Superadas las fases de guerra abierta, mediante el uso del hampa común en acciones de violencia terrorista, en algunos municipios del país, gobernados por alcaldes de la derecha fascista, de agudo y planificado desabastecimiento de los alimentos, encauzada por los agentes del imperialismo de EEUU: Fedecámaras y Consecomercio; era previsible, que el imperialismo no cedería en su ansiedad de satisfacer su obsesión de derrocar al Gobierno Revolucionario del camarada Presidente Nicolás Maduro y colocar, la República Bolivariana de Venezuela, sus riquezas energéticas y mineras, bajo la égida y disposición del águila imperial, colocándose el propio emperador: Donald Trump, al frente de esta batalla por el control de Venezuela. Ya, a finales de 2016, con la escasez inducida del billete de Bs 100 se podía intuir por donde vendrían los tiros de la nueva arma de infantería que usaría el imperialismo contra Venezuela, su Gobierno y valeroso pueblo bolivariano.
La experiencia, desarrollada por el imperialismo de EEUU, para desestabilizar al Irak pre-invasión, por intermedio de la CIA, nos permite apreciar cuán pertinaz e incisivo suele ser el imperialismo estadounidense, cuando ha tomado la decisión de ir por los recursos de un pueblo, ponerles sus garras y tomarlos por la fuerza. Allí, en ese hermano pueblo árabe, sometido entonces a un bloqueo económico, la CIA inundó su economía de dinares falsos. Desde las fronteras de Jordania, Arabia Saudita y Turquía, la CIA introducía los billetes falsos, inundando la economía iraquí de tales recursos monetarios, que incidían sobre la misma propiciando alta inflación. El New York Times, sin pudor alguno así lo publicaba: "Junto con las sanciones económicas internacionales contra Irak, esas medidas han tenido resultados mixtos desde que terminó la guerra del Golfo Pérsico en febrero de 1991. Han contribuido claramente a debilitar la economía hasta el punto de que la moneda local podría llegar a ser inútil y han aflojado la garra de Hussein sobre las personas…" Palabras más abajo, en su artículo, el Times, señalaba sin rodeo alguno, afirmaciones que algunos llegaron a tildar de extravagantes: "El dinero falsificado, fue arrojado por los helicópteros de Estados Unidos en las zonas pantanosas del sur..."
Estas tácticas de guerra económica, son más comunes de lo que pudiera pensarse. Importante recordar, que la CIA suministró a los Mujahedines al menos 2 millones de dólares en moneda falsa afgana, para el transporte y soborno, durante la llamada Operación Ciclón, contra las tropas del gobierno de la extinta URSS, en los años 80. Otras grandes potencias imperialistas, como Francia, también utilizó el mismo método en su guerra contra los independentistas de su otrora colonia de Guinea. En 1958, el país independizado quería imprimir su propio dinero, pero Francia lo inundó de billetes falsificados de alta calidad, haciendo colapsar la moneda local. Como resultado, Guinea se vio obligada a unirse a la zona controlada por el Franco francés. La república africana de Zimbabwe, a inicios del año 2000, también fue objeto de un ataque incansable contra su moneda desde el exterior, experimentando hiperinflación. Esa pequeña nación, liderada por Mugabe, fue declarada como una "inusitada y extraordinaria amenaza contra la política exterior de EEUU". Su líder fue demonizado, el país sancionado unilateralmente y bloqueado por las instituciones financieras bajo la égida imperial de EEUU. El Banco Central, ante la escasez de efectivo, se ve obligado a imprimir dinero fresco, con la consiguiente inflación, para mantener el funcionamiento del aparato económico. Abriéndose con ello, una brecha para que los falsificadores del dinero local, contaminen la economía objeto de la agresión imperialista. La campaña contra la economía de Zimbabwe, propició hiperinflación y se acompañó desde el exterior, con campañas mediáticas racistas que endosaban la culpabilidad de lo que ocurría a Mugabe. Corea del Norte, definido como miembro del "Eje del mal", por el alcohólico del Bush hijo, también fue objeto de la campaña de guerra imperialista contra su economía entre 2009 y 2011, experimentando hiperinflación, provocando que dicho país hiciese una reforma monetaria. En agosto de 2017, la revista Forbes, publicó un artículo de Richard Miniter con el título: "Bomb North Korea – With its Own Money", en la que el articulista sugiere que si uno dejaba caer "falsa moneda norcoreana (el won), como confeti, sobre cada ciudad y comuna, el won rápidamente se desmoronaría", lo que obligaría a dicho país a hacer negocios en moneda extranjera, dólares o yuanes. En su artículo, Miniter prevé que "una vez debilitado por la hiperinflación, seguida de la dolarización, Estados Unidos podía apuntar a sus pocas fuentes de divisas" (…) "Simplemente, el won de Corea del Norte desaparecería como medio de intercambio. Dólares, yuanes y otras monedas regionales se usarán para liquidar casi todas las cuentas (ciertamente incluyendo pagos a Pyongyang), haciendo que Corea del Norte dependa absolutamente de un suministro consistente de dinero externo. Este es el apalancamiento que el mundo civilizado puede usar contra él". El artículo, también sugiere dirigir el precio mundial del carbón, principal producto de exportación de Corea hacia China, a niveles inferiores a los costos de producción norcoreanos; esto, con la finalidad de dañar sus ingresos de exportación. Comparable, la propuesta de Miniter, con la política puesta en práctica por Obama, de lanzar a la baja los precios de exportación del petróleo, en su guerra contra Rusia, Irán y Venezuela.
