La Columna del Guerrillero

Presidente, bájele la santamaría al Sundde

Durante los gobiernos de la Cuarta República, la actividad para controlar los precios, la realizaba una vieja oficina que existía en el Ministerio de Fomento, cuya única función era llevar el registro de la lista de precios ya establecidos por CONSECOMERCIO.

En virtud a la inoperancia de esa dependencia para estar a la altura de los cambios que comenzaba a producir la política económica emprendida por el gobierno del Comandante Chávez, procedió a crear un instituto con mayor capacidad de respuesta para enfrentar la embestida lanzada por la cúpula empresarial, que desde un principio se declaro en rebeldía contra todo intento que hacia el gobierno para armonizar el precio de los productos de mayor consumo, con la capacidad de ingresos que tenia la población para esos momentos. Iniciativa que la hizo acompañar con una Ley, que fue objeto de cambios en su estructura impositiva, a medida que el sector comercio arreciaba su participación en las acciones desestabilizadoras contra el gobierno del Comandante Chávez.

Así transcurrió la gestión de esta dependencia, en sus dos periodos de gobierno, lidiando contra ese monstruo de mil cabezas, en que se ha convertido la actividad comercial en Venezuela.

Nada parecida a lo que fue motivo de orgullo para muchos comerciantes, tantos nacionales como extranjeros, con la cual levantaron honestamente a muchas familias, tanto es así que en los perfiles curriculares de los hombres y mujeres que se dedicaban al comercio, destacaban con satisfacción, COMERCIANTES DE PROFESION.
Todos hemos sido testigos de la actitud asumida por buena parte de los “comerciantes “desde el año 2000 para acá, las mas de las veces, se parecen más a actores políticos, que al comerciante tradicional que conocía la población venezolana. Comportamiento que se ha acentuado desde los últimos años del gobierno de Chávez, y principio del gobierno de Nicolás Maduro.

De manera abierta y desafiante los “comerciantes” se plegaron a la maquinaria empresarial, cual agentes del ejercito gringo, para destruir el ingreso de los venezolanos, cuya voracidad especulativa no distingue entre chavistas y opositores, a todos los trata por igual.

La fuerza endemoniada del sector comercial, tiene a su merced a la población desasistida de un organismo del estado, con capacidad de respuesta para contrarrestar los efectos nocivos de una guerra económica, bien estructurada por los estrategas del Departamento de estado norteamericano, y que cuenta con sus brazos ejecutores instalados en el territorio nacional.

El ejército de mercenarios conformados por “comerciantes” inescrupulosos, han demostrado al gobierno, que no le tienen miedo y que a la hora de actuar, no se paran en artículos ni tienen paz con la miseria.
Para ellos el pueblo de Venezuela, es un objetivo político, al cual deben destruir, cerrándole toda posibilidad de acceder a los alimentos, bien porque se los escasean o por que se los ponen bien caros, para que no lo puedan comprar.

En medio de este macabro juego de intereses políticos y económicos, al SUNDEE se lo tragó el tremedal de la inoperancia, ya ese organismo no sirve para nada que pueda ser de interés para el pueblo.
Con el tiempo se fue convirtiendo en un elefante burocrático, con una pesada carga económica para el estado.
Tanto es así que hasta hace poco tiempo, el SUNDDE fue objeto de ataque por la burguesía empresarial y comercial, y de un tiempo para acá no lo rozan ni con el pétalo de una rosa. POR ALGO SERA.

De gratis no debe ser, para mí allí hay gato encerrado.
Tengo la sensación que ese dejar hacer a los “comerciantes”, lo que le dé la gana, pareciera corresponder a un acuerdo tácito de una disfrazada liberación de precios...

De otra manera no se explica la ausencia total de los funcionarios del SUNDDE acompañando al pueblo en el peor momento que está viviendo, con el incremento desmedido de los precios segundo a segundo.
Da pena ajena ver a los cientos de funcionarios que tiene esa institución a nivel nacional, encabezados por su presidente, cuidándole los intereses a los panaderos proporcionando fiscalización y protección, para que sus trabajadores trabajen más turnos por el mismo salario, además su presencia oficializa el desvió de la harina que está destinada al pan popular, para hacer dulces y tortas y otros tipos de pan a precios que solo están al alcance de los ricos. Por otro lado el bachaquerismo y unos sujetos disfrazados de “colectivos” juegan gárgaro con los fiscales del SUNDDE, desplazando de las colas a los ciudadanos decentes que acuden a dichas panaderías.
Lo que duele es el dineral que el estado está pagando en nomina, sin que este gasto se traduzca en beneficio para la población.

Contrario a lo que el pueblo esperaba, las panaderías actúan hoy día como si tuvieran una patente de corso, imponen el horario para que las colas sean infernales y atractivas para que la oposición tenga una muestra fotográfica diaria para alimentar las redes sociales de imágenes, que van al exterior, dando a entender que cada día se incrementan mas las colas en Venezuela.

El tema es que en la cadena económica, las panaderías no ocupan ni el uno por ciento de la actividad comercial, pero es allí donde extrañamente el SUNDDE tiene colocado a su personal a tiempo completo, mientras tanto la cadena de comercialización de los alimentos y otros artículos de consumo personal, que ocupan más del 98 % de de dicha actividad, las dejaron a la libre.

Díganme mis estimados lectores, verdad que despierta suspicacia tal comportamiento, mas si tomamos en cuenta que donde más se mueve la población a buscar sus alimentos y otros productos es en el resto de la cadena comercial, donde lo están expoliando, robando y atracando con precios que lo tienen al borde de la locura.
Es allí donde por lógica debería existir mayor protección para el pueblo de parte de esa institución.
Por lo tanto el MBR200 eleva a conocimiento de los aspirantes a la constituyente que tomen muy en serio la idea de ir buscando una nueva estructura organizativa, contralora y de análisis de costos ,con mucha presencia del poder popular, respaldada por un instrumento legal con rango constitucional, que sea capaz de disciplinar la actividad comercial en Venezuela, para que nunca más, los alimentos vuelvan a ser utilizados como arma de guerra política, so pena de ser declarados responsables de delitos de lesa patria, a quienes mantengan la práctica de negar el derecho constitucional de los venezolanos a tener una alimentación oportuna y saludable.

En consecuencia pido al Presidente Maduro, respetuosamente en nombre del MBR 200, QUE LE BAJE LA SANTA MARIA AL SUNDDE, para que le ahorre a la nación ese dineral que se está utilizando en el pago de esa institución, que ya cumplió su ciclo de vida con más penas que glorias y que a su personal calificado les dé un destino mejor y más provechoso para el pueblo dentro de la administración publica.






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Hernán Urbina

Guerrillero Ayer. Combatiente Siempre.

 orgmbr200@gmail.com

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