Sabino Romero, Julián Conrado y el delito de fornicar en público

No se cansa uno de ver lo contradictorio de esta revolución. Un tribunal acaba de condenar a pagar una multa de 15.000 Bs. a una pareja por tener sexo en una vía pública caraqueña dentro de un vehículo. Puede verse la nota emitida por la unidad de prensa del Ministerio Público aquí http://www.aporrea.org/ddhh/n229543.html  Semejante estupidez jurídica motiva algunas reflexiones:

 1.- Diariamente en las calles y plazas de la gran capital, podemos observar numerosas infracciones a la ley que lesionan la convivencia colectiva: comercios que se apropian del espacio público para mercadear sus productos, equipos de sonidos estruendosos en el transporte colectivo, venta y consumo impune de estupefacientes en las calles y sitios de esparcimientos donde concurre en gran número la población adolescente e infantil (como por ejemplo, en los alrededores de la estación del metro  Bellas Artes y la Plaza de Los Museos), venta indiscriminada de productos regulados que escasean a precios exorbitantes en abastos, etc. Otros delitos no combatidos y que ponen en peligro la vida misma como las infracciones del tránsito automotor (irrespeto al semáforo, tránsito a contravía o “ comiendose la flecha”, circulación de motos con infantes de meses de edad, etc.)  son ya costumbre en Caracas, ante la mirada indiferente de los agentes del orden público. Ni hablar de escandalosos delitos de cuantía como el permanente contrabando de productos de Mercal hacia las estanterías de Cúcuta en Colombia o la fuga de divisas a través de empresas de maletín. No hay culpables o, si los hay, la celeridad de la Fiscalía y los tribunales dista mucho de ser la que concluyó con la multa a la pareja sancionada por hacer el amor en la “vía pública”.

 2.- Un delito similar y con los agravantes de la ebriedad y resistencia a la autoridad, fue presuntamente cometido por Enrique Capriles Radonsky y Armando Briquet, según reporte de Jesus Teodoro Hernández  en su carácter de Inspector Jefe adscrito al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Baruta, en el año 2000 (ver informe en https://docs.google.com/file/d/0B46rSiiAhN94ZDYyMzE5NGItYjkwNS00ZWMzLWJhMWQtM2QyNGMzZDQ1OTdk/edit?pli=1  Nada pasó. Lo que es igual (o mejor dicho, parecido) no es trampa, incluso en materia jurídica. ¿Por qué la ley omitió la concupiscencia caprilista y se afincó en el atrevimiento de esta, hasta hace poco, anónima pareja?

 

Por elemental sanidad política, no debió  el Ministerio Público ocuparse de esta fruslería publicada en su reciente nota de prensa, pues malpone la gigantesca labor que debe realizar para hacer cumplir la ley

 ¿Qué decir de las prostitutas y transgéneros que ofrecen sus servicios de placer en la avenida Libertador? ¿Delinquen también? ¿Será que los casos de fornicación automovilística abruman tanto al Ministerio Público que olvida otras infracciones? ¿Para hazañas tales se creó el sistema de Fiscalías Municipales?

 3.- Intriga de sobremanera, el interés y la eficiencia de la Policía Nacional Bolivariana en combatir el delito de la fornicación pública. Según datos aportados por el Ministerio Público en su nota de prensa,  los agentes “observaron un movimiento extraño dentro de un vehículo Spark, el cual tenía un tapasol en el vidrio delantero. Enseguida los funcionarios inspeccionaron el carro y observaron a Nieto y Bahachille cometiendo actos indecentes”.  Que me disculpen  el juez, los tribunales y los agentes policiales, pero mayor delito es estar fisgoneando lo que no se debe en vez de estar combatiendo la criminalidad. Cabe preguntarse, ¿eso llamado “la moral y las buenas costumbres” depende de la eficiencia caprichosamente voyeurista y ociosa de los funcionarios policiales? ¿No habrá crímenes más perturbadores de la paz ciudadana que merezcan una mayor atención de estos servidores públicos? ¡Habráse visto!  Entonces, la verguenza y el escarnio no debe ser para los compatriotas Claudia Nieto y Luis Bahachille, importunados en el acto sublime de refocilarse entregados al mandato instintivo y divino de reproducir la especie, sino de unos cuerpos policiales y un sistema jurídico ineficientes, en gran parte responsables de la criminalidad en el país.

 4.- A los sancionados se les aplica el Código Penal, en sus artículos 483 y 536.