La guerra, contra la moneda del país objeto de guerra económica, es una medida devastadora contra su economía. Un país débil, se ve atacado por falsificaciones de calidad, y el Banco central se ve impedido de tomar contramedidas adecuadas por miedo a crear pánico financiero. Es allí, donde la principal institución financiera del país objeto de agresión es obligado a entrar en el juego de la CIA, imprimiendo dinero nuevo y de alta denominación, generando alta inflación, por ende, descontento popular. Trece años, duraron las sanciones económicas imperialistas contra el pueblo iraquí. Cifras independientes, montan en cerca de un millón o más, las víctimas de esa guerra contra ese pueblo. La destrucción de la moneda de ese país, ayudó en mucho en concretar tal genocidio, pauperizando el nivel de vida de esa población e imposibilitándole su acceso a alimentos y medicinas.
En el caso venezolano, los resultados si bien no son tan devastadores, han tenido efectos dañinos y perversos contra la vida del pueblo, su calidad de vida. Si bien, el imperialismo de EEUU, no ha acudido al expediente del dinero falso. En complicidad con el gobierno de Juan Manuel Santos y bandas paramilitares, ha implementado el contrabando de la moneda local, el Bolívar, logrando su desabastecimiento. Mientras que, desde Miami, ha instaurado un instrumento marcador de los precios que deben regir la economía local y obedecido disciplinadamente por la burguesía comercial, denominado "dólar today", que impulsa al alza permanente los precios de todos los productos, bienes y servicios que se expenden a la población venezolana. Mecanismos complementarios de esa guerra, lo constituyen las campañas mediáticas profusas en los medios de la burguesía, que adosan la responsabilidad de tal flagelo, al Gobierno del camarada Presidente Nicolás Maduro. Asimismo, la Cesta Cendas, producida por una on´g, creada y financiada -presuntamente- por Fedecámaras, para neutralizar cualquier acusación que se le haga a dicha organización empresarial, y revertir esa acusación hacia el modelo de economía Bolivariana de máxima protección al pueblo, acusándolo de fracasado, por ende, es el Gobierno quien debe irse. Como siempre respondemos, cómo puede alguien osar en acusar de fracasado a un modelo de inclusión, como el Bolivariano, que ha revertido la renta petrolera en hechos concretos y palpables: 1 millón 800 nuevas mil viviendas a su pueblo, 3 millones 300 mil nuevos pensionados y pensionadas, 7 millones de jóvenes estudiando en los niveles básicos hasta universitario, una población con posibilidad en 98 por ciento de acceso al agua y saneamiento básico, siendo como es Venezuela, según datos publicados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su informe 2016, uno de los tres países con el mayor nivel de igualdad en la región, coeficiente de Gini: 0,4, compartiendo con Uruguay y Argentina, ese merecido reconocimiento. Enfrentando, como lo ha hecho, una de las más salvajes, y continuada agresión imperialista contra pueblo alguno en nuestro continente, comparable solo, con la agresión contra Cuba.
