El holandés Hans Christian Andersen, en El traje nuevo del Emperador, o El rey está desnudo, recoge las tramposerías, de la macerada idiosincrasia española, para entregarnos un cuento, cuya genialidad no solamente es atribuible a él, ya que tomó la referencia de un pasaje del Conde de Lucanor, del Infante Don Juan Manuel, que a su vez, se había referenciado en los pueblos de Europa, en su picaresca latina.
El rey se tragó completico el ardid de los hermanos Farabutto, que prometían fabricarle un vestido tan fino que se hacía invisible, sólo a los estúpidos, y cayó en el cebo, en la pega, de no mirarse el traje que los truhanes le habían colocado en el derroche de su fantasía, después de haberse robado las telas solicitadas para hacer la prenda. Por el temor de no reconocerse como bobos, ––la leyenda de la invisibilidad del traje para los mentecatos, se había regado a los vientos––, los consejeros, y los súbditos del rey, asustados de ser tomados como imbéciles, convalidaron el criterio de la hermosura incomparable de la prenda que llevaba encima su majestad, y alababan el magnífico diseño del vestido. El pueblo que veía desfilar por la calle a su monarca, tampoco gritaba la verdad de que el rey iba en cueros, como dicen que Dios lo parió al mundo, dentro de su carroza, por el temor infundado, a que se le tildase como ingenuo. Hasta que un niño gritó: ¡El rey está desnudo!
En Venezuela, inclusive en tiempos de Chávez, comandante en jefe del patriotismo venezolano y de la integración latinoamericana, después de la guerra de independencia, se prohibió toda crítica y autocrítica, sobre la corrupción, la ineficiencia e inoperancia, de algunos funcionarios civiles y militares, pertenecientes al gobierno bolivariano, se consideró cualquier pronunciamiento en ese sentido, como una actitud contrarrevolucionaria, y de traición a la patria. Entonces como en el cuento "El rey está desnudo", nadie se atrevía, y todavía nadie se atreve a denunciar a los corruptos y corruptas, que los hay por montones, destruyendo el legado de Chávez, y a la Revolución Bolivariana, por el temor que lo señalen como escuálido, y traidor.
¡El pacto está desnudo!: la prosperidad del país, hoy es un cuento de la picaresca española: la red de producción y distribución de alimentos creada por Chávez no existe para beneficiar al pueblo: episodios de terror se han vivido en CVAL, CASA, ABASTOS BICENTENARIO, MERCAL y PDVAL, donde las juntas interventoras de cada una de esas empresas estatales, después de liquidar competencias, despedir injustificadamente a los trabajadores, violando la LOTTT, han creado con los recursos del Estado, cooperativas o empresas paralelas para suministrar los productos a los CLAP, casi siempre en medio de esta pesadilla está un miembro de las fuerzas armadas, actuando como empresario, y como militar. Las riquezas de Venezuela, como en el cuento de Hans Christian Andersen han tomado los caminos verdes en las alforjas de los Farabuttos.
Ningún trabajador puede reunir el dinero suficiente para comprar una nevera, que al tiempo que escribimos esta nota, cuesta 12 millones de bolívares, la más sencilla hasta 5 millones. Imposible que pueda comprar algo tan necesario en el hogar de la familia, un bien imprescindible para el funcionamiento de la casa, si la media del sueldo nacional de cada obrero o trabajadora, no sobrepasa un millón anual; ni en 50 años podría comprar el artefacto para conservar los alimentos. Esto tan solo por citar un ejemplo; tampoco podemos los trabajadores comprar una cocina, un aire, un televisor, una computadora; un carro es un sueño imposible, ningún artefacto podemos comprar en medio de esta genocida liberación de precios. A duras penas podemos encontrar comida con nuestros sueldos devaluados, una semana.
Los CLAP, no pueden sustituir la red de producción y distribución de alimentos creada por Chávez. Como si esto fuera poco, la corrupción que en Venezuela actúa en la más completa impunidad, dada que está promovida y protegida por una poderosa complicidad, ha dado cuenta del paquete de alimentos que contiene este dispositivo de emergencia para auxiliar al pueblo que está sin alimentos, y que por tanto no puede esperar sin morirse de inanición, antes que llegue el auxilio cada mes, o cada dos meses. En este sentido nuestro presidente constitucional de la República, y además, obrero Nicolás Maduro, denunció el Robo de 3.000 cajas del CLAP, que estaban siendo destinadas al contrabando. El ejecutivo señaló que había algunos detenidos relacionados con el caso. En el diario Qué Pasa del domingo 5 de marzo del presente año se desmiente esta información, agregando que mal informaron al Presidente. Los ciudadanos venezolanos que viajan regularmente más allá de la frontera comentan a voz populi que las calles de Maicao y Cúcuta están repletas de gandolas con esas cajas del CLAP, y que en los estantes se exhiben los alimentos de máxima protección con el sello CASA, además de cerros de billetes de 500, que muchos de nosotros todavía no conocemos, mientras los millones de pobres, ya en el desespero de la miseria, esperamos, la caja o la bolsa, o simplemente, lo que le sobra a la corrupción, es decir, un paquete de harina, con mezcla de arroz, un litro de aceite, a lo sumo un jabón.