El Artículo 483 del Código Penal establece que  “El que hubiere desobedecido una orden legalmente expedida por la autoridad competente o no haya observado alguna medida legalmente dictada por dicha autoridad en interés de la justicia, de la seguridad o salubridad públicas, será castigado con arresto de cinco a treinta días, o multa de veinte unidades tributarias (20 U.T.) a ciento cincuenta unidades tributarias (150 U.T.).” ¿Qué medida en interés de la justicia, la seguridad o la salubridad públicas y que fue dictada por los agentes contravinieron los compatriotas Bahachille y Nieto, como para terminar en un tribunal? Debe ser que, comprensiblemente, desoyeron el llamado de atención policial en el fogoso momento. A cualquiera le pasaría... ¿A usted no, amiga o amigo lector? Imagínese en esos zapatos, o mejor dicho, en el asiento de ese automovil. ¿Es injusto, quebranta la seguridad  o es causa de daños a la salud pública fornicar en un carro?

 A los compatriotas sorprendidos en tan deliciosa flagrancia (en su doble acepción, la policial referida al delito flagrante que es el descubierto por las autoridades cuando se comete o acaba de cometer y la etimológica, pues es palabra que viene de “flagar” que significa literalmente estar ardiendo, brillar, estar flameante, muy calentorro pues, como estaban Nieto y Bahachille) se les aplica también el Artículo 536: “Cualquiera que se haya presentado en público de un modo indecente, o que con palabras, cantos, gestos, señas u otros actos impropios, ofenda la decencia pública, será penado con arresto hasta por un mes o multa de diez unidades tributarias (10 U.T.) a trescientas unidades tributarias“. Más “indecente” que los compatriotas objetos de la multa, resultó el fascista Enrique Capriles Radonsky, proclamando abiertamente que el Comandante Chávez no había muerto cuando realmente se anunció, sino semanas antes. Ofendió la decencia de  todos los que queríamos al Presidente, de su familia, de los voceros oficiales y de todo aquel venezolano o venezolana, sin distingos políticos, que tuviese un mínimo de sentido común y respeto ante el dolor de tan sentida perdida. Capriles fue indecente ante las cámaras y micrófonos de los medios nacionales e internacionales, no encerradito en un carro que además estaba cubierto con un “tapasol en su vidrio delantero”, en el intento frustrado de improvisar cierta intimidad.

 5 y último.- (Y no por último lo menos, sino más bien lo más indignante de este vergonzoso escrito).

Numerosas denuncias se hicieron sobre las amenazas del sicariato  terrateniente contra los yukpas. Hasta la mismísima vicepresidencia, primero con  Maduro y luego con Jaua, han llegado en larga marcha, superando las alcabalas oficiales, los hermanos indígenas para denunciar los atropellos y asesinatos con los que han sido hostigados. La última víctima fue Sabino Romero, blanco de constantes amenazas que finalmente se cumplieron, ante la convicción impotente e indignada  de los que presentíamos que sería ese su final, tras incontables denuncias del peligro que corría el aguerrido jefe indígena. La compatriota Fiscala General Ortega Díaz, por quien tengo un gran respeto, declaró “Sabino no tenía domicilio fijo y en algunas oportunidades evadía la protección y eso pone en riesgo a la persona. Cuando hay una medida de protección, es necesario que la persona asuma las directrices de quienes coordinan su seguridad”,  o sea, algo así como “el se lo buscó”. No, compatriota Ortega, Sabino tenía, como indio taimado que era, todas las razones  para recelar y cuidarse de los cuidadores y medidas de protección que le asignó el Estado venezolano. Buen gesto oficial las medidas de protección, pero no era la obligación del cacique acogerse ni mucho menos confiar en ellas, dada la experiencia en esos lugares en los que la autoridad, con frecuencia y por costumbre histórica, termina poniéndose al lado de los terratenientes, cuando no de los delincuentes fronterizos y/o paramilitares que pasan toneladas de alimentos de Mercal a los expendios  o  gasolina a los carros de Colombia.  EN CAMBIO, SI ERA  (Y ES) FUNCIÓN Y OBLIGACIÓN  ELEMENTALÍSIMA DEL MINISTERIO PÚBLICO, LOS TRIBUNALES Y EL ESTADO BOLIVARIANO RESTITUIR EN PLENO DERECHO LA PROPIEDAD ANCESTRAL  SOBRE SUS TIERRAS A ESTOS HERMANOS Y HERMANAS VENEZOLANAS, APLICÁNDO LA LEY A LOS TERRÓFAGOS GANSTERILES QUE LOS ASEDIAN, ASÍ COMO A LA CATERVA DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS CORROMPIDOS O INEFICIENTES QUE LE HAN BRINDADO COMPLICIDAD.

Aunque terrible, ejemplo ideal este del asesinato de Sabino para contrastarlo con la celeridad y eficiencia en el caso de la amorosa pareja sancionada, evidenciando el absurdo y retorcido camino de la justicia venezolana.

