La reciente intervención de los bancos Bolívar, Canarias, BanPro, Confederado, Baninvest, Central y Real, desnuda la verdadera faz del entramado financiero nacional e internacional. Cualquier atracador de sucursal se quedaría como “niño de pecho” frente a cualquier banquero de estos, quienes no hacen más que especular con la plata de otros. En el capitalismo, la banca es el mecanismo más perverso de estafa y usura que existe en contra del proletariado; afortunadamente, el Estado revolucionario ha detectado las irregularidades a tiempo y ha aplicado los correctivos inherentes; sin embargo, es perentorio hacer las siguientes reflexiones y comparaciones.
1- El Gobierno bolivariano obró de manera rápida y eficiente en el contexto de las intervenciones a puertas abiertas y cerradas, y del pago expedito de los recursos a los ahorristas perjudicados. El hecho de que los acontecimientos tengan lugar en diciembre, imprime un matiz de urgencia a la contingencia y se erige como un reto para el Estado revolucionario, el cual está en la obligación de cumplir con la gente afectada y más todavía en un período de fin de año.
2- Las instituciones financieras intervenidas no representan ni el 6% del mapa bancario nacional, ya que se trata de entes relativamente pequeños. Por tal razón, llama la atención el escándalo que han deseado armar ciertos medios de comunicación privados en relación con el tema, con lo cual han intentado soliviantar a la población para que ésta propicie un retiro masivo de depósitos y haga colapsar el sistema. De acuerdo con el torcido razonamiento de Leopoldo “Matacura” Castillo y sus secuaces, los mafiosos banqueros privados no son los culpables de dilapidar el dinero ajeno; el único responsable es el Estado “represor” y “totalitario” que evita la consumación de un delito gravísimo. ¿Cómo la ven? Por cierto, sería buenísimo que el equipo de “investigación” de Globoterror hiciera un extenso y agudo reportaje acerca de un banco que “no tiene un pelo de tonto”, pero que sí ha visto la cara de pendejos a sus clientes. ¿Se atreven?
3- Hay que ejercitar las neuronas y traer a colación la desastrosa crisis de 1994, cuya “onda expansiva” arrasó con más de 14 instituciones emblemáticas del país y dejó a Venezuela en la bancarrota. Con tintes de conspiración económica y corrupción galopante, la crisis de 1994 se desató con la intervención del Banco Latino, el cual era una de las cinco principales instituciones financieras de la nación, junto con el Banco Unión, Banco Consolidado, Banco de Venezuela y Banco Mercantil. El “corralito” del Banco Latino duró más de dos meses y provocó suicidios masivos –ocultados por los medios de comunicación-, pérdida de casas, apartamentos, vehículos, pequeños comercios y empresas, y desintegración de núcleos familiares. El Banco Latino había apoyado financieramente la campaña presidencial de Oswaldo Álvarez Paz (COPEI), en 1993; el contendor de éste era Rafael Caldera (Convergencia), quien al final se alzó –por medio del fraude a Andrés Velásquez- con la “mayoría” de sufragios a escala nacional. El Latino venía ya con números rojos desde 1992 y las proyecciones de su abyecta Junta Directiva no salieron como se preveían con Álvarez Paz, por lo cual fue presa de la “revancha” de Caldera, quien lo cerró “sin derecho a pataleo”. A pesar de ello, con el resto de las entidades privadas en quiebra la actitud fue diametralmente distinta y hasta se otorgaron multimillonarios auxilios de liquidez que fueron a parar a los bolsillos de los corruptos de cuello blanco. Nunca hubo un solo preso por ello. La crisis de 1994 (*) fue como una bomba atómica para la economía del país, ya que no sólo se llevó por delante a más de una docena de bancos, sino también a miles de compañías relacionadas –directa o indirectamente- con estos.
4- Es curioso apreciar que luego de la hecatombe de 1994, los bancos más grandes de la nación pasaran a manos de conglomerados ibéricos; verbigracia, el Banco de Venezuela fue adquirido por el Grupo Santander (1996) y el Banco Provincial por el Bilbao Vizcaya Argentaria (1998). Así se cedía el control del sistema financiero a factores foráneos y se cumplía al pie de la letra con la “receta” del Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Fue la crisis bancaria de 1994 algo espontáneo o una estrategia hasta cierto punto planificada para beneficiar a los burgueses españoles? Por cierto, ya en 1996 “Teochoro” Petkoff era la cabeza visible de CORDIPLAN (Oficina Central de Coordinación y Planificación) y desde allí “subastó” el Banco de Venezuela, convalidó la quiebra de VIASA (comprada por Iberia, ¡otra compañía española!), retomó las privatizaciones de las empresas del Estado y eliminó las prestaciones sociales de la clase obrera. Si en este país hay algún mafioso con dilatado prontuario, ese debe ser “Teochoro” Petkoff. ¡Ladrón, tal cual!
5- En Estados Unidos han quebrado más de 80 bancos durante el transcurso de 2009. Es "raro" que en Globoterror, CNN y el resto de los medios de comunicación de la derecha, no se haga un alboroto por tal guarismo pero SÍ por los siete bancos criollos que rozan el 6% del espectro financiero.
6- La extraña operación de “compra y quiebra” del Canarias y BanPro, por ejemplo, parece obedecer a una “jugada de laboratorio” con fines desestabilizadores. Es harto sospechoso que dos entidades que hasta hace poco reportaban ganancias y eran sólidas, de la noche a la mañana hayan sido adquiridas por un “outsider” y se hayan “descapitalizado” en tiempo récord. Todo apunta al “efecto dominó”. La conspiración económica no se detiene.
7- Transparencia Internacional, una de esas “organizaciones” a las que les fascina pontificar sobre lo humano y lo divino, debería tomar nota de la corrupción de la que nunca habla: la de la iniciativa privada y sus empresarios parásitos. ¿Alguna vez ha visto usted a un empresario privado –o alto ejecutivo- preso y condenado por corrupción administrativa? Sólo en Revolución. Antes, a algún “chinito de Recadi”…pero nunca a los peces gordos. No hay corrupto sin corruptor y los empresarios son los expertos en sobornar a los funcionarios públicos, ¿o no?
8- El “affaire” obliga a desplegar una inquietud insoslayable sobre el tapete: es justa y necesaria la estatización de la banca en Venezuela y la erradicación de su perfil plutócrata. Dicha medida puede ejecutarse de manera progresiva y ordenada, con el objetivo de salvaguardar el bienestar de los ahorristas del país y así dar un salto cualitativo en la construcción del socialismo. Desde hace 11 años estamos asediados por el Imperio en todos los frentes y la “guerra económica de baja intensidad” apenas nos ha mostrado los dientes. La única forma de “blindar” el sistema financiero venezolano y ponerlo al servicio de las masas, es el dominio absoluto de las instituciones bancarias. Rompamos con el tabú neoliberal.
(*) Después de muchos años de penurias, desesperanzas e impotencia al cubo, los ahorristas –al fin- recibieron el pago completo de lo que les habían robado los banqueros mafiosos (¡valga la redundancia!) en 1994. El Gobierno bolivariano canceló hasta el último céntimo a las víctimas de la mayor estafa del siglo XX en Venezuela, eliminó los créditos indexados, las “cuotas balón” y redujo las groseras tasas de interés para las tarjetas de crédito. Lamentablemente, hay gente mal agradecida y obtusa que sigue afirmando que este gobierno “no ha hecho nada”. La estupidez también es gratuita.
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