1. El camarada
Eduardo Rothe publicó un artículo bien extraño el 6 de junio(1),
donde insulta a todo aquel que siente amor por la naturaleza y que,
por lo tanto, rechaza la tortura hacia cualquier ser vivo. He aquí
una de sus perlitas: «GAFERÍA ECOLÓGICA: muy lejos del equilibrio
ambiental y mental están los ecologistas que aparecieron (no pueden
tomar a mal la comparación, jódanse) como buitres, chacales o hienas
excitadas por el descubrimiento del mausoleo y osario animal de Zuloaga.
Unos abogando por la veda total y definitiva de la caza y otros por
la abolición de la tauromaquia.»
2. Y termina
su artículo con un final muy ambiguo: «Sí, ya es hora de dejar
en paz a los animalitos porque es hora de combatir por los humanos.
Un planeta burgués no merece ser salvado: para salvarlo y salvarse
debe ser un planeta socialista.»
3. El camarada
Rothe mete en el mismo saco a los cazadores “artesanales” (aquellos
que cazan por necesidad y cultura ancestral) junto con los despreciables
cazadores “deportivos” como Zuloaga. Los primeros sólo toman de
la naturaleza lo que necesitan, no más, y lo hacen por necesidad de
supervivencia. Los segundos, como el engordacarros Zuloaga, lo hacen
por el mero placer de asesinar y poco les importa si el animal que matan
pertenece a una especie en vías de extinción.
4. Asimismo
Rothe dice profesar el “mayor respeto” por la aborrecible tauromaquia
(a esta aberración la cataloga como “fiesta ancestral de los pueblos”).
Parece que Rothe es un gran admirador del escritor Ernest Hemingway
(y recomienda la lectura de uno de sus libros: Muerte en la Tarde).
Hemingway fue un creador muy sublime y comprometido con la causa republicana
española, además de ser un gigante en el campo de las letras. Sobran
las razones para admirarlo, pero no por eso también se deben admirar
y copiar sus vicios (nadie es perfecto, por muy admirable que sea).
Defender la tauromaquia porque fascinaba a Hemingway, es peor que pretender
ser alcohólico porque éste lo era. Alcoholismo y tauromaquia son enfermedades
altamente degradantes y contrarrevolucionarias, las padezca quien las
padezca (y es un deber revolucionario que todo enfermo luche contra
su enfermedad).
5. Pero el
final de su artículo es lo más absurdo y ridículo: hay que olvidarse,
según escribe Rothe, de los animales y del resto de la naturaleza para
“combatir [únicamente] por los humanos”… ¿Acaso ignora que la
especie humana no se puede desvincular del resto del planeta sin amenazar
su propia supervivencia? El compañero aymara Evo Morales dijo sabiamente
en el discurso que pronunció en la ONU por el día de la Tierra (22
de abril de 2009): “La Tierra puede vivir sin el hombre, pero
el hombre no puede vivir sin la Tierra.” ¿Estas palabras
de Evo son “gafería ecológica”? Un socialista que menosprecie
la ecología es tan ridículo como un ecologista que desdeñe la lucha
por la justicia social: la lucha por un planeta socialista requiere
que sea una lucha integral.
6. La mayoría
de nuestros hermanos indígenas en todo el continente luchan simultáneamente
por la justicia social y por los derechos de la Madre Tierra (la
Pachamama dirían nuestros camaradas aymaras). Porque para la cosmovisión
amerindia, la lucha por los derechos del hombre está sólidamente unida
con la lucha por los derechos de la Tierra. Repito una vez más la frase
de Evo: “LA TIERRA PUEDE VIVIR SIN EL HOMBRE, PERO EL HOMBRE
NO PUEDE VIVIR SIN LA TIERRA”.
7. Sin embargo,
hay camaradas que parecen identificarse inconcientemente con ciertas
corrientes antropocentristas originadas en la vieja Europa, como ciertos
dogmas muy eurocéntricos y muy desvinculados de nuestra realidad latinoamericana.
A ellos les recuerdo aquel pensamiento del gran marxista peruano, el
Amauta José Carlos Mariátegui, que decía: “No queremos,
ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser
creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad,
en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo americano”.
Y ese socialismo indoamericano debe nutrirse principalmente del ECOSOCIALISMO
de los pueblos originarios del continente.
8. Mao afirmaba
que el peor enemigo de la revolución es el burgués que llevamos por
dentro. Pero hay camaradas que lo que llevan en su inconciente es algo
más retrógrado aún: un Pizarro, un “conquistador” bien ibérico,
bien visigodo, bien feudalista, bien amante de las botas de vino y de
la tauromaquia –y con cierta dosis de racismo en el subconsciente,
que los lleva a poner el acento en su herencia hispana y a relegar sus
raíces indígenas a un rincón insignificante. Muchos de estos camaradas
se disgustaron cuando la estatua de Colón que estaba en Plaza Venezuela
fue tumbada ¿Por qué será?
9. Ya para
ir culminando este escrito, le digo al apreciado camarada Rothe: Es
hora de combatir por los humanos, sí, y por los “animalitos” también,
y por el planeta Tierra entero… “El siglo XX fue el de la
lucha por los derechos humanos, ahora, en este nuevo siglo, estamos
en el de los derechos del planeta”, dijo Morales en el mencionado
discurso dado en la ONU, y también señaló: “HAY QUIEN CREE
QUE ES EL CENTRO DEL UNIVERSO PERO, LA VIDA HUMANA NO ES POSIBLE SIN
VIDA EN LA TIERRA”, así como recordó que para la comunidad
indígena “la Tierra es algo sagrado”. Y continuó
exhortando a reconocer el derecho de la armonía y el equilibrio entre
todas las especies: “en este derecho debemos ser reconocidos
como parte de un todo, donde SOMOS INTERDEPENDIENTES EN EL PLANETA,
ya que en el planeta hay millones de especies vivas pero sólo los seres
humanos podemos velar por los derechos de la Tierra”.
10. O terminamos
de entender que somos parte de la naturaleza o nos hundimos: ¡PACHAMAMA
Y ECO-SOCIALISMO… O MUERTE!
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1) El incomprensible artículo de Eduardo Rothe citado se titula “Los cachos de Zuloaga, el deporte de matar, la cacería, la gafería ecológica, antitaurinos y otros bichos mediáticos de pluma, casco, colmillo o uña en el rabo, relacionados con las animalias”, y fue publicado en Aporrea el 6 de junio de 2009: http://www.aporrea.org/actualidad/a79397.html