulverizó el salario de los trabajadores y destruyó el nivel de vida que el pueblo había alcanzado mientras Chávez estuvo vivo, que obliga a mendigar por una bolsita de comida, por una vivienda, por un electrodoméstico, pues los ingresos de las familias populares no dan ni para comer plátanos con mantequilla. Un gobierno que perdió su legitimidad y que pende de la brocha que sostienen los militares, quien sabe hasta cuándo, y que con su ineptitud y entreguismo ante el imperio y la burguesía criolla recorre el peligroso camino del colapso político-social, que de ocurrir significaría una derrota histórica para el proceso de transformación revolucionaria que se inició el 27 de febrero de 1989 y que Chávez condujo entre 1999 y 2012.
Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 15 de Junio de 2016.