Por lo visto, el pueblo reaccionó ante la manifestación pública que la Viceministra Mary Pili Hernández realizó a través del Nacional en el cual manifestó pena y lástima por el triste final de Ibeyice Pacheco, que pudo ser peor (cárcel de los Teques). Pero, es que no es para menos que la gente reaccione. Yo estoy segura que Mary Pili nunca se puso en los zapatos del Coronel Bellorín, ni en los zapatos de la otra docena de personas que han
sido difamadas e injuriadas por éste *dragón de la Isla de Comodo y que la han denunciado ante la justicia por la misma razón. La lengua es el castigo del cuerpo. El pez muere por la boca. Por lo tanto, que Ibeyice asuma su responsabilidad.
Es decepcionante el artículo de la Viceministra, aunque respeto su opinión, yo también y todos tenemos la nuestra. Ibeyice Pacheco pertenece a la red de periodistas de la NED y eso es más que evidente. ¿Saben cuántos periodistas a nivel mundial son empleados de la NED? Miles. ¿Con el dinero de quién Ibeyice compró una casa en la que se mudó el año pasado? ¿Fué con el dinero de sus quincenas? ¿ De su arduo trabajo de difamación e injuria? No, no señor. Investiguen de dónde salieron los reales. Se pueden llevar una sorpresa.
Cuesta tanto que un funcionario público se gane la confianza y el respeto de un pueblo, y qué fácil es perderla a través de un artículo. Nunca pensé que alguien de los nuestros pudiese sentir pena por una sabandija como lo es Ibeyice. La forma como se expresó, se mofó, en el show que montó cuando se entregó, es suficiente para ser repudiada por todos. Errar es humano, y perdonar es divino. Pero, yo, no perdono ni a Ibeyice ni a cada uno de los golpistas del 11 de Abril. Yo no voy a crucificar a Mari Pili Hernández por expresar su opinión, pero si me decepcionó, y cuando la decepción llega, no hay más nada que hacer.
Quiero pensar que la Viceministra tuvo un momento de piedad. Pero, ¿se puede tener piedad ante un demonio como éste? Ahí se las dejo.
*Dragón de Comodo: dragón que habita en la Isla de Comodo. Es el más grande en su especie y el más peligroso. Su saliva es tan tóxica que mata a cualquier animal con sólo morderlo.