Las extraordinarias políticas públicas creadas por Chávez para darle máxima protección al pueblo trabajador en materia de vivienda salud, soberanía alimentaria, Mi casa bien equipada, Venezuela productiva, esparcimiento, promoción a la producción artesanal de alimentos y otros productos de la pequeña industria, en la ciudad, el campo y el mar, están implosionadas por una pavorosa corrupción que se ha adueñado de ellas.
El pacto también escondía, y sigue escondiendo otros males no menos terribles: la privatización de PDVSA, la entrega del Arco Minero; el contubernio con el Dólar Today, para que la inflación siga subiendo hasta la hambruna generalizada; la cancelación de la SUNDDE, que según su ley, en el artículo 11, numeral 1 establece que "debe ejercer la rectoría, supervisión y fiscalización en materia de estudio, análisis, control y regulación de costos y determinación de márgenes de ganancia y precios".
El pacto también incluye la licencia para violar la Constitución, la LOTTT, las contrataciones colectivas, etcétera, en todas las acciones que adelanta la burguesía parásita para desconocer los derechos humanos del pueblo trabajador, en la vocería de la MUD y de los supuestos disidentes Capriles, Leopoldo López, Julio Borges, el director del teatro bufo en lo que se ha convertido la Asamblea Nacional, con su obra "El Desacato"; donde los actores de reparto, roban en plena función, disfrazados de empresarios comerciantes, bachaqueros, transportistas, para hacerse multimillonarios con la liberación de precios, la cual acordaron en la mesa de diálogo con la presencia de un representante del Papa, de los socialdemócratas José Luis Rodríguez Zapatero y Leonel Fernández, junto a otros ex presidentes, no menos corruptos, y entregados a los dictámenes del Imperialismo, en cada uno de sus países, para hambrear, y hacer sufrir a la clase obrera.
El primero que canceló la ley de la Sundde, fue el no menos célebre general Hebert García Plaza, encuartelando y condicionando a los funcionarios de esa oficina, para permitir las acciones conspirativas que inflacionaban y inflacionan la economía venezolana, permitiendo la alteración de todos los precios de su actividad comercial, creando una situación de corrupción y convivencia con el Dólar Today. Sin embargo nadie dijo, ni denunció, que aquel general era un corrupto; hasta que lo descubrieron en un asunto muy grave que comprometía aún más la soberanía nacional, y antes que le pusieran los ganchos, amparado por los hilos secretos de la complicidad corrupta, se escapó para los Estado Unidos, el bunker de los barones de la corrupción. Después de rebelarse el rollo completo, se supo que este bisoleado general, con el pecho lleno de condecoraciones, trabajaba y trabaja para la poderosa CIA, la obra extraliteraria del señor Herbert Marcuse, autor del Hombre Unidimensional, y casi tocayito del general Hebert García Plaza. A propósito, ¿quién recomendó a este militar para ocupar los altos puestos que ocupó en el gobierno?
La liberación de precios, ha hecho en favor del imperialismo, el más grande enemigo de la humanidad, lo que no ha había podido hacer la perversa MUD; el paramilitarismo en su vocación genocida, instalado en Venezuela, como un ejército para intimidar y someter al Pueblo trabajador; las empresas privadas de comunicación de la supuesta verdad de la suficiencia capitalista para darle felicidad a todos; la ideología; y los valores del capitalismo, en su fase superior imperialista. La liberación de precios, ha sido el golpe mortal que el capital trasnacional ha dado a la nación; es la derrota más grande que hemos sufrido en todo nuestro proceso de independencia en procura de la liberación nacional, proceso que ha experimentado a consecuencia de esta terrible realidad, un retroceso de 100 años.
Como en el cuento del fusilero Hans Cristian Andersen, el pacto pretende resolver con la liberación de precios en un acto de suprema magia, en medio de la realidad del hambre, la reposición del descomunal saqueo a las arcas nacionales, de más de 400 mil millones de dólares. Lo que no puede pagar el empobrecimiento generalizado del pueblo trabajador, cuyo robo va a parar a los bolsillos de los ladrones disfrazados de empresarios, el pacto también ofrece como solución privatizar como están privatizando PDVSA, nuestra gallinita de los huevos de oro, o sea, vamos a vender la casa, a precio de gallina flaca, para hacerle el bahareque. ¿Qué tal?
El pacto está desnudo, sin que sus progenitores, incluido el papa de Roma, lo reconozcan; sin embargo, todavía el pueblo trabajador no ha dicho, ni hace nada por temor a que no le den el carnet de la patria, la última esperanza. Sigue el pueblo trabajador venezolano, sufriendo, paralizado de miedo, a que lo llamen escuálido, o traidor, no se sabe por cuánto tiempo.
