Entre los acuerdos alcanzados recientemente por el Gobierno Nacional y la Mesa de Unidad Democrática (MUD), a lo que de manera “eufénica” se le empieza a decir “Pacto del Meliá”, fue presentado el siguiente punto, como el primero, entre los cinco que lograron resaltar:
“En el campo económico – social el Gobierno Nacional y la MUD acordaron trabajar de manera conjunta para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana. Decidieron priorizar en el corto plazo la adopción de medidas orientadas al abastecimiento de medicamentos y alimentos sobre la base de contribuir a promover su producción e importación. Promover el diseño y aplicación de políticas de cooperación entre los sectores público y privado para monitorear, fiscalizar y controlar los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías”
Tal acuerdo alcanzado llama exponencialmente la atención, sobre todo después de tanto tiempo de estar escuchando desde la dirección política del PSUV-Gobierno, que la “Guerra económica” era la principal causante de todos nuestros males y que dicha guerra era llevada a cabo por factores a quienes respondía políticamente la famosa MUD.
Luego de leer el punto es inevitable preguntarse ¿Va el Gobierno Nacional a trabajar en conjunto para combatir el sabotaje económico con quienes hasta hace poco decía que eran los saboteadores o perpetradores de la nombrada y renombrada Guerra económica? ¿Entonces no habrá responsabilidades de nada ni de nadie? ¿Y los señores de la MUD van a trabajar en conjunto con el gobierno que han señalado de ineficiente, irresponsable e incapaz, que además dicen adversar, planteando su salida, como un gran paso hacia la resolución de la crisis? ¿Quería realmente la MUD un referendo revocatorio o quería “Pacto de Meliá”, dando pasos en los acuerdos mayores que se viene fraguando con el PSUV-Gobierno, en compañía de Shannon, el Vaticano y afines?
Más reciente aún, hemos leído en el portal aporrea.org, una nota donde se reseñaba que la Guardia Nacional daba cuenta de que habían sido capturados unos jóvenes entre 19 y 16 años, por el supuesto delito de haberse robado unas Auyamas y unos Plátanos, en el Estado Zulia.
El contraste entre presentar las detenciones de los jóvenes por tales asuntos y la negativa de el Estado a investigar la fuga de divisas, el desfalco a la nación, las empresas de maletín, la quiebra del aparato productivo nacional o el contrabando, entre tantos otros delitos de semejante envergadura, es una prueba más de la situación a la que nos ha llevado el gobierno que preside Nicolás Maduro, con la corresponsabilidad de la cúpula política agrupada en la MUD. Es una situación lamentable y trágica por donde quiera se le mire.
El episodio de los chicos detenidos por tomar las verduras y presentados cual delincuentes de altísima peligrosidad, es también la radiografía de la conmoción social vivida en nuestro país a la que desde las altas esferas del poder le vienen dando respuestas con las OLP, control desde los CLAPS, detenciones arbitrarias, amenazas y despidos de los trabajos o la extensión de un estado de excepción, donde sólo van quedando garantías reales para los altos funcionarios, incluso hasta para callarse ante casos tan delicados para la nación como el de los sobrinos Flores.
A las cúpulas PSUV-Gobierno y MUD, no les queda más remedio ante nuestra población que seguir inventando fantasmas, a los cuales seguirán arreando a punta de cinismo, autoritarismo, exclusión y falta de democracia, pero con esto únicamente van logrando el crecimiento de su desprestigio y enorme rechazo. Todavía no está dicha la última palabra y nosotros tenemos bien claro con quien apostamos a darla: ¡El pueblo humilde y trabajador!
