Fuimos convocados por los amigos de siempre para compartir el reconocimiento del que había sido objeto recientemente nuestro hermano Naudi Meza por parte del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Ya desde un principio sabíamos lo que nos deparaba el destino. La casa de la familia Meza en el barrio San Jacinto, al norte de la ciudad de Barquisimeto, ha sido y sigue siendo semillero de un importante contingente de generaciones que han venido asumiendo la salsa y el bembé como expresión musical caribeña. Hoy por hoy referencia musical mundial imprescindible. Hasta allá nos arrancamos, a pie, sin pararle mucho si había o no transporte, en un recorrido de un poco más de hora media, bajo un caluroso sol de esos que amenazan con dejarle el paso a un fuerte aguacero.
Allí, al cobijo del frondoso níspero, se conjugaron los relatos biográficos, los recuerdos, las nostalgias, las anécdotas y, por supuesto, la música. Par de guitarras, congas, bongos, maracas, claves y lo demás fue inspiración. Trova, boleros, son, salsa y la sabrosa sopa fueron haciendo lugar a un espacio donde la memoria y la pasión se erigieron en símbolos imprescindibles. Diríamos peligrosas armas.
Naudi Meza es un ser al que pudiéramos definir como una fonoteca ambulante. Conoce al detalle cantantes, músicos, arreglistas, temas de la salsa, motivos que inspiraron estos temas, año de grabación y, sobre todo, es un percusionista que ha ayudado a formar en este arte a otras personas que han asumido la música caribeña como vehículo de difusión de esa cultura que dejó su impronta africana en nuestra genética. Digno es destacar que Naudi Meza forman parte de una organización cultural que por más de cuarenta años ha sido baluarte fundamental referencial en esa parte de la ciudad crepuscular. Nos referimos al Centro de Estudios del Arte la Sociología (CEPAS). Allí la pintura, la danza, el golpe larense, el teatro y por supuesto la salsa han tenido el soporte adecuado. Por allí estuvo el Cantor del Pueblo venezolano Ali Primera en su apoyo incansable a esas organizaciones populares surgidas al calor del trabajo cultural a mediados y finales de los años setenta. Así también el Grupo Madera original marcó presencia importante entre los hermanos Meza a través de músicos como Jesús "Chuo" Quintero, Felipe Rengifo "Mandingo", Carlos Daniel Orta, entre otros, cuando estos pernoctaron en casa de aquellos como una manera de crear vínculos de trabajo e investigación.
"A mi me motivaron tres personas fundamentalmente: Ismael Rivera, Héctor Lavoe y Ali Primera" revela Naudi Meza. Y tal revelación la podemos ver plasmada en los murales con los rostros de los personajes aludidos en las paredes que bordean el solar de la familia Meza. En una de esas paredes el menor de los Mezas, "El Niño", culminaba un mural contentivo de los logotipos de las diversas agrupaciones de salsa nacionales e internacionales. Con su dedo índice Naudi nos indicó con cuáles había tocado y con cuales aún no lo había hecho.
Cada uno y cada una de los allí presentes fuimos tomando la palabra y dando nuestros pareceres sobre lo significativo que era que un pana nuestro, de nuestro propio barrio, obtuviera tal reconocimiento. Ese reconocimiento era de todas y de todos, es de nosotros y de nosotras. Ese reconocimiento es de las caras lindas, de la gente bella de nuestros barrios. Y junto a quienes allí nos dimos cita estaba María Duran, madre de la dinastía de los Mezas, con sus ochentaicuatro años a cuesta y escuchando con atención todo lo que allí dijimos y cantamos, llegando a emplazar a algunos de los que todavía no habían hecho uso de la palabra para que lo hicieran.
Toda una simbología se nos representó bajo la sombra de aquel níspero junto aquella matrona, nuestra matrona, con el sonido de las congas y la hermosa fraternidad a la que convoca la amistad, luego de tantos meses distantes por la pandemia. Pero allí estuvimos una vez más, con Naudi, con los panas y con la salsa.