Muy acertado ha estado siempre Alberto Nolia, y se ve que es un Venezolano de estos tiempos que “está muy bien ubicado” en tiempo y espacio y no se deja llevar por lo aparente sino por la realidad, ni tampoco lo engatusan con dobles discurso y con maniobritas y disfraces, es un zorro viejo, que cuando estos timadores van, ya él viene de regreso, por supuesto que los desnuda, pero con los pelos en la mano, es el caso de la Fiscalía General de la Republica “bolivariana”, no existe, amén del poder judicial, una institución tan falsa y dirigida por tanto derechista y conservadores (Y anómicos) disfrazados de revolucionarios que se han puesto una cachucha roja para camuflajear su adequismo (Para Nolia es una redundancia decir al mismo tiempo adeco y ladrón) y copeyanismo también, pero en donde no es muy acertado, Nolia, es en señalar el origen de esta perversión a la Fiscala actual, aunque no la excuso, puesto que ella es la continuadora, pero en honor a la verdad ella no es la autora de tanto despelote; el autor, en esta era supuestamente bolivariana (1999- ), es el propio “Fiscal de la Impunidad”, Isaías Rodríguez Díaz, aunque el gran pecado de Isaías fue haber dejado las cosas como estaban, es decir, a excepción de las nomenclatura, papelería e infraestructura física, la fiscalía del ministerio público venezolano sigue siendo la misma fiscalía de los Serpas Arcas y Badeles, cargos seleccionados por David Morales Bello, en otras palabras a la Fiscalía actual la podemos denominar fácilmente: Fiscalía Morales Bello-Rodríguez-Ortega. Que tiene que ver todo esto con el caso Simonovis, mucho, muchísimo, veamos.
La impunidad del golpe del 12 de abril del 2002, entre 3:30 am y 4.30 am, que fue la hora y fecha exacta de un cuartelazo que secuestraron a un presidente y nombraron al presidente de la patronal como jefe de estado; el 11 de abril, precisamente gracias a los “héroes y mártires de Puente Llaguno”, quienes utilizaron la verdadera legítima defensa, la más bella de todas las legitimas defensas la que se hace por otro (s), la derecha no pudo lograr su objetivo, cual era asesinar a un presidente, simulando una marcha “pacifica”, que iban de vanguardia comandos policiales armados de civil y para-militares y habían francotiradores con el fin de desplazar violentamente a quienes defendían y custodiaban el Palacio de Miraflores, al no lograrlo, la derecha golpista implementa un “Plan B”, en donde utiliza, para cometer el magnicidio y provocar el vacío de poder, a la extinta Policía Metropolitana como fuerza de choque para desplazar a los defensores de la constitucionalidad quienes aplicaron genuinamente el artículo 333 de la CNRB, entre ellos precisamente las victimas de Simonovis y Lázaro Forero, este último disfrutando de la bonita libertad indebidamente, los ya mencionados héroes y mártires de Puente Llaguno.
Es bueno precisar que la susodicha marcha “pacifica”, su vanguardia, quienes si sabían de qué se trataba, dado que allí la derecha llevo mucha gente engañada como carne de cañón, en todo momento mantuvieron una comunicación permanente con un centro, de donde recibían órdenes, quienes comandaban el golpe, ubicado en la embajada de USA en Caracas y en el piso 5 del Edificio sede del Min Defensa, la comunicación se hizo más fluida, cuando toma la vanguardia de “La Operación Bucarest” (Era el mismo libreto aplicado por la CIA a Ceausescu dictador de Rumania, quien fue asesinado por una “masa enfurecida”, por Fuente Ovejuna), la policía metropolitana precisamente que quien dirigía las operaciones era Simonovis, ese sonido, el Abogado corajudo y cojonudo del “Gato” Velásquez, en una oportunidad lo presentó por VTV y fue presentado en juicio como una de las pruebas demoledoras.
Debo reconocer aquí, que gracias a Abogados como, el mencionado Velásquez, y al coraje y mucho ovario de las víctimas, ya que en su mayoría son mujeres, es que existen estos escasos y muy pocos presos por el golpe criminal del 12-A-2002, en sus días anteriores y posteriores, muy poco meritos ha tenido la Fiscalía por estos presos en justicia y en verdad, ya que la mayoría de sus autores gozan o una libertad inmerecida y denigrante o están en un exilio dorado o gozan de total impunidad vergonzante.
Que ha debido haber hecho Isaías, una vez recuperada la constitucionalidad, en vez de tirárselas de perdona vidas y poner en libertad a quienes en la madrugada del 14 de abril, estaban presos en el sótano de Miraflores, detenidos por el pueblo y los militares patriotas que aplicaron con todo el vigor el artículo 333 constitucional, así el presidente haya sacado un crucifijo y haber perdonado a todos los golpistas (Estoy plenamente seguro que la historia condenará ese acto), ahí se había cometido un delito y era su responsabilidad sancionarlo, hasta que saliese o una ley de amnistía o un indulto (Indulto que salió pero los héroes y mártires de Puente Llaguno lo echaron para atrás), y con la sentencia indigna y bochornosa del TSJ, que dijo que aquí no hubo golpe, una vez anulada esa sentencia, ha debido abrirle proceso criminal a todos los autores y participes del golpe del 12-A-2002, pero no lo hizo; por ello, y por otras cosas más, pero por esto fundamentalmente, es el “Fiscal de la Impunidad”, de allí parte el estado de impunidad y tolerancia con el crimen existente hoy en Venezuela.
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