Siguiendo con las vergüenzas, quiero cerrar estas líneas refiriéndome, una vez más, al caso del cantautor Julián Conrado. Se condena por el “delito” de  cometer  “actos impropios”, en la intimidad y al vaivén de su vehículo, a la referida pareja de compatriotas en un lapso de 2 meses y medio (fueron sorprendidos in fraganti el 13 de marzo del 2013). El 31 de mayo, se cumplirán dos años exactos del secuestro, incomunicación y posterior detención del revolucionario colombiano, hasta ahora sin imputaciones ni cargos en su contra según las leyes venezolanas y en clara violación de un inventario interminable de normas y principios procesales según los cuales, debió estar en libertad al poco tiempo de ser capturado. El caso, ahora en el Tribunal Supremo, no avanza ni siquiera a paso de morrocoy. No hay explicación oficial. ¿Dónde está para Conrado la celeridad en el cumplimiento de la ley de la que da cuenta la pajuda y ridícula nota de prensa sobre los amantes sancionados, emitida por el Ministerio Público?

Según se rumorea un altísimo funcionario justificó el congelamiento del caso Conrado, es para “protegerlo”,  porque la derecha colombiana lo quería ver muerto y las Farp-Ep lo consideraban un desertor luego de haber abandonado las filas guerrilleras. Lo primero no lo dudamos, lo segundo es una estupidez y calumnia de marca mayor que han intentado propagar algunos bolsiclones y charlatanes de boina roja. Ante la detención  de Conrado, fue emitido un comunicado solidario de la guerrillerada fariana poco tiempo después de su captura y del cual citamos un párrafo: “Los Bolivarianos de convicción, y no sólo de palabra, nos encontramos verdaderamente compungidos de decepción, al saber, que ha sido el gobierno al que le dedicaste canciones y tonadas de solidaridad por ser la esperanza de un continente, el que se ha convertido en tu verdugo...”  Al respecto los altos mandos de la organización guerrillera han mantenido una prudente discreción, entendiendo correctamente que la lucha por la libertad del cantante los rebasa, como lo comprueba el amplio movimiento internacional que ha generado, en tanto Conrado es un símbolo de las luchas libertarias continentales, muy por encima de los enfoques que se tengan sobre el uso de la violencia como método para lograr la revolución. Así, que es lógicamente deducible la versión más extendida sobre su presencia en Venezuela: fue licenciado por problemas de salud y vino a nuestro país, en plan pacífico, a continuar su lucha con el canto. No era cosa de seguir a brinco de mata, entre bombardeo y bombardeo, con no pocas cicatrices y dolencias corporales, en una guerra que ya pasa de cincuenta años largos.

El que tenga dudas sobre el cariño y respeto que las Farc-Ep guardan por Julián Conrado, puede pasarse por la web guerrillera y bajar la música del cantante que esta organización sigue difundiendo con orgullo ( http://farc-ep.co/?p=1322  ). Digo lo anterior, para darle un parao a la maledicencia burocrática que, recurriendo a la mentira y descalificación personal, intenta justificar la aberración política que aún mantiene al artista en la oscurana carcelaria.

 Finalmente, quiero compartir con los compatriotas  Claudia Nieto y Luis Bahachille, la vergüenza que deben tener por la estúpida multa y la idiota medida jurídica (nota de prensa incluida) que hizo notoriamente público el comprensible descuido de su intimidad. Ya casi convenzo a mi consorte, para que, en un acto de subversión erótica bolivariana y de reivindicación a esta  pareja, injustamente condenada, infrinjamos los precitados artículos del Código Penal, justo allí en Parque Carabobo, frente al despacho de la compatriota Fiscala General. La Unidad de Prensa del Ministerio Público y la fiscal municipal 5º auxiliar del Área Metropolitana de Caracas, Yuleidy Pérez, pueden ir preparando la cámara fotográfica para que la acusación incluya, además de la declaratoria policial, unas excitantes y comprobatorias fotos de tan lesivo y criminal acto contra la tranquilidad ciudadana. Ahorro desde ya para la multa, que será más de 15.000 Bs. pues tendrá el agravante de la premeditación  que anuncia este párrafo. 

 Para el camarada Julián, una disculpa por los entuertos de la “justicia” de este gobierno, mi gobierno, enredado injustificablemente en las trapacerías de la real politik internacional.

 Dolorosamente, para el gallardo Sabino no hay disculpa posible, se la tragaron los hechos y la inoperancia estatal. También la inercia de los que, sabiendo lo que sucedería, permanecimos con los brazos cruzados y la boca cerrada, siendo cómplices de un crimen anunciado. Solo nos queda el consuelo de abrazar la lucha de los hermanos y hermanas yukpas por los que tanto luchó.

 Que revolución tan jodida esta, compatriotas, tan abundante en cosas que  no deberían ser. No obstante, estamos obligados a ser optimistas y enderezar las cargas, cueste lo que cueste y a pesar de quien sea.



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Arturo Ramos R.


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