08-06-16.-Santiago Arconada, activista y facilitador de la Universidad Nacional Experimental Indígena del Tauca, señaló la ejecución del decreto que permite la explotación del Arco Minero de Guayana que es una “puñalada contra la vida en el planeta tierra”.
“El arco minero es una puñalada contra la vida en el planeta tierra (...) Ese decreto viola todo lo relativo al ambiente, empezando por el hecho insólito de que ese decreto se hace sin el menor asomo de estudio de impacto ambiental. El Estado decreta la utilización del 12% del territorio nacional para actividades agresivas contra el ambiente y ni siquiera se toma la molestia de pensar qué le irá a pasar al agua, al aire porque las afectaciones del agua y del aire la siente toda la población completa”, dijo Arconada.
Sostuvo que “el hecho de que haya sido involucrado en un decreto presidencial y que la Asamblea Nacional no haya hecho el menor asomo de exigencia, porque es bastante obvio, ellos están preparando muy tranquilamente que el gobierno bolivariano le haga el trabajo sucio, de entregar la soberanía del país y ellos recoger los dividendos que van a significar esas negociaciones, esa es la razón por la cual la Asamblea Nacional dirigida por Henry Ramos Allup no ha hecho el menor intento para frenar este decreto”.
“La decisión política de la explotación del Arco Minero, a mi juicio, nefasta que es me voy a ser el loco con los 475 mil millones de dólares que no se explican cómo desaparecieron de los fondos de Cadivi y de Cencoex en los últimos años”
El activista repudió la extracción de minerales que no solamente atenta con la destrucción del hábitat de la flora y fauna sino también con la vida de las etnias indígenas que allí conviven: “Se toma la decisión de no tocar el territorio, pero como estoy necesitado de unos dólares que el petróleo ya no me da, entonces me lanzo a la minería desbordada. Este territorio no se puede llamar Arco Minero del Orinoco porque eso sería reducirlo a los minerales que están en esa tierra, que es inmensa, y a la cantidad de vida que allí habita empezando por la de los indígenas”.
“Para los pueblos indígenas la cosa es más severa y más grave porque se decretó su desaparición, como pueblo indígena no seguirás existiendo, tu vida personal e individual puede ser que siga pero tu pueblo, idioma, costumbres, maneras de relacionarte con la naturaleza, no. Se te impone desde el Gobierno nacional una racionalidad que es la de arrasar con la naturaleza”.
Arconada resaltó que no hay manera de que la minería sea limpia y no perjudique al ambiente: “No hay minería limpia. No solamente hay una minería sucia en la que tú no le puedes hacer una tronera enorme a la tierra sin devastar todos los árboles que estén allí, le vas a echar cianuro al agua, al aire. No hay manera de lixiviar (separar compuestos) el oro sin echarle cianuro”.
Sobre los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Arconada sostuvo: “Todo el mundo sabe que no hay una bolsa para cada familia. En el sector donde vivo, en Santa Ana en Caracas, no ha llegado ni siquiera la información”.
“Los aspectos que tienen que ver con la alimentación del conjunto de toda la población no pueden ser sometidos a organismos jurisdiccionales distintos a los que tendría que asumir el gobierno en funciones. Ningún otro organismo puede venir a revisar la distribución como si tuviera que creer en la honestidad de esa persona, eso no solamente agrede a la constitución también sino que significa que no tengo acceso a una posibilidad como pueblo en su conjunto de enfrentar el problema de alimentación que tenemos”
