La política de la empresa telefónica Movistar es totalmente de rapiña. No sólo el alto costo de los servicios atentan contra los usuarios, sino su abierta y descarada irresponsabilidad.
Y es que recientemente padecí la maniobra que esta compañía utiliza durante el mecanismo de adquisición de un aparato y quedé estupefacto, sorprendido e indefenso.
Les cuento: en diciembre opté por comprar un equipo telefónico y me decidí por un aparato Samsung, creyendo que esta era una marca de calidad y prestigio, pero me llevé tremendo fiasco.
Adquirí el aparato e hice el cruce de líneas para disfrutar en el equipo nuevo mi viejo No. 0414-6442870 y creyendo resuelta la situación me retiré del lugar, sin imaginar que en ese momento comenzaba para mí un verdadero viacrucis.
A los pocos días regresé porque no se escuchaba el repique del aparato. Me dijeron que tenía que dirigirme a las oficinas principales de Movistar en la avenida Bella Vista, en Maracaibo, estado Zulia, con las agresiones que eso implica, sobre todo en un mes como diciembre, donde la mayoría aprovecha sus utilidades para renovar sus deteriorados equipos.
Me calé una cola infernal, pero al final me revisaron el Samsung y lo ingresaron. Después empezó la habitual mamazón de gallo. No hay aparatos, véngase otro día. Por fin, llegó un equipo similar y me lo entregaron.
Pues bien, en estos días requerí comunicarme con los operadores del 811 y me percaté que todos los números de esos servicios prestados por internet al marcarlos, caían en el 911.
Presté un teléfono y me comuniqué con el 811 y plantee el problema. Me recomendaron regresar a Bella Vista. Otra pesadilla más. Fui y tuve que soportar nuevamente la humillación de la fastidiosa cola, hasta que me llegó el turno.
Recibieron mí teléfono Samsung y comenzaron a revisarlo, hasta que luego de un fuerte peloteo entre empleados, un joven se acercó para decirme: “Señor todos los equipos Samsung de ese tipo salieron a la calle con desperfecto de fábrica”.
Todavía pensé que no había problemas: No importa me lo cambian y si tengo que cancelar algo más por un equipo de una marca buena, ustedes me dirán, dije.
El chico me miró apenado y respondió: “Señor, nosotros no podemos hacer nada, porque esa no es una falla de Movistar, sino de Samsung”.
-¿Cómo?
-Sí señor, no podemos hacer nada
-¿Y quien me responde por la plata que cancelé en una oficina autorizada de Movistar por ese celular?
-Nadie, lamento decirlo que perdió el dinero.
En efecto, perdí la plata y entonces caí en cuenta que estaba en manos de una empresa telefónica irresponsable que además venden marcas sin control de calidad como Samsung, el cual quedó evidenciado que no saca del mercado equipos con desperfecto. No hay otra explicación.
Sin embargo, requerí entrevistarme con algún ejecutivo.
-¿Cómo hago para hablar con el gerente?, pregunté a una empleada.
-Señor, tiene que hacer nuevamente la cola, para ver si lo puede atender.
No pude evitar llenarme de coraje e impotencia. Todo en las oficinas de Movistar está dispuesto para timar a los usuarios y no puedan hacer nada.
Además, se aprovechan de que en las compras, se firma un contrato que en el momento, es imposibles de leer, pues la cuestión forma parte de una estrategia utilizada por la empresa, para cuidarse las espaldas en detrimento de los usuarios.
Entiendo que Movistar no elabore equipos, pero debe hacer acuerdos con fabricantes, para que en un momento determinado respondan a los usuarios.
Ustedes, mis amigos lectores, se preguntarán: ¿Cuál es el problema? Cámbiese de operadora, de compañía telefónica. Ciertamente ante esos abusos, no queda más alternativa que acudir a otra operadora, pero resulta que existen casos como el mío, que llevo años con Movistar desde que era Telcel y el número lo tienen todos mis parientes, allegados, amigos, conocidos, desconocidos, documentos bancarios, comerciales, personales, de trabajo, en fin.
De manera, que como cualquier robo o atraco, estas acciones de Movistar les causan a los clientes un enorme perjuicio, porque los celulares son una herramienta de trabajo en la que uno requiere llamar y que lo contacten, por eso la pérdida de un número telefónico, aunque parezca mentira, causa un enorme contratiempo a la ciudadanía.
Desafortunadamente Movistar carece de solvencia moral, no tienen control y, pese a que sólo cuida sus propios intereses, no piensa en sus clientes, que son su razón de ser, los que realmente les garantizan el negocio.
Hacen lo que les viene en gana, porque saben que el Gobierno Bolivariano de Venezuela sigue siendo débil en ese sentido. Esas empresas no merecen simples sanciones, sino el cierre total. Son muchos los abusos. Me imagino la cantidad de gente que han estafado con casos similares. Sólo bastaría con revisar el Indecu. Me imagino las quejas. Un buen trabajo para un periodista acucioso de un medio periodístico, pero lamentablemente por ese lado no se encuentra cabida.
Les explico: telefónicas como esta tapan esas triquiñuelas con una bola de billete que pagan en publicidad a los diferentes medios de comunicación, de modo que, la denuncia de los usuarios se ahoga en ese océano de dinero. No encuentra eco y en consecuencia la gente queda agredida, vejada maltratada y robada…seguiremos informándoles sobre las argucias de Movistar. El objetivo es ponerla en evidencia ante la opinión pública. Que la población sepa que adquirir un aparato en esa compañía representa estar expuesto a una estafa.
(*)Periodista
albemor60@hotmail.com