Ahora con el lanzamiento de las tres “R”, que sabemos es la revisión, rectificación y reimpulso del proceso revolucionario venezolano, sería bueno preguntarse: ¿Sabrá el presidente Hugo Chávez que el Metro de Maracaibo aún se encuentra en la colita que dio cuando andaba de campaña en su reelección presidencial, hace más de un año?

Seguramente la directiva del Metro tenga una explicación al respecto, pero la cuestión es que el comandante piloteó el novedoso tren en un pomposo evento en el que dejó la sensación de que pronto los marabinos podríamos usar este medio, para contribuir a aliviar las penas del transporte público de la ciudad, y no fue así, continuamos sin el servicio.

En vista de tal situación, hago la alerta, pues perdí la cuenta de las veces que se ha hablado de la inauguración de esta obra y todo queda en palabras.

Escuché que estaría concluida el próximo mes de diciembre, pero lamentablemente ya no creemos en fechas. Las veces que nos han embarcado con la inauguración, nos hicieron personas totalmente incrédulas.

De todos modos, lo más importante es realizar esa contraloría social que exige el máximo líder revolucionario, según la cual la gente sea vigilante de los proyectos y las obras de su comunidad, para que de alguna manera, se le ponga al tanto de cualquier evento considerado irregular.

Tal vez en esa construcción, los retrasos estén muy justificados, pero en el Aló, Presidente número 300, Chávez puso de manifiesto, incluso con ejemplos obvios, que hay proyectos que cree ejecutados y probablemente no los han ni comenzado.

Se hace necesario entonces advertir sobre este caso, entendiendo que las dificultades o irregularidades que se presentan con los grandes proyectos en el país, directamente inciden en la gestión del Gobierno nacional y en consecuencia en el desarrollo del proceso revolucionario venezolano.

En ese Aló, Presidente, el Mandatario Nacional hizo planteamientos graves. El país tiene recursos para obras de envergadura, pero no existe voluntad política para ejecutarlas.

Y eso me llama la atención. No he visto a los directivos del Metro quejarse por falta de recursos, sin embargo, no culminan la obra en detrimento de una comunidad que, aunque comprende la trascendencia de la obra, ya no soporta más esa situación.

Por eso, así como el Presidente se sorprendió por el mal estado de las carreteras de Guárico y ordenó que se paralizara la exportación de asfalto, para darle prioridad a las vías nacionales, no estaría mal que le metiera la lupa a la construcción del Metro, cayendo en cuenta, que el transporte público en Maracaibo es un verdadero caos y requiere del funcionamiento de ese servicio lo antes posible.

Es bueno además, hacer del conocimiento de Chávez que siempre hubo un sector insistiendo en que ese tren no brindará el servicio esperado, al no tocar los puntos neurálgicos en cuanto a afluencia de pasajeros se refiere y que la obra es de mala calidad y esto último me consta, porque el asfalto de la vía del Metro está repleto de parches y baches.

Pienso que es imposible retroceder al respecto, sin embargo, no estaría mal que el comandante se empapara acerca de todo eso, quien quita se lleve sorpresas similares o peores a las de Guárico.

De momento seguimos con un sistema de transporte masivo inconcluso, que sólo puede dar colitas de la estación de Altos de La Vanega hasta la de El Guayabal, mientras las principales avenidas se desbordan de pasajeros en las horas pico.

La demora de esa construcción se traduce en sacrificios para la comunidad, que por cierto, protagoniza constantes protestas sustentadas en supuestas irregularidades.

En mi caso particular, expreso sin aspavientos que creo en el Presidente, y estoy seguro que miles de marabinos también, pero debe entenderse que antes la dudas que envuelven este tipo de situación, no podemos criticar que haya gente preguntándose con razón o no: ¿Será que se burlaron de Chávez? Y eso hay que averiguarlo.

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