Las mil caras de la corrupción

A propósito de la habilitante otorgada al Presidente Chávez, que contempla la inclusión de normativas anticorrupción, para enriquecerlas, valdría la pena revisar, profundizar, ampliar y redefinir lo que tradicionalmente se entiende por corrupción resumido en el aprovechamiento y apropiación de los recursos del Estado, cobro de comisiones a contratistas, colocación de grandes cantidades de dinero en la Banca, compras con sobreprecio y todo lo que enmarca el concepto global de latrocinio, incluido el peculado y sus derivaciones.

Estas formas de corrupción son las que aparecen mas visibles ante la opinión publica, sin embargo, todos sabemos que no son las únicas, pues existe diversidad, en lo que podría llamarse las mil caras que asume la corrupción y las cuales tienen consecuencias, por su gravedad, similares o peores a las formas tradicionales.

Nos vamos a referir a unas variantes de corrupción que normativamente no son de carácter delictual, pero cuyos efectos para nuestra sociedad, son tan nocivos y destructivos, y a veces más, que el mismo peculado y latrocinio. Estas variantes de corrupción, por acción u omisión permisiva, es fácilmente visible en muchos funcionarios, altos y medios, de elección popular o no, que encarnan en su gestión o gestiones encomendadas, una asombrosa negligencia, ineptitud, desidia, ineficacia, manejo irresponsable de los recursos públicos, deslealtad, indolencia y falta de identificación, con las políticas de Estado y con el proceso revolucionario que lidera nuestro Comandante en Jefe, sobre todo y muy particularmente con aquellas de alto contenido social y de atención al publico; donde a pesar del extraordinario esfuerzo gubernamental, subsiste aun con marcado acento, la pesada herencia IV Republicana, expresada en grandes cinturones de miseria, que se traducen en hambre, basura, delincuencia, inseguridad, escasez de viviendas, comunidades sin agua y otros servicios básicos como cloacas y vías de acceso decorosas, como puede observar cualquier compatriota que viaje a algunas zonas del Táchira, Guarico o Sucre, por solo citar Estados visitados recientemente, sin dejar de mencionar la deficiente atención que aun se observa en algunas Instituciones del Estado que dispensan permisologia, tales como Documentos de identidad, solvencias, pensiones etc. que a pesar de los ingentes recursos que les asigna el Gobierno Nacional, siguen representando para los usuarios, el calvario de “calarse” largas colas, en muchos casos desde la madrugada para obtener un numero y con suerte ser atendidos, por un funcionario de taquilla que alterna su trabajo con la distracción de un teléfono celular o charla entre compañeros de trabajo, que el usuario, (muchas veces en ayunas), observa con visible molestia e impotencia. ¿Dónde esta la Supervisión? ¿Esta situación se justifica? Definitivamente NO. Por falta de recursos no es y mucho menos por ausencia de políticas. Estamos seguros que gran parte de estas fallas y problemas pueden superarse con creces (a excepción de la pobreza y la escasez de viviendas que son de carácter estructural) , deslastrando a la administración publica de esos funcionarios (en todos los niveles), que en no pocos casos, están incursos en hechos de peculado (corrupción tradicional), o sufren del síndrome de la ineptitud, negligencia, e ineficiencia, o ambas caras de la corrupción, lo cual, igual se traduce en una manifiesta FALTA DE CAPACIDAD GERENCIAL, DESINTERES, OMISION, E IDENTIFICACION CON EL PROCESO REVOLUCIONARIO.

Se hace necesario pues, aprovechar la elaboración de leyes habilitantes y la adecuación y cumplimiento de otras en vigencia, que ataquen estas fallas, que constituyen un drama social, económico y político. Relanzar el Poder Moral, hoy sinónimo de tolerancia y pasividad, por no decir otra cosa, cambiando radicalmente su imagen y fortaleciéndolo con instrumentos eficaces y ejemplarizantes, abandonar la política “gatuna” del encubrimiento y complicidad, supuestamente para no dañar la imagen del Gobierno. En este sentido, debe erradicarse del escenario político las “solidaridades automáticas”. Cualquiera sea, la funcionaria o funcionario, incurso en cualquiera de las caras que conforman la gama de corruptelas, incluidas la mentira, omisión y negligencia en el seguimiento de programas y proyectos, contratos sin licitación, asignación de empresas a dedo, el escurrir el bulto diciendo “ a mi que me registren” o “ que me investiguen los organismos competentes”, en un país donde se destaca la ineficiencia de la Fiscaliza y organismos Contralores es muy fácil y poco riesgoso pedirlo…pues pregunto ¿ Donde esta el resultado de las investigaciones del Golpe de Estado, del Paro Petrolero y que hacen y donde están presos esos asesinos? ¿Donde están presos aquellos funcionarios incursos en hechos visibles de corrupción? ¿Donde esta la solicitud de extradición de Alfredo Peña, incurso en delitos contra la cosa publica?

Pensamos que esta labor de limpieza, o mejor, de reingeniería gerencial, por demás difícil y compleja, podría verse facilitada con la creación del partido socialista unido……pues muchas de estas fichas que conforman una “nulidad gerencial” son producto de las cuotas de poder, que se han fortalecido a la sombra de la revolución y cuyo único interés es medrar a nombre de ella.

Muchos Camaradas pueden ser buenos amigos, serviciales, buenos organizadores dentro del partido, muy trabajadores, voluntariosos ….pero ineptos …muy malos administradores y gerentes…..mejor es dejarlos en el partido organizando asambleas…..marchas……en tareas de difusión ideológica, formación de cuadros y en eso deben ser con seguridad MUY BUENOS.

hgarzon@cantv.net


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Héctor Luis Garzón Ardila

Economista. Abogado. Profesor universitario. ExViceministro de Agricultura y Tierras (circuitos agroproductivos)

 hectorlgarzon@gmail.com

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