La fase actual, de guerra contra el efectivo del pueblo, implementada por los banqueros privados y algunos gerentes de la banca pública, se ha caracterizado por la negación del efectivo a sus legítimos dueños: los llamados Ahorristas. En un primer momento, se utilizó el mecanismo de guerra contra el efectivo como un negocio redondo pues gerentes de las sucursales bancarias, dispersaban el efectivo entre comerciantes inescrupulosos que lo revendían al pueblo, cobrándoles una comisión que rondaba entre el 20 y 30 por ciento, según la comisión que le exigiera el nefasto gerente del banco. La entrada en acción, contra esa nueva modalidad delictiva, del ministro camarada M/G Ernesto Reverol, tuvo efectos contundentes, minimizando la actuación del hampa en funciones de comerciantes. No obstante, la escasez del efectivo continúa y los bancos privados dispensan el efectivo en general, en billetes de Bs 100, en telecajeros en tan pocas cantidades que, a mediados de las 10 de la mañana, los mismos ya se quedan sin dinero. Mientras que, al interior de sus agencias se han inventado un "mágico" instrumento de alta tecnología, que genera colas inmensas: el dispensador electrónico del número de atención en la taquilla. Suena insólito lo que pasamos a describir, pero es una gran verdad: antes, con el dispositivo analógico que, incluso, dispensaba un papel impreso que contenía el número de atención en taquilla, no se generaban colas como las actuales. Hecho, que debiera llamar a sospecha al organismo supervisor, Sudeban, sobre lo que viene ocurriendo con esas largas colas para solamente obtener un simple número, no impreso físicamente como antes ocurría, sino en la pantalla de un aparato electrónico digital. Compárese ese mecanismo, con el implementado con los comerciantes de reducir el número de cajeros en sus negocios, propiciar largas colas y mucho descontento popular, mientras sus agentes políticos llamaban e incitaban al saqueo.
La Ley de Bancos, ha resultado ineficaz para atacar este novedoso mecanismo de guerra contra el pueblo, que propicia colas para generar su descontento y además, le restringe el acceso a su dinero bajo resguardo de las instituciones financieras. Nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, tenía un mecanismo súper eficiente contra los banqueros conspiradores y agresores del pueblo. Así, en un encuentro con el pueblo víctima de las estafas inmobiliarias con las cuotas balón, el 29 de enero de 2011, ante la queja de uno de los asistentes al acto en referencia a la negativa del Banco Provincial de darle el acceso a un crédito, el camarada Presidente Chávez se fue directo al grano y solicitó le llamaran al responsable de dicho banco en nuestro país, manifestándole: "Si el Provincial se niega a cumplir con la Constitución y los decretos presidenciales yo voy a nacionalizar el banco. No tengo ningún problema. Les pago lo que vale" (https://www.youtube.com/watch?v=FuMuSUaG5uY). Nada que ver con esa forma de actuación del pueblo por delante, con la actual en que el organismo rector de las instituciones bancarias, la Sudeban, se ha restringido a proponer como solución a la actual problemática, creada por los banqueros sediciosos en presunta complicidad con gerentes de la banca pública, la Sudeban y el BCV, un novedoso mecanismo que entraría en vigencia a partir del 15 de octubre, que han denominado: Sistema de Pago Móvil Interbancario; mecanismo mediante el cual, las personas naturales podrán realizar pagos y transferencias de 1 a 800 mil bolívares diariamente, utilizando un celular asociado a la institución bancaria y cédula de identidad. Hasta allí, todo suena bonito, solo que hay un detallazo fulminante, el costo de un celular Android o inteligente, como le llaman algunos, como el requerido para poder acceder a dicho novedoso servicio está costando en el mercado nacional entre 1,5 y 3 millones de bolívares, lo cual responde, en mucho, sobre a quién está dirigida esa "solución" tecnológica propuesta por la Sudeban, y que entrará en vigencia el venidero 15 de octubre: los sectores más pudientes de nuestra sociedad. En definitiva, el pueblo que siga padeciendo sus males, pareciera ser la consigna que nos envía como señal ese organismo del Estado Bolivariano, que debiera estar al servicio del pueblo, de las grandes mayorías.
En la actual coyuntura, no hay otra salida que la estatización de aquellas instituciones bancarias que continúen empecinadas en seguir escondiéndole el efectivo al pueblo, y propiciando su descontento con colas inmensas en las agencias bancarias. Aquellas instituciones bancarias públicas, importante la organización popular para realizar contraloría social de la actuación de los gerentes de dichas instituciones, y aquellos que estén en la línea conspirativa, colocarlos al descubierto y formular la exigencia pública de su destitución. En la misma línea, el pueblo reclama instituciones y legislaciones de nuevo tipo, en las que el pueblo-usuario de las instituciones bancarias juegue un rol de protagonismo en la supervisión de su propio dinero, bajo resguardo de la banca. Una nueva directiva para la Sudeban y el BCV, más consustanciadas con el pueblo y que asuman el compromiso de reestructurar dicha instituciones y profundicen su transformación al nuevo modelo Bolivariano de concepción de la sociedad, que coloca al hombre, a la mujer, como los sujetos y razón de ser de nuestra sociedad. Que impulsen, y concreten, la organización de los usuarios y usuarias de los servicios de las instituciones bancarias y con ellas, darle impulso a las labores de supervisión y eficiencia de los servicios bancarios en todo el país. Volver a Chávez, ser como Chávez, es la fórmula perfecta para darle solución a la actual batalla que está librando el pueblo, en su soledad, contra banqueros y gerentes facinerosos!