Total que el dólar nos ha podido joder la vida, aquí en Venezuela. Mucha gente vive pendiente, cada día, de su cotización en el mercado negro, sobre todo quienes se dedican a colocar los precios a los productos con los que roban al resto del pueblo. Otros, siempre andan buscándolo, porque a mas dólares, más bolívares, claro, los que ofrece dólar today o cualquier página o casa de cambio en cualquier parte del país o del mundo. Se puede afirmar que, los venezolanos tienen hoy, una obsesión con el dólar y a medida que el mercado negro eleva su valor, más locos se ponen, que hasta abandonan sus antiguos negocios para asumir la compra y venta del dólar como su nueva ocupación.
Es decir, creo que todo el mundo se quiere convertir en financista, y además de eso, con opciones para conseguir los dólares, porque si son empresarios fraudulentos pueden obtenerlos engañando al gobierno, pero si son "mi gente pobre" y están pasando necesidades, enseguida averiguan por internet cuánto se gana por cualquier insignificante trabajo en otros países y buscan la equivalencia en relación al dólar /bolívar y si es suficiente, enseguida hacen maleta y se marchan a traspasar fronteras, a ganarse el dólar como sea, así los exploten en el país que los recibe. Pero, nadie debe dudar de sus razones.
La gente anda nerviosa y tiene razón. En Venezuela, la cosa se ha tornado fea, porque quienes trabajaban antes, ahora son financistas o economistas, ya no trabajan. Por eso es que no se ha asumido la agricultura y la cría de animales como una oportunidad para producir, es decir, muchos no quieren sembrar, muchos no quieren producir, les ha resultado más fácil, esperar cada mañana la cotización del dólar negro.
Nadie quiere perder la oportunidad de vender y comprar dólares. Es una estrecha relación que conduce a lo mismo, a dar un golpe certero; ni los mismos Estados Unidos se ha percatado, a pesar de querérselas echar de vivos, que ellos están en peligro, porque los venezolanos que se preocupan en acumular tantos dólares, pueden hasta comprarles el país y tendrán que venderlo, porque parece el objetivo de muchos venezolanos.
Me atrevo a decir, además, que nuestras casas de cambio y muchas de las que fueron denunciadas por el fiscal general de la república, viven o vivían atiborradas de personas que están cazando la cotización del dólar. Ellos con sus paquitas de dinero, esperan los cambios en la pizarra y de inmediato caen en cambote, compran y salen inmediatamente para otra casa de cambio y antes de que haya nueva cotización los venden todos o si no los negocian por otras vías. Y es así, como el venezolano se está entreteniendo: vendiendo y comprando dólares o viceversa.
Entonces, después de estar cansado de recorrer las casas de cambio o de estar en la calle ejerciendo el mercado negro, cuando llega a la casa, se deja caer en la cama, cuenta el dinero, llama a la mujer y le dice: Coño, chama, me fue más bien que el carajo, sin hacer nada, me gané un coñazo e ‘real.