La Administración de Joseph Biden pasará a la historia estadounidense como la más corrupta, guerrerista y genocida conocida hasta entonces en la historia del imperio y se despide, luego de una contundente derrota electoral que le diera el candidato republicano Donald Trump. Se va de la escena política internacional por la puerta trasera promoviendo la guerra en Medio Oriente, provocando el genocidio del pueblo palestino, propiciando guerras contra Rusia y China, y en particular, en la América nuestra, contra la República Bolivariana de Venezuela, con obsesión alocada y como muestra de su fracaso más rotundo y contundente, en estos últimos cuatro años de la Administración Biden.
En su afán de venganza, contra el pueblo y la nación soberana e independiente de Venezuela, luego de cometer el acto espurio y corrupto de otorgar perdón presidencial a su hijo Hunter Biden, probado narcotraficante y consumidor de drogas, el anciano líder demócrata en conjunción con la mayoría republicana, arremete contra la pacífica República Bolivariana de Venezuela, promoviendo en el Congreso imperial de EEUU la ley Bolívar Act. Dicha ley imperial de tan solo dos artículos, el primero que prohíbe a las agencias estadounidenses comerciar con Venezuela y estipula sanciones para quienes incumplan esta prohibición y el segundo deja en manos del Departamento de Estado y la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros), la posibilidad de definir qué actividades son permitidas o no; lo cual, intenta reafirmar el control político sobre cualquier vínculo exterior contra nuestro país. Se trata de una ley colonial, sin dudas, que busca deshonrar el nombre de nuestro Libertador Simón Bolívar, hombre de irrefutables principios antiimperialistas y anticolonialistas. No ofende quien quiere, sino quien puede y obviamente, la otrora potencia imperial del norte ya le pasó su tiempo de gloria y omnipotencia, tal cual le pasó a Roma. Y este nuevo intento burlesco de despojarnos a las y los venezolanos de nuestro principal símbolo de resistencia y emancipación nacional, no pasará. ¡El fascismo, no pasará! Más allá del daño causado por la Administración Trump y sus sanciones, difícilmente, la Administración Biden pueda hacer más daño que el hasta ahora causado por la Administración Trump y sus malévolas sanciones que nos llevaron a recordar a Hegel, quien dice en alguna parte, «que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa». Y efectivamente, Joe Biden, el anciano y ridículo farsante «demócrata» se va repudiado doblemente, no solo por el pueblo estadounidense sino también por los propios «demócratas» o compañeros y compañeras de partido. ¡Biden go home!
La respuesta desde Venezuela a tamaña y monstruosa ridiculez del anciano y corrupto político estadounidense, no pudo ser más idónea y genial por parte de nuestra Asamblea Nacional: la Ley Orgánica «Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y por la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela», aprobada por unanimidad por nuestro Cuerpo Legislativo viene a poner fin a lo que ha sido una característica de nuestros legisladores a todo lo largo de la cuarta y quinta república, la blandenguería de sus leyes, pocos draconianas y muy dadas a promover delitos, lejos de castigarlos, lo que llevó al Padre Libertador a quejarse en 1824: «La impunidad de los delitos, hace que estos se cometan con más frecuencia: Al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos». Con esta nueva Ley de la República, se revierte esa debilidad de nuestros legisladores y legisladoras nacionales y se rompe el mito blandengue de tratar a los delincuentes con mano de seda. De esta forma, nuestros legisladores y legisladoras, ratificaron la independencia y el carácter antiimperialista de nuestra República, tal como lo expresó el Presidente de nuestro Parlamento, diputado Jorge Rodríguez, al momento de la votación unánime: «Los honorables diputados y diputadas que estén a favor de aprobar en segunda discusión esta ley para la protección del pueblo, del territorio, la soberanía, de nuestra historia, es el legado que dejaremos a las generaciones por venir, para desagraviar el nombre del más grande hombre en la historia de este continente, tan grande su legado, ejemplo y lucha libertaria, que hoy, 200 años después, el imperio que le temía y aún le teme, que odia y aún le odia, insiste en intentar mancillar su nombre; y cuando ustedes levanten las manos para aprobar esta ley, lo asumen como hijos e hijas de Bolívar y los Libertadores de América, como gente digna, decente e independiente. Asúmanse como dignos representantes de los Libertadores de América», en consecuencia, se alzaron todas las manos de los diputados y diputadas, que representan la voluntad nacional, aprobando esta magna Ley.
En contravención a la ley Bolívar del imperialismo de EEUU, que busca castigar a todos los venezolanos y venezolanas por igual, esta novísima Ley «Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y por la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela», según lo manifestado por la primera combatiente y diputada, Cilia Flores: «Esta Ley fue el producto del consenso nacional, el pueblo pide justicia y que no haya impunidad. La Asamblea Nacional recogió estas peticiones. Es apropiado que, a través de esta Ley, se pueda juzgar en ausencia. El sistema de justicia no se puede paralizar ni los agraviados por una acción delictiva, por los que huyen del país ante un acto criminal». Y agregó: «Es necesario que haya justicia. Una persona que infrinja daño tan grande a la República, no puede luego ser actor político del Estado».
Esta Ley, muy severa, ya que prevé la extinción de dominio, 30 años de cárcel, sanciones vitalicias, inhabilitación política perpetua para quienes soliciten sanciones o intervenciones militares contra Venezuela. Además, permite juicios en ausencia contra quienes se hacen pasar por políticos, cuando en la realidad no son otra cosa sino vulgares delincuentes, como por ejemplo: Leopoldo López, Juan Guaidó o Julio Borges, quienes han estado fuera del país promoviendo agresiones contra la patria. La Ley, también regula la actuación de los medios de comunicación, los medios de comunicación que fomenten la aplicación de sanciones, quienes se enfrentarán a la revocación de sus concesiones. Nuestro llamado es, a estudiar esta Ley y hacerla del conocimiento de todas y todos, al igual que la Constitución Bolivariana de 1999. Esta Ley Especial, «Libertador Simón Bolívar», es mucho más que un marco jurídico, es una declaración de principios y una respuesta contundente contra el imperialismo de EEUU y su colonia europea, que representa el compromiso de Venezuela con su soberanía, la paz y su legado de pueblo de los libertadores de América. Mejor y mayor regalo, no ha podido hacerle la Asamblea Nacional, al glorioso pueblo de los Libertadores y Libertadoras de América.
«En calma no se puede hablar de aquel que no vivió jamás en ella: ¡de Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño, y la tiranía descabezada a los pies…!» «Porque hoy como ayer […] mientras la América viva, el eco de su nombre resonará en lo más viril y honrado de nuestras entrañas!» Autor: José Martí, Tres Héroes