Tarde o temprano la justicia llega, la cual se perfila como un arcoíris, sobre el desierto que cruce bajo el pie de los verdugos que azotaron a nuestro pueblo el once/doce de abril del 2002, que hasta la presente fecha, los principales promotores de esa masacre, permanecen suelto y sin castigo.
¿Por qué enmudeció la justicia ante esos dementes, corrompidos, terribles sanguinarios, que hoy se presentan ante el País, reclamando Derechos Humanos, siendo ellos los principales violadores de esos derechos?
Adonde quedaron los derechos humanos de todos aquellos que asesinaron, encarcelaron y que fueron lanzados a las turbas para su linchamiento, ordenes impartidas por ellos. ¿Te acuerdas, Henrique Capriles y Leopoldo López. A estos personajes como a muchos otros le falta, lo que a los revolucionarios nos sobra: Autoridad Moral, para hablar de derechos humanos. Están demasiado salpicados de sangre y lodo, para reclamar un derecho que negaron.
Porque aquellos que han actuado en dramáticas y fecundas contradicciones a la justicia, la humanidad los proscr ibe; aunque una historia banal por sus crímenes les haga vivir poco tiempo en las páginas de este tenebroso pasado que vivió y sufrió nuestro pueblo, que jamás olvidara, porque no habrá recodo en la podredumbre de su alma en donde pueda esconder su frente, ni en donde pueda escuchar el rumor del miedo ni el estallido de las voces agónicas de la victoria.
Hoy nuestro país goza de una nueva generación de jóvenes , que sabra cumplir su misión para levantarse a la altura de las grandes ideas patrióticas, porque ellos jamas aceptaran que la Republica Bolivariana de Venezuela, su suelo sea hoyado por potencias extranjeras, como lo desean los tarifados al servicio del imperialismo yanqui.
A la presente generación le corresponde la obligación de la vida futura del país, conquistar y defender esta libertad, la que hoy disfrutamos bajo la bandera y principios de la verdadera democracia, conquistada en esta Revolución Socialista impulsada y dirigida por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Estos agitadores majunches que se pasan en convulsiones violentas para impedir que trabajadores de la comunicación ,entrevisten a sus candidatos, el pueblo muy pronto presenciara la agonía de su “UNIDAD” fallida para que mañana en un silencio infinito, será nulo el grito de esa turbas, frente al peaje estremecedor del pueblo y el clamor de las ciudades, se despertara el insólito rumor de la turbulencia el 7 de octubre con el triunfo de esta Revolución implacable para que deje de cesar esta conspiración desestabilizadora del país.
Espero que los días de los absolutos estén contados para que caiga el rayo de la justicia sobre los destructores de la tranquilidad social.
Patria Socialista.
Viviremos y venceremos