El presidente Nicolás Maduro ordenó revisar y restructurar a todos los mercados municipales del país, a fin de garantizar y regularizar el abastecimiento de alimentos al pueblo.
Pero en Puerto Cabello, principal puerto del país, con una población de más de 200.000 habitantes, existe un mercado municipal, con una tradición de más de cien (100) años de funcionamiento y que en la actualidad opera como un avión aterrizando con todos los motores apagados y los neumáticos espichados.
Este mercado, que durante muchísimos años fue el eje del movimiento comercial de la ciudad, en estos momentos solo subsisten dos (2) carnicerías.
El mercado municipal estaba ubicado en la calle Bolívar, en el centro de la ciudad, ocupando la totalidad de una cuadra, rodeado de estrechas calles, con mucha dificultad para el estacionamiento de vehículos, ya que en sus inicios los transportistas usaban carretas de mano.
En consideración al crecimiento de la ciudad, el mercado fue mudado a una moderna y cómoda construcción, denominada por la población como el Mercado de Tejerías, debido a su ubicación en la urbanización Tejerías. Cuenta además con un espacioso estacionamiento y varios locales comerciales.
La incógnita es cuál fue el motivo de que este establecimiento se convirtió en un pueblo fantasma contando con tan buenas instalaciones, con una concurrencia de clientes muy aceptables. Existen algunas conjeturas: una de ellas es que la administración del Mercado (léase la Alcaldía de Puerto Cabello dirigida por el alcalde Rafael La Cava)) para beneficiar a los comerciantes de Rancho Grande.
Es necesario hacer notar que Rancho Grande es una urbanización residencial convertida en zona comercial, donde se puede encontrar desde una peluquería hasta una clínica, pasando por panaderías, supermercados, ferreterías, restaurants, y otra infinidad de comercios.
¿Se dan cuenta porque digo Misión Imposible? No se le puede meter mano a algo que desaparecieron